Sociedad

Pueblos indígenas y amazónicos retratan su legado ancestral para destacar su papel en el desarrollo del país

El reto del Bicentenario consiste en lograr que las autoridades los escuchen y que se les dé a sus comunidades atención prioritaria en educación y salud.

Foto: Bicentenario ¿Qué Bicentenario?
Foto: Bicentenario ¿Qué Bicentenario?

La riqueza cultural, los alimentos que llegan a las mesas peruanas y la sabiduría ancestral, por ejemplo para tratar los problemas de salud, constituyen el invalorable legado que los pueblos indígenas y amazónicos brindan al Perú y a sus ciudadanos desde tiempos inmemoriales. Y con motivo de celebrarse los 200 años de la Independencia del Perú, han retratado su quehacer diario para exigir respeto a sus derechos y el reconocimiento que merecen.

Como parte de la iniciativa “Bicentenario: ¿Qué Bicentenario?”, pueblos indígenas y amazónicos de Lambayeque, Loreto, Ucayali, Moquegua, Cusco, Apurímac y Amazonas han elaborado una extensa producción fotográfica y audiovisual para reflexionar sobre el significado de los 200 años de Independencia.

“Los pueblos originarios existen desde antes de la República. En el caso de los quechuas tenemos más de 500 años de existencia. Pero el Estado siempre nos ha excluido. Años atrás no teníamos derecho a participar en la vida política ni a emitir nuestro voto. Y hoy en día no existe en el gobierno una cuota indígena para acceder a cargos públicos. No nos sentimos parte de esta República que cumple 200 años”, expresó Víctor Raúl Maita, presidente de la Confederación Nacional Agraria (CNA).

Esta falta de representatividad en el Estado refleja el olvido a los pueblos indígenas, y para revertir esta situación plantea que se respete la pluriculturalidad y la interculturalidad. “El Estado necesita tener una mirada horizontal; darle el valor que merecen a los pueblos nativos. Es hora que se valore nuestra contribución”, agregó.

Retratos de vida e historia

En el distrito de Nauta (región Loreto), María Sangama, perteneciente al pueblo kukama, retrató el quehacer diario en su comunidad con el fin de defender sus tierras.

“Tomamos las fotos para que las mujeres indígenas y nuestros pueblos seamos visibilizados. El Perú va a cumplir 200 años, pero no sentimos la presencia de las autoridades. No respetan nuestros derechos ni protegen nuestras tierras. Nosotros estamos reforestando nuestras parcelas, cuidamos la flora y fauna por el futuro de nuestros hijos y las próximas generaciones”, dijo.

Resaltó también que los conocimientos de su comunidad les permiten hacer frente al COVID-19. “Para nosotros es importante que todos conozcan que los síntomas del COVID-19 pueden ser tratados usando nuestras plantas medicinales. Así sané yo, al igual que muchas personas en Nauta. Las hierbas protegen nuestra salud en esta emergencia”, agregó.

De otro lado, en las comunidades de Ccoñamuro y Accasi, distrito de Tambobamba (Apurímac), Raúl Jaquima también decidió participar en la muestra fotográfica. “En las fotos se ven las rutinas en la chacra, el tema del trueque y la educación. Los pueblos aportamos en el ámbito agrario y cultural, mediante las expresiones artísticas que forman parte del Perú profundo. Pero necesitamos que los saberes ancestrales se incluyan en la malla curricular para que no sean olvidados”, alertó.

Para él, el reto del Bicentenario consiste en lograr que las autoridades los escuchen y que se les dé a sus comunidades atención prioritaria en educación y salud.

En Lambayeque, a unos 32 kilómetros de Chiclayo, se ubica la comunidad de Mórrope. Esta es la tierra donde hace miles de años se asentó la cultura Mochica, de la cual Iris Tuñoque, una de sus pobladoras, se siente orgullosa.

“Con las fotografías quisimos resaltar las costumbres ancestrales que hemos heredado de los MochicasLa cultura Mochica sigue viva aquí en Mórrope por medio de la alfarería, el algodón nativo obtenido con la técnica del telar y la chicha de jora que se sigue preparando tal como lo hicieron nuestros antepasados”, destacó.

Y en el marco del Bicentenario, los habitantes de Mórrope demandan el valor que se merecen como pueblo histórico y esto buscan lograrlo a través de su participación en la exposición fotográfica.

Recuperando el protagonismo

Para Lourdes Huanca, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), la llegada del Bicentenario es la oportunidad de hacerse respetar, y fue con ese objetivo que ponen en marcha la campaña “Bicentenario: ¿Qué Bicentenario?”.

“La mirada horizontal que pedimos al Estado consiste en respetar la sabiduría de nuestros antepasados. Tener claro que no sólo los profesionales tienen la verdad en el conocimiento, sino valorar y respetar los saberes ancestrales con los que nuestros abuelos han arado el campo desde tiempos atrás”, sostuvo.

Recordó que los pueblos nativos garantizan la soberanía alimentaria y el abastecimiento de alimentos en el país mediante el cuidado y cultivo de las semillas autóctonas.

“Con la muestra fotográfica buscamos que todos comprendan que en los rincones de nuestro Perú hay sabiduría y conocimiento. Hay mujeres, hombres y jóvenes trabajando, trasladando nuestro conocimiento y protegiendo nuestros territorios. Aquí estamos para lograr un desarrollo económico, social y cultural, mediante el respeto mutuo”, finalizó.

La muestra fotográfica se inaugura este 28 de julio en la Plaza Municipal de Barranco y luego será presentada en otras regiones del país donde se puso en marcha la iniciativa.

Esta exposición se realiza con el apoyo de CooperAcción y con la participación de la Confederación Campesina del Perú (CCP), Confederación Nacional Agraria (CNA), Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP) y la Organización de Desarrollo de las Comunidades Fronterizas del Cenepa (ODECOFROC).

DATO

En el contexto del Bicentenario, los líderes indígenas y amazónicos buscan también que se reconozca a los 55 pueblos indígenas, a las 48 lenguas originarias existentes y en cuanto a la representatividad que se respete la cuota indígena o de los pueblos en todos los espacios de decisión.