Los narcoindultos, otra vez
"Queda como colofón el balance que Alan García hizo del manejo de la crisis: ‘La guerra mediática se equilibró y en parte se ganó. (...) Si no puedes convencer, confunde’”.
Alan García nos dejó un legado mortal cuando liberó a 5.500 delincuentes, la tercera parte de los 15,000 delincuentes presos del país. La crisis de la seguridad ciudadana es considerada el problema más grave del país y quien más hizo por crearla fue Alan García.
La amplia mayoría de los que liberó fueron narcotraficantes: 64% de los indultados y el 61% de los que recibieron conmutaciones de pena. Se liberó a bandas completas, en varios casos formadas por capos de carteles internacionales. García llegó a disponer reducciones de condenas por debajo de lo propuesto por la Comisión de Gracias Presidenciales (http://bit.ly/10M9lsq).
García se defendió alegando que liberó a delincuentes para combatir el hacinamiento en las cárceles. Pero los liberados fueron solo los inculpados que tenían dinero para pagar alrededor de 10 mil dólares por año de reducción de pena, y no la mayoría de reclusos, pobres, retenidos indefinidamente, sin sentencia.
Alan García liberó a 5.500 delincuentes sentenciados, incluyendo 3.274 narcotraficantes, 400 sentenciados por narcotráfico agravado y 1600 delincuentes de alta peligrosidad. Todos y cada uno de los expedientes llevaban estampada su firma. García aseguró que pasó “miles de horas, durante cientos de noches”, revisándolos todos y cada uno.
Para ejecutar el operativo, García puso de presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales e Indultos al aprista Miguel Facundo Chinguel. Este reclutó a Dámaso Gregorio Luyo, que formó parte de un estudio de abogados con Manuel Huamán Montenegro, aprista carnetizado y abogado del cartel “Los Norteños”, condenado a ocho años de prisión por narcotráfico, al que también enroló para la Comisión. Completaron el elenco reclutando a Carmen Morales Pebes, narcotraficante internada cuatro veces en prisión, a la que le redujeron la última sentencia, de cuatro años que purgaba, a un año, para incorporarla a la Comisión cuatro meses después de su liberación. El número de promotores se aumentó de 6 a 40, de los cuales casi la mitad eran apristas. Su función principal era identificar a los reclusos que podían pagar por su libertad.
En medio de este escándalo se abrió un rayo de esperanza de obtener justicia cuando un narcotraficante, Carlos Butrón Dos Santos, “Brasil”, se dirigió a la megacomisión encargada de investigar a García y dio un detallado testimonio que implicaba a buena parte de la plana mayor del APRA. Pero sorpresivamente el 20 de octubre de 2013 Butrón se presentó en un programa de Panorama para retractarse totalmente de su testimonio, exculpando a Facundo y especialmente a García. A continuación, desapareció hasta el día de hoy.
Gracias a material publicado por IDL Reporteros sabemos ahora que Butrón fue presionado por la dirección del APRA (se llegó hasta a amenazarlo con el comando Rodrigo Franco), para que se retractara.
En esto jugó un papel protagónico Jorge del Castillo. Los diálogos que se desarrollaron en su oficina la tarde del 18 de octubre de 2013, dos días antes de la retractación de ‘Brasil’, son simplemente nauseabundos.
Queda como colofón el balance que Alan García hizo, en una comunicación interna, del manejo de la crisis: “Sabios doctores: la guerra mediática se equilibró y en gran parte se ganó. Como dicen los jesuitas: ‘Si no puedes convencer, confunde’”. “Queda como colofón el balance que García hizo del manejo de la crisis: ‘La guerra mediática se equilibró y en parte se ganó. (...)
Si no puedes convencer, confunde’”.