Umberto Jara: “Paolo Guerrero, en vez de asumir su error, generó una historia que no es real”
Entrevista con el periodista y abogado Umbero Jara. Autor de los libros Así nos robaron y Te sigo a todas partes. Habla sobre la pasión que desata el fútbol en el Perú y el caso Paolo Guerrero.
Elmer Mamani
Los peruanos compensan sus grandes frustraciones con fútbol. “Es el más grande fenómeno social”, explica Umberto Jara en la entrevista que nos concedió en la Feria Internacional del Libro (FIL). Jara es autor de grandes éxitos. Uno de los más recordados es Ojo por ojo, texto que devela las matanzas del Grupo Colina en plena época terrorista. También escudriñó la vida de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, con Abimael. El sendero del terror. Para demostrar su versatilidad, presentó Así nos robaron y Te sigo a todas partes, una biopsia a la corrupción y pasión desatada por la selección en el Mundial Rusia 2018.
Estudió la vida de Guzmán, Vladimiro Montesinos, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo. ¿De todos ellos, qué personaje lo sorprendió más?
En términos de sorpresa, Guzmán. Toledo no, porque yo conocí que estaba involucrado en el caso CLAE (estafa millonaria) en 1993. Fui el primer periodista en denunciar el caso. En Abimael me sorprendió su niñez y que se forjó el destino que le correspondía a un fanático. En términos periodísticos, el que me parece de más riqueza es Montesinos, un personaje que ha vivido entre las sombras y que se apropió de las instituciones del país, un personaje siniestro.
A Toledo cómo lo definiría tras conocerse sus coimas...
Toledo está cumpliendo el destino que se trazó, el que le corresponde a quien se comporta como un delincuente. Esto, porque Toledo fue siempre un estafador, un tipo que mentía, alguien que se inventó una biografía. Dijo que era economista, pero estudió Educación para la Economía. Está en la estación que le tocaba, la prisión.
En sus libros revela historias ocultas, ¿vivimos engañados en ciertos asuntos?
Me he puesto a escribir los acontecimientos de nuestra historia reciente, porque cierto sector de la prensa desinforma a la población. Por ejemplo, nos vendieron a un Toledo demócrata y capaz. Era mentira. Entonces, quería indagar no lo que decían los medios, sino en los testimonios y fuentes directas, para mostrarle a la gente y decirle que, en realidad, estos hechos han sido de esta manera y no como nos los han querido mostrar.
Los peruanos, en muchos casos, nos quedamos con medias verdades...
A los peruanos nos falta aprender el no dejarnos encandilar, porque nos inventan héroes, nos crean historias y la población las recoge. Nos falta un poco de espíritu crítico. Lo estoy viendo ahora con el presidente (Martín) Vizcarra, ha tomado una decisión que goza de popularidad, pero cuando uno dice que la manera legal no es la correcta, critican.
Para usted, ¿fue un mal necesario el cierre del Congreso?
Como medida, está bien el cierre del Congreso, lo que el presidente no cuidó fue el mecanismo legal. Como medida política, estoy totalmente de acuerdo, porque el Congreso se burló del ciudadano.
El fútbol nos dio alegrías, pero lo anecdótico es que también el cierre del Congreso. ¿Qué le pareció ese fenómeno?
La alegría que generó en la población tiene que ver con que, cuando el político genera odio, es la propia sociedad la que le quita el poder y eso ocurrió. La gente confió su voto a los congresistas y el comportamiento de ellos fue en contra de sus intereses. Ojalá ahora nuestras alegrías sean de lo positivo y no de lo negativo.
En Te sigo a todas partes se demuestra la unidad de los peruanos por la selección. ¿Por qué no nos unimos a la hora de elegir a nuestras autoridades?
Para nosotros, el fútbol ha sido un catalizador, porque nos permitió descubrir que el éxito también era posible para nosotros. Esto generó el reencuentro con nuestra identidad: “Soy peruano y me siento orgulloso”. ¿Por qué no podemos trasladar eso a lo colectivo? Una de las razones es porque no tenemos un país con educación amplia, sino no le creerían a los que en cada elección vienen a vender mentiras. (...) Si pudimos con el fútbol, con esa cohesión estamos demostrando que sí podemos en lo otro, hay una semilla ahí.
Pero también la corrupción existe en el fútbol...
Tocas un tema central. Estamos olvidando que el actual presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, está metido en el delito de reventa de entradas. (...) Hay una denuncia que yo presenté en la Conmebol en Paraguay, que hasta ahora no la revisan, pero veo que periodistas, sobre todo deportivos, no se ocupan del tema. ¿Cómo una persona que incurrió en actos de corrupción puede ser la cabeza del fútbol peruano?
En su libro Así nos robaron habla del caso Paolo Guerrero…
Esto me ha generado críticas porque algunos sostenían que al ídolo no hay que tocarlo. Pienso distinto. ¿Cuándo se convierte la persona en un ídolo? Cuando la sociedad le otorga ese sitial, por lo tanto, tenía la obligación de comportarse como tal. Cuando a él le descubren, en el control antidoping, que tenía esta sustancia componente de la cocaína, en lugar de asumirlo, empezó a generar una historia que no es real. (...) Me puse a preguntar a expertos médicos y todos ellos coincidían en que no puede ser cierto (que con residuos de mate de coca en una taza se puede contaminar). Incluso si hubiera tomado un mate de coca enterito, no le daría el nivel que le descubrieron. Los ídolos tienen más obligación de dar ejemplo a la sociedad y no mentir. Si yo cometí un error, lo mejor es decir: “Este es el error que cometí y pido disculpas”, pero no envolvernos en una historia.
Entonces, en este caso, fue un ídolo de barro...
Es un término muy duro, fue un ídolo que no supo manejar el sitial que le dieron, no se ha sabido comportar como capitán. Y lo hemos visto hace poco, cuando no quiso venir a los amistosos.