En el 2019 puede mejorar la relación Gobierno-Congreso.,En comparación con la alta turbulencia política del 2018, el 2019 puede ser un período más tranquilo, aunque no exento de sobresaltos, en el que prime el espíritu de cooperación en vez del conflicto en la relación del congreso con el gobierno. El factor principal de inestabilidad desde julio 2016 fue la hostilidad de Fuerza Popular primero hacia el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski al que finalmente acabó tumbando. Y, segundo, hacia el gobierno de Martín Vizcarra apenas Keiko Fujimori se dio cuenta de que el nuevo presidente no iba a ser un empleado suyo en Palacio para acatar todas sus órdenes sin duda ni murmuración. Este extraño modo de entender la política de Keiko Fujimori, quien ha demostrado total incapacidad para construir en vez de solo demoler, se expresaba en la relación de hostilidad del congreso hacia el gobierno. Esa capacidad depredadora fue posible gracias a la total sumisión de la bancada de Fuerza Popular en la que coincidió gente inteligente pero con vocación trepadora y sin capacidad de discernimiento y sentido común, con un grupo mediocre, y todos con una arrogancia e insensatez penosas. Ese estilo prepotente le terminó pasando la factura a FP y a su jefa Keiko Fujimori, quien ahora enfrenta una enérgica condena por parte de una opinión pública que entiende que su comportamiento mezquino en el ejercicio del poder constituyó un factor muy pernicioso para el progreso del país y de sus ciudadanos, especialmente de los más pobres. Pero el estilo keikista de ejercer poder colapsó. No porque Keiko Fujimori esté hoy en cárcel con prisión preventiva, sino, principalmente, porque una parte relevante de los miembros de lo que fue su bancada se hartó de ser manejado como robots idiotas por una jefa déspota. Se especula que al menos treinta integrantes de la bancada de FP estarían motivados a dejar de ser manejados de esa manera, aunque sin que eso implique que se matricularían en otro partido. Lo más probable, en ese sentido, es que, más temprano que tarde, se produzcan coincidencias entre congresistas de distintas bancadas que conformen una mayoría que permita que, después del 9 de diciembre –día del referéndum–, se establezca una relación más amable con el poder ejecutivo, y que tomen decisiones en el hemiciclo más guiadas por la sensatez, como el despido de ese fiscal de la nación que más parece sicario que es Pedro Chávarry, y que, en general, permita más cooperación y menos conflicto en la política peruana.