Denuncian que sujetos revenden oxígeno en los exteriores de Criogas
Una fila de personas se mantienen a la espera de reabastecimiento de insumo médico. “Se acercan disimuladamente y te dicen que compres cola o que ‘vas a perder’”, indicó un entrevistado.
Hasta hace una semana, en la avenida Alfredo Palacios, en el Callao, la fila por rellenar los tanques de oxígeno superaba las dos cuadras; este miércoles, a consecuencia de la escasez de este insumo, aquella cola de familias se ha visto disminuida, ya que muchas de las personas que se mantenían perennes a lo largo la cuadra perdieron la fe o, peor aún, a algún ser querido.
A esto se le suma la preocupación por aquellos quienes realmente se han posicionado, desde hace más de una semana, a la espera de que sus balones sean llenados para auxiliar a sus parientes. Según denuncian estas personas, los extorsionadores y revendedores continúan amenazando y amedrentando, esta vez, a familias desesperadas por obtener el valioso oxígeno medicinal.
Fabricio Pérez Jara, una las personas que se encontraba al inicio de la cola, comentó que está esperando por el abastecimiento de oxígeno desde el martes de la semana pasada y que también ha sido testigo de cómo estos revendedores intentaron someter a demás familiares desesperadas por conseguir el insumo.
“Se acercan solapadamente y te dicen que compres cola o que ‘vas a perder’” indicó otro entrevistado, quien no quiso dar su nombre por temor a represalias.
En esa misma línea, a través de un enlace en vivo en la plataforma digital de este diario, se le consultó a una señora que se encontraba en la cola por la situación del pariente por quien se encontraba esperando el oxígeno.
La mujer, que indicó llamarse ‘María’, expresó que desconocía el estado de salud de su supuesto pariente y tampoco sabía qué medicamentos estaba tomando, indicios que fortalecían su presunto vínculo con demás revendedores que se colocan cerca a la empresa de oxígeno en el primer puerto del país.
Un factor importante para esta recurrente problemática desde la primera ola el año pasado es la poca presencia policial ante la concurrencia por parte de estos revendedores y extorsionadores.