"Algunas ideas para aquellos aventureros políticos que en un futuro cercano se lancen a la política, alcancen el éxito y quieran autodestruirlo".,A continuación, algunas ideas para aquellos aventureros políticos que en un futuro cercano se lancen a la política, alcancen el éxito y quieran autodestruirlo: - Para formar tu bancada escoge personajes cuestionados, con antecedentes penales, que representen intereses oscuros. Al comienzo esto te permitirá manipularlos a tu antojo, pero se volverán contra ti si es que caes en desgracia y no tienes el tiempo ni la cabeza para ocuparte de ellos. - Desprecia a los congresistas de provincia y construye un cogollo cerrado, donde unas pocas personas compartan el poder y tomen las decisiones de espaldas al resto. Poco a poco alimentarás el resentimiento y las ganas de desquite. - Construye un partido vertical, donde tu liderazgo sea el único. Rodéate por un coro de sobornes y aplaudidores profesionales que no te hagan sombra o cuestionen tus decisiones, lo que impedirá que descubras tus errores y enmiendes el rumbo. - Consíguete un puñado de periodistas, opinadores, politólogos y voceros que justifiquen, elogien y le den apariencia racional a tus actuaciones, aun cuando estas sean puras bravuconerías o berrinches. No interesa que entre ellos haya fundamentalistas religiosos, homófobos, machistas, racistas o personas manifiestamente desequilibradas. Lo importante es que te hagan eco, barra y le den resonancia a tus opiniones. Así parecerá que representas al sentir mayoritario. - Apoyado por ellos, invéntate un enemigo común, un fantasma que amenace al país y solo tú puedas combatir. Ponle un nombre pegajoso (puedes comenzar llamándolos «caviares» y, si hace falta, luego «terroristas»). Échale la culpa de todos los problemas nacionales y no te preocupes si, por tratarse de distintos colectivos que solo tienen en común su oposición a aquello que representas, el día menos pensado pasan a ser una vasta mayoría del país. - Haz política desde la revancha, el odio, la confrontación. Muéstrate incapaz de negociar y autocriticarte. No rehagas el camino una vez que los errores comiencen a producir sus primeras consecuencias. - Consíguete un aliado que te preste su materia gris, que sea conocido por su cálculo y poca fidelidad, y que te abandone en cuanto las cosas se pongan difíciles. - Impulsa leyes abiertamente inconstitucionales, censura ministros por puro capricho, entorpece cualquier iniciativa del gobierno, aprovecha el mínimo pretexto para atacarlo, hostilizarlo e inutilizarlo. - Asóciate con delincuentes y, cuando te investiguen por ello, emplea al máximo toda tu fuerza política para obstaculizar las investigaciones y darle armas a quienes quieran imponerte una prisión preventiva. - Cuando todo parezca perdido, busca aliados en las instituciones capitales del gobierno que compartan tus mismas formas y tu mismo desprecio por la ley, que estén dispuestos a todo para eternizarse en el poder y que puedas abandonar si su desprestigio amenaza con contaminarte. - Y sobre todo nunca, pero nunca, pongas al país por delante de tus intereses, rabietas y caprichos.