Vuelve a juicio oral el caso de anciana asesinada en 2007
Sin justicia. Por “formalismos”, la Corte Suprema dejó sin efecto sentencia contra cuatro acusados. Son 12 años de proceso.
Han pasado más de doce años desde el asesinato de Epifanía Garay Silva (79), quien además sufrió abuso sexual, pero sus deudos todavía no consiguen justicia. Esta semana, la Corte Suprema, a través de su Sala Penal Permanente, anuló la cadena perpetua que ya pesaba sobre los cuatro acusados y dejó sin efecto la orden de captura.
Los implicados son Adolfo Pedro Camiloaga Jara, Abel Emerson Asencios Domínguez y los hermanos Rossbel Donato y Richer Ronald Salazar Trujillo, quienes habían sido sentenciados en segunda instancia, pero seguían prófugos.
Sisinio Loarte, hijo de la víctima, dijo sentirse “agotado” y “dolido” tras conocer la decisión judicial, que también retrotrae el caso a etapa de juicio oral. “¿Cuánto más van a demorar en sancionar? Son doce años y nadie paga sus culpas”, reclamó.
Mario Amoretti, abogado de los deudos, dijo que la Corte anuló la sentencia porque se tomó en cuenta el testimonio de algunos testigos presentados por la defensa de los acusados.
Percy Castillo, adjunto para los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, indicó que la Corte “ha decidido anular la sentencia por cuestiones de carácter formal y no de fondo”, lo que ha provocado que tras doce años de proceso legal aún no exista una sentencia firme.
Castillo y Amoretti coincidieron en que la máxima instancia penal no ha desacreditado las pruebas presentadas en contra de los acusados.
En la resolución de la Suprema se argumenta que, al no haber considerado (la corte de Áncash) las declaraciones, los implicados no pudieron ejercer su derecho a la defensa. “Siendo así, no es posible un examen sobre el fondo del asunto”, se lee en el documento. El nuevo juicio oral se realizará en Áncash.
El caso
● Crimen atroz. En junio del 2007, los cuatro acusados ingresaron a la vivienda de Epifanía Garay Silva, ubicada en Áncash, la violaron y asesinaron. Los detalles del crimen fueron confesados por José Ítalo Maguiña, quien entonces era menor de edad y participó como “campana”.