Política

El informante: El ministerio del profe, por Ricardo Uceda

Poniendo el foco en la promesa de Pedro Castillo de conceder ingreso libre a las universidades a los hijos del pueblo. ¿Pura demagogia u oferta factible? El Minedu prepara una proposición al respecto.

Los maestros. Pedro Castillo toma juramento a Juan Cadillo en la ceremonia de asunción de un ministerio que vigila personalmente. Foto: difusión
Los maestros. Pedro Castillo toma juramento a Juan Cadillo en la ceremonia de asunción de un ministerio que vigila personalmente. Foto: difusión

Pese al cúmulo de críticas por los nombramientos ministeriales, en tres carteras no hubo objeciones. En Economía y Finanzas, donde se reconoce la experiencia previa de Pedro Francke, aunque no en un puesto equivalente. En Salud, a cargo del médico izquierdista Hernando Cevallos. Y en Educación, donde trabajará Juan Cadillo, uno de los cincuenta mejores maestros del mundo según The Global Teacher Prize. En estos ministerios tampoco hubo designaciones partidistas ni estrambóticas, y, en general, se mantendría la plana de directivos precedente.

Son sectores de la mayor importancia política. Otro sensible es Interior, pero el nombramiento del exfiscal Juan Carrasco vino acompañado de graves problemas. No es posible anticipar cómo se resolverá la crisis allí, y quizá Carrasco termine perdiendo su cargo en la magistratura y en el gabinete. En cambio, en Economía, Salud y Educación, Castillo tiene expectativas de lograr resultados que le sean reconocidos. Son más previsibles los caminos —ambos tortuosos y bajo nubarrones— para reactivar la economía y enfrentar la tercera ola de la pandemia. Lo más enigmático es Educación, vigilado por el propio presidente.

gabinete Pedro Castillo

gabinete Pedro Castillo

Tres promesas

Castillo anunció que el sector sería declarado en emergencia y recibiría el doble del presupuesto actual, de treinta y cinco mil millones de soles. Desea, dijo, cerrar las brechas sociales en la prestación del servicio. Al margen de las medidas relacionadas con la pandemia —retorno a clases presenciales, vacunación de maestros— mencionó tres puntos que marcarán la agenda del ministerio. Aunque lo hizo vagamente, pueden ser descifrados.

Detrás de las palabras “revalorización de la carrera docente” está toda la agenda reivindicativa de los maestros, que incluye su evaluación no punitiva y el nombramiento de los contratados. Fueron demandas controversiales, que animaron las últimas huelgas del magisterio. De otro lado, la expresión “currículo promovido por los maestros” refleja el propósito de cambiar determinados contenidos educativos. Por ejemplo, el relacionado con cuestiones de género, en las que Castillo tiene una visión conservadora. En su tercer interés, el ingreso libre a la educación universitaria, el discurso fue más directo: simplemente lo anunció. Está claro que sobre los dos primeros temas habrá polémica. El último suscita dudas: ¿es realmente factible?

Pedro Castillo. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Pedro Castillo. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Cruda realidad

En Sudamérica, el 46% de egresados de la educación básica se matriculan en la superior. En el Perú el 33%, una de las tasas más bajas. De cada diez egresados, dos acceden a la universidad y uno a otras instituciones de formación superior. La oferta de Castillo para un acceso libre requiere aclarar algunas premisas. ¿Todos los egresados podrán matricularse en cualquier centro superior? ¿Lo harían solo los que obtuvieron promedios compatibles con una aptitud suficiente?

Y si todos ingresaran, ¿cómo afrontar el bajo rendimiento existente? De acuerdo con la Evaluación Censal de Estudiantes 2019 solo el 17% de quienes cursaban el segundo de secundaria rendía satisfactoriamente en matemática. Apenas el 14% comprendía lecturas como era debido. Cuando Castillo lanzó la iniciativa en su discurso, estas premisas no estaban definidas.

Cifras de Argentina

Una referencia obligada es la experiencia argentina, donde hay libre acceso a la educación superior desde 1953. Solo en la Universidad de Buenos Aires (UBA) estudian cerca de 400 mil estudiantes, más de lo que acogen todas las instituciones de su tipo en el Perú. Pero reporta una deserción del 50%. La UBA recibió el doble y eliminó a la mitad, en función del rendimiento académico. Con tres premios Nobel egresados de sus aulas, es reconocida como una de las mejores universidades de Iberoamérica.

En el Perú, donde anualmente egresan 488 mil estudiantes de la educación básica, las universidades públicas ofrecen unas 64 mil vacantes al año. Si la decisión fuera admitir a todos, tendría que producirse un paso gigantesco para ampliar la capacidad de oferta. Y, por otra parte, debería haber un sistema de nivelación para los que terminan la secundaria sin la preparación suficiente. Si desertara el 50% (como en el modelo argentino), el sistema ofrecería un engaño.

La luz verde

El MINEDU consultó la iniciativa con rectores de las universidades públicas y recogió una disposición favorable, sujeta a la existencia de recursos. La ampliación de la capacidad de oferta requiere una inyección económica del Estado, que varía en función de cada institución y de las regiones. La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) también tendría una disposición favorable, siempre y cuando se mantenga el nivel académico. Deberían preservarse las condiciones básicas de calidad alcanzadas en el proceso de licenciamiento y en la reforma universitaria. De lo contrario habría un retroceso. Fomentar un masivo ingreso de nuevos estudiantes, sin los adecuados recursos, influiría negativamente en la mantención del licenciamiento de las instituciones.

En 2021, el MINEDU ha invertido 48 millones de soles para ampliar seis mil vacantes en el sistema público, donde operan 52 universidades. El trabajo nunca tuvo como objetivo el ingreso libre, considerando —además de las limitaciones mencionadas— que el mercado laboral requiere no solo egresados universitarios, sino también jóvenes con estudios técnicos y egresados de institutos. Una alternativa es que el ministerio le proponga a Castillo que el ingreso libre sea gradual y dirigido a los mejores estudiantes egresados de secundaria. Un objetivo factible, que no arriesgaría la reforma y que apoyaría el decreciente capital político del profesor chotano. El anuncio se hará en los próximos días.

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