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Política

Congreso: las reformas que deben priorizarse de cara a las elecciones del 2024

Análisis. Seis abogados constitucionalistas dan su punto de vista acerca de qué leyes deben discutirse con miras al adelanto de comicios para garantizar una mejor oferta electoral y el equilibrio de poderes para el nuevo Ejecutivo y Congreso.

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El próximo año, el Congreso estará contra el reloj para discutir y aprobar reformas electorales, constitucionales y políticas que puedan aplicarse en el eventual proceso electoral del 2024 y en el próximo quinquenio con el nuevo Ejecutivo y Legislativo.

El viernes 23 de diciembre, la Comisión de Constitución, que preside el fujimorista Hernando ‘Nano’ Guerra, puntualizó cuáles serán los temas por priorizar en lo que resta de la legislatura, entre ellos, el retorno a la bicameralidad y la reelección de congresistas, la reorganización de las instituciones electorales y la eliminación del voto de confianza.

Al respecto, La República recogió la opinión de seis abogados constitucionales. Cada uno, desde su punto de vista, planteó qué reformas son necesarias y urgentes de cara a los eventuales comicios del 2024 y también para garantizar la estabilidad política del país y no se repita otro episodio de conflicto entre poderes del Estado.

Existen posturas distintas en torno a la bicameralidad –tener una cámara de senadores y una de diputados– y las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias. Son los temas que generan mayor controversia.

En el caso de la bicameralidad, porque es interpretado por un sector de la ciudadanía como un intento de los legisladores de garantizar su reelección.

Mientras que con las elecciones primarias, a algunos partidos políticos les cuesta apostar por un mecanismo en que la población tenga participación en sus comicios internos.

No debe pasar por alto, en tanto, el reciente fallo del Tribunal Constitucional, respecto a la posibilidad de que puedan postular personas que cumplieron su sentencia por terrorismo, apología al terrorismo, corrupción o violación sexual y se hayan declarado como rehabilitados.

Las reformas se han convertido en un debate que data de años y que, todavía, no muestra resultados favorables.

La necesidad de tener la bicameralidad

Marianella Ledesma, expresidenta del Tribunal Constitucional

La elección del Congreso debe reducirse de periodo. Que no sean cinco años, sino tres, con la posibilidad de reelección. Lo ideal hubiera sido que exista renovación por tercios, pero será complicado. Hubo un referéndum donde el ciudadano planteó el no a la reelección, entonces hay una voluntad fuerte y se podría atenuar mostrando otra fórmula.

Segundo, es necesaria la bicameralidad para que las leyes requieran reflexión y perfeccionamiento, no como ocurre ahora cuando dispensan dictámenes de opiniones o con la ausencia de debates aprueban leyes.

Tercero, modificar el artículo 117 de la Constitución para incorporar como causal a la corrupción. Todo presidente que esté involucrado en temas de corrupción debe ser retirado. En este caso, llegaríamos a la suspensión de la presidencia para que pueda responder al fuero penal y, en el supuesto que salga absuelto, regresar al cargo.

Elecciones internas en los partidos

Jorge Adrián Zúñiga, estudio Jorge Zúñiga & Asociados

Es necesario trabajar mucho en las elecciones internas. Esto fortalece la participación política y genera la promoción de la actividad política, porque el hecho de que no haya elecciones primarias genera a su vez que no haya personas comprometidas con los partidos políticos y que no se encaucen los movimientos sociales que buscan un espacio y que se terminen decantando por las situaciones que se vienen dando.

La bicameralidad también es lo saludable, pero el tema siempre ha pasado por una cuestión presupuestal. A nivel latinoamericano se evidencia que es una práctica tener un Congreso con dos cámaras. Esto da mayor reflexión sobre temas específicos, pero el tema en cuestión será determinar cuáles son las competencias del Senado y la Cámara de Diputados. Otro problema será el crecimiento del Parlamento. Es una reforma aún pendiente, pero va más allá de tener dos cámaras y más congresistas.

Listas únicas no generan competencia

Ana Neyra, exministra de Justicia y Derechos Humanos

Debemos hacer una mezcla de aquellas reformas que estructuralmente pueden hacer cambios, como la bicameralidad o quitar la prohibición de la reelección de congresistas, pero que no se quede solo en esa agenda porque la ciudadanía lo va a percibir como algo favorable para quienes están en el poder político.

Necesitamos una agenda que busque priorizar la participación ciudadana. Debemos intentar con las elecciones primarias, algo que no se logra porque lo han postergado tanto, y darle participación a la ciudadanía. El problema para las primarias son las listas únicas. Eso no genera una real competencia y no genera incentivos para que la población vaya a votar. En las elecciones del 2020 y 2021, muchos partidos hicieron elecciones internas con una sola lista y es una de las principales críticas. Una de las razones por las que los partidos se oponen a las primarias es porque sienten que pierden el control de los resultados.

Reformas contra el tiempo

Omar Cairo, abogado constitucionalista

En primer término, el actual Congreso no debe restablecer la bicameralidad. La defensa de esta reforma constitucional no obedece a la identificación de alguna necesidad específica que justifique la creación de una segunda cámara, sino al interés de los actuales congresistas en la posibilidad de una reelección encubierta: el establecimiento de un Congreso bicameral les permitiría postular el 2024 a la nueva primera cámara, y el 2029 a la nueva segunda cámara.

Tampoco debe aprobarse, en este momento, la renovación por tercios del Congreso, porque antes de hacerlo es necesario examinar si la situación política y social del país puede o no soportar el clima de campaña electoral permanente que provoca este mecanismo. No debemos olvidar que el adelanto de elecciones es consecuencia de la exigencia social de que se vayan los actuales congresistas. Pero no para que regresen inmediatamente y permanezcan como parlamentarios durante dos nuevos períodos, de cinco años cada uno.

Un debate que urge retomar

Beatriz Ramírez, abogada constitucionalista

En nuestra Constitución, en el artículo 34-A, se señala que no puede postular a cargos públicos una persona con sentencia condenatoria en primera instancia por cualquier delito, pero además tenemos la ley 30717 que señala que, además de tener una condena por cualquier delito, había cuatro por los cuales, así hayas cumplido la pena, no puedes postular a cargos públicos: tráfico de drogas, terrorismo o apología al terrorismo, corrupción y violación sexual.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional esta parte. Es decir, cualquier persona que cumplió su condena en esos delitos y que tenga inscrita su rehabilitación puede postular. Eso es un problema. Nadie está diciendo que la persona no pueda reinsertarse a la vida pública o a la sociedad, pero para participar en la vida política y la elección de cargos públicos, eso debe ser un mínimo filtro. Son delitos graves. Es un debate que debemos volver a tener.

Es necesaria una segunda cámara

Ernesto Álvarez, expresidente del Tribunal Constitucional

La primera e indispensable reforma es cambiar la fuente de representación a distritos uninominales o binominales muchos más pequeños de los que hay. Para eso se necesita sacar de la Constitución el número total de los parlamentarios y esto debe estar de acuerdo al aumento de la población y sus distritos. Esa sería una medida primordial. Luego estaría la posibilidad de que se quiebre una polarización y se fuerce una negociación en la política, con la introducción de tres candidatos en la segunda vuelta presidencial.

En tanto, lo que debemos hacer con la bicameralidad y la reelección congresal es que con el mismo presupuesto del 2022 mantenerlo para dos cámaras. En los años 80 había bicameralismo y se gastaba mucho menos que en el actual Congreso. No existe control para la Cámara de Diputados que tenemos hoy. Para eso es necesaria una segunda cámara y que la Cámara de Diputados no tenga tanto poder y no cometa errores técnicos.