Sociedad

Monseñor Carlos Castillo es investido como cardenal en una ceremonia de gran significado para la Iglesia peruana

El arzobispo de Lima, Castillo, reconocido por su compromiso con la justicia social, se integrará al colegio cardenalicio. Su nueva función le permitirá asesorar al papa y participar en la elección de un futuro pontífice.

El papa Francisco inviste a Carlos Castillo como nuevo cardenal del Perú. Foto: Captura
El papa Francisco inviste a Carlos Castillo como nuevo cardenal del Perú. Foto: Captura

En la mañana del 7 de diciembre, Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, sacerdote diocesano nacido en Lima el 28 de febrero de 1950, se convirtió en el sexto cardenal de Perú en la historia. Durante una ceremonia solemne celebrada en el Vaticano, el papa Francisco le otorgó al arzobispo de Lima el título de cardenal. En este mismo evento, el pontífice también elevó a otros 20 cardenales de diferentes nacionalidades, quienes fueron reconocidos por su labor y compromiso en la Iglesia.

Como se recuerda, hace 2 meses, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, en Roma, se anunció la designación del monseñor Castillo. Este destacado religioso, que ha desempeñado roles significativos dentro de la jerarquía eclesiástica del país, se incorpora a un selecto grupo de cardenales que asesorarán al papa en la toma de decisiones cruciales para la Iglesia Católica.

Asimismo, el cardenal Castillo, de 73 años, asume un rol destacado en el ámbito internacional. Además de su labor pastoral en Lima, se integrará al colegio cardenalicio, encargado de asesorar al papa y de participar en la elección de un nuevo pontífice si fuera necesario. Esta designación coloca a Perú nuevamente en el centro de las decisiones cruciales de la Iglesia Católica a nivel mundial.

Cabe resaltar que Juan Gualberto Guevara, originario de Arequipa, se convirtió en el primer cardenal peruano al asumir el cargo de arzobispo de Lima entre 1945 y 1954. Posteriormente, otros dos arzobispos de Lima, Juan Landázuri Ricketts y Augusto Vargas Alzamora, también fueron elevados a la dignidad cardenalicia, continuando así la tradición de liderazgo eclesiástico en el país.

Trayectoria académica y pastoral de Carlos Castillo Mattasoglio

Carlos Castillo Mattasoglio cursó estudios básicos en los colegios Dalton y San Agustín y se formó en Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde integró la Unión Nacional de Estudiantes Católicos. Posteriormente, ingresó al Pontificio Colegio Español San José, en Roma, y fue ordenado presbítero en 1984.

Durante su carrera religiosa, ha desempeñado diversos roles dentro de la Iglesia, incluyendo ser párroco de distintas comunidades, profesor de teología en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y miembro activo de la Conferencia Episcopal Peruana.

Antes de convertirse en arzobispo de Lima en 2019, Castillo se destacó por su cercanía con los fieles y su compromiso con la justicia social y los derechos humanos. Durante su gestión, la arquidiócesis ha puesto en marcha diversas iniciativas destinadas a apoyar a las poblaciones más vulnerables, alineándose con la propuesta del papa Francisco de una “Iglesia en salida”, que busca una mayor participación en las problemáticas sociales actuales.

¿Qué significa el nombramiento del papa Francisco para la Iglesia en Perú?

El nombramiento de Carlos Castillo como cardenal tiene importantes implicaciones para la Iglesia en Perú. Su papel en el Vaticano será clave para representar los intereses de las comunidades católicas en América Latina, una región con desafíos como la pobreza y la desigualdad.

Además, esta designación refuerza el liderazgo de la Iglesia peruana en un contexto donde el país atraviesa momentos de inestabilidad política y social. Castillo, conocido por su postura crítica frente a la corrupción y las injusticias, tiene la expectativa de seguir promoviendo un mensaje de paz, solidaridad y responsabilidad social desde su nueva posición.

Por último, su ascenso al cardenalato ofrece a la Iglesia en Perú la posibilidad de ejercer una mayor influencia en las decisiones globales de la Iglesia Católica, alineándose con la visión que el papa Francisco tiene para el futuro de la institución.