Persona de confianza de Orellana ratifica que exjefe de Sunarp ayudó al clan
Patricia Rojas señaló que Álvaro Delgado benefició a los hermanos Rodolfo y Ludith Orellana. Poder Judicial revocó la prisión preventiva en su contra.
La situación del exjefe de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp), Álvaro Delgado Sheelje, es favorable para él, cuya prisión preventiva fue revocada por la Corte Suprema en el caso del clan Orellana. No obstante, la Fiscalía ha señalado el testimonio de quien ha sido el brazo derecho de Rodolfo Orellana, confirmando el vínculo entre el líder criminal y el exfuncionario.
En la reciente audiencia pública por el caso, la Fiscalía Supraprovincial Especializada en Corrupción de Funcionarios recurrió a la declaración de Patricia Rojas Rocha, que también fue brazo derecho de Ludith Orellana. Ella ha confirmado que Delgado Sheelje direccionó los títulos de inmuebles para su obtención ilegal.
Rojas Rocha brindó su testimonio en noviembre a los fiscales Eiser Jiménez Coronel y Elvis Suárez Ferrer.
Detalló que Rodolfo y Lutith Orellana usaron a Álvaro Delgado Sheelje cuando era adjunto de la Sunarp para que realice el saneamiento físico ilícito de propiedades, en perjuicio de terceros y del Estado.
Además, mencionó un caso en el que se consiguieron cerca de 2 millones de dólares en beneficio de los hermanos Orellana, solo con la citada práctica. Una vez a cargo de la superintendencia, las coordinaciones de los títulos fueron con el registrador Pedro Guzmán Molina, también investigado.
Las reuniones entre Rodolfo y Ludith Orellana con Álvaro Delgado se realizaban en distintos lugares, aunque Rojas detalló uno cerca de la oficina del exjefe de la Sunarp: la cafetería Balthazar, utilizado con frecuencia para los encuentros. “Álvaro despachaba con Ludith Orellana las gestiones que realizaba a favor del estudio Orellana”, señaló la persona de confianza del líder del clan. En estas citas también estuvieron otros implicados.
Patricia Rojas estuvo en dos reuniones en las que estuvieron Ludith Orellana y Álvaro Delgado. El tema tratado fue sobre direccionamientos. Por cada caso se pagaban 800 dólares. Así también se logró que se inscriban títulos y se venda la información catastral de la Sunarp en favor de los hermanos Orellana.