"Las relaciones Ejecutivo-ANGR no siempre han sido las mejores. Pues junto a temas de fondo como las atribuciones y los recortes del canon, ha habido fuertes choques por modales políticos".,De los tres gobernadores que hoy compiten por presidir la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, ANGR, uno es de Acción Popular y otro de Alianza Para el Progreso. Partidos con tres y cuatro regiones respectivamente. Hay 15 votantes de agrupaciones independientes y 10 de los partidos llamados nacionales. A pesar de que a los políticos radicales les ha ido bien en esta elección, los cubileteos se han inclinado, como en otros años, hacia una presidencia más bien moderada. La fórmula ha funcionado bien, sobre todo para mantener unidos a gobiernos con puntos de vista marcadamente diferentes. Aunque eso ha sido al precio de cierta pasividad. Pero pasiva y todo, en medio de la debilidad institucional del Perú, la ANGR es un espacio que ha venido funcionando de acuerdo a sus fines, creando consensos entre sus integrantes, y proyectando una imagen de serenidad administrativa para todos sus integrantes. Esto aun para los gobernadores que ciertamente no la merecían. Ha sido esencial para el perfil de la ANGR la norma según la cual ella no interviene en conflictos específicos de cada región, y se reserva para las cuestiones de interés común. Entre estas ha destacado siempre la búsqueda de mayores atribuciones frente al Estado central, algo que ha venido siendo obtenido a paso lento. Las relaciones Ejecutivo-ANGR no siempre han sido las mejores. Pues junto a temas de fondo como las atribuciones y los recortes del canon, ha habido fuertes choques por modales políticos. Todavía está fresco el incidente del 2015, cuando 22 gobernadores se declararon en rebeldía por el maltrato del Ejecutivo. Desde entonces el camino a Palacio ha mejorado considerablemente. Incluso Pedro Pablo Kuczynski intentó usar el diálogo con el GORE-Ejecutivo para contrarrestar el abrumador peso del Congreso fujimorista. Evidentemente el gesto no funcionó, pero acercó algo más a la ANGR a las grandes ligas de la política. Con un presidente y un primer ministro que vienen de gobernar regiones, la situación es diferente. Pero los reclamos por fuerza siguen siendo parte de la relación. Desde la reconstrucción en el norte hasta el gasoducto en el sur, el territorio nacional está cubierto de necesidades. Aunque no todas se pueden resolver desde Lima.