Sociedad

La élite criolla es reemplazada por un mestizaje que no está preparado

Zein Zorrilla. Escritor, nacido en Huancavelica en 1951, autor de la saga del Bicentenario “El mestizo de los andes y su destino”

Autor presentó su saga del Bicentenario en feria de libros de Arequipa. Foto: Wilder Pari/La República
Autor presentó su saga del Bicentenario en feria de libros de Arequipa. Foto: Wilder Pari/La República

LLuvia Editores trajo a Zein Zorrilla a Arequipa. Conversó con La República sobre su visión particular del país, desde las regiones.

- Su obra reciente es una reflexión sobre el Bicentenario y el país. La saga “El mestizo de los andes y su destino” se escribió desde una visión regional.

Se puede observar que la historia escrita desde Lima por sus historiadores, es una visión que minimiza a las voces de las regiones desde los tiempos prehispánicos.

- ¿Incluso Jorge Basadre? Porque él es tacneño.

Basadre y (Luis) Valcárcel, en un inicio, tienen un inicio muy enraizado y muy comprensivo de las regiones, pero a medida que fueron avanzando y ligándose a intereses capitalinos, fueron mutando y perdiendo su filo.

- ¿Es correcto hablar de la nación peruana?

Definamos qué es nación. Los estudiosos dicen que es una comunidad humana que comparte un territorio, una tradición cultural e idioma. Es el territorio que define actividades: pesca, ganadería y minería. Y estas, al repetirse, forman tradiciones culturales y, por tanto, hacen diferente al hombre de la puna, del valle y de la costa.

- En el Perú tenemos muchas naciones entonces.

Claro. Por ejemplo, uno diría por qué no se hace artesanía de Chulucanas en Tacna o porque los chinchanos no bailan huaylas. Son naciones diferentes. Cuando los españoles llegan a América habían más de 100 idiomas, más de 100 naciones que los incas no homogenizaron.

- Con esa variedad de naciones podríamos decir que el país es muy rico, pero imposible ponerse de acuerdo.

No se puede ni se va a poder, porque la nación criolla, afincada en Lima, genera normas de acuerdo a su entendimiento para todas esas naciones. Entonces se tienen cosas que desde Lima no se entienden. ¿Por qué en el Valle de Tambo se oponen a una mina que traería desarrollo al país? ¿Por qué los de Las Bambas se oponen a la minería? ¿Por qué los selváticos se oponen a los oleoductos? Porque están destruyendo su territorio. No va a existir desarrollo mientras no exista un reconocimiento de naciones diferentes y luego acuerdos de coexistencia. Una nación no puede desarrollarse a costa de otra.

- ¿Se habla del fracaso de la república peruana, cuál es su apreciación?

Exacto, el concepto es adecuado, tal vez las explicaciones difieren. Una república es un territorio ordenado por leyes. En cada nación desde tiempos antiguos, se generan clases sociales: la élite, clase media y pueblo. Las repúblicas implican el acuerdo de coexistencia de esas clases sociales dentro de un territorio dentro de un sistema de gobierno y leyes. Eso es una república y un Estado (…). Con la independencia la élite criolla que venía desempeñando cargos y sabían cómo se maneja la cosa pública toman el poder (…). Pero esta élite hace lo más fácil, usufructuar el mismo estado español en propio beneficio, ese es el estado español y la república en 1821 que vino casi hasta los tiempos de Velasco.

- Que piensa del momento actual que vive el país. Es elegido presidente un profesor rural con todas las características de mestizo y ahora hay una decepción.

Vivimos una crisis que llevará a una transformación. La élite criolla que manejaba el país se está desmoronando, han perdido presencia política, pero aún manejan la economía. Esta élite criolla va a ser reemplazada, por este mestizaje en ascenso (…). Pero cuál es el problema de estos mestizos, que no tienen tradición, no nos hemos cultivado para asumir el rol que se nos viene. Una de las cosas que decíamos es que el mestizo es el resumen de lo indígena y todo lo europeo llegado acá. Lo que nos falta es asumir a plenitud nuestra herencia europea, el renacimiento es nuestro, las grandes revoluciones europeas son nuestras, tenemos que sentirlas como nuestras. Tomar las lecciones de ellos y replantear el estado peruano.

- Qué es el peruano. Hasta ahora hay discusiones bizantinas, que, si mejor hubiera sido que no nos conquisten los españoles, que mejor era nuestra herencia incaica.

Por los años 20, luego de los enfrentamientos en el sur por las lanas, hubo un renacer del indigenismo, que pensaba que el retorno al imperio incaico era la salvación. ¿Quiénes fundan el movimiento indigenista? Mestizos, tú los ves con corbata y en sus haciendas cantan huayno y chacchan coca, en la ciudad beben wiski y eran observados por eso. Pero eran mestizos, con las dos culturas dentro suyo. Luego de esto, tras la caída de Leguía y Sánchez Cerro, llega Benavides con un hispanismo galopante. Riva Agüero organiza el grupo con Porras Barrenechea y otros historiadores y viene un hispanismo en desquite del indigenismo. Pablo Macera dice que en ese momento hasta cambiaron los sílabos universitarios, para demostrar que éramos hispánicos. Lo único que queda es esto, asumirnos herederos de ambos, una síntesis fértil.

- ¿Es vana la pelea con nuestro pasado?

Lo que falta ahora es tomar más conciencia, ver la historia política del mundo considerando la nuestra y ver la posibilidad de replantear el estado, no solo la Constitución (…) En este país decimos que se expulse a la Confiep por un lado o no escuchemos a los campesinos por otro, no vamos a ninguna parte. Se tienen que escuchar los tres y se tienen que entender. Estamos en el mismo bote y tenemos que remar para adelante. Un pueblo que no se organiza y no marcha adelante, desaparece.