Lo que hemos visto en las últimas semanas es solo una estrategia para revertir o demorar lo que ya parece inevitable: el colapso de Fuerza Popular.,“Esto es una persecución política, no nos callarán”, dicen varios conspicuos congresistas fujimoristas. Se referían, por supuesto, a la detención preliminar de su lideresa, la Sra. Keiko Fujimori, y otros fujimoristas. No es cierto. ¿Cómo se hostiga al partido que controla el Congreso con 60 y pico congresistas y varios aliados (topos y no tan topos)? ¿Cómo se persigue al partido cuya lideresa manda a proteger nada menos que al mismísimo fiscal de la Nación del “cargamontón caviar” y lo alaba en público y en privado? Fuerza Popular controla un Poder del Estado y el líder del Ministerio Público es su amigo. ¿Quién los persigue? ¿No los “callarán”? Representantes del fujimorismo aparecen todos los días en todos los medios de comunicación y estos los buscan a toda hora para recoger sus pareceres sobre un sinfín de cosas y no solo los reportajes de IDL Reporteros o el colaborador eficaz de la fiscalía. Además, según el BotiKachat, hay “espacio” en medios a los que ellos pueden elegir a quién envían. Tienen hasta sus propios opinólogos y consultores académicos que pasan por independientes y salen en todos los canales. ¿Quién los calla? ¿Cómo? ¿Cuándo? Nada en el actuar del fujimorismo tiene que ver con los intereses del país ni de los peruanos. Si lo sospechábamos, ahora sabemos o reconfirmamos. Del “No saben con quién se meten” del chat Mototaxi en diciembre 2016 (censura a Saavedra) al “con eso lo matamos” (al fiscal José Domingo Pérez)” de octubre del 2018, hay dos años de abocarse a ser el matón del patio de primaria. Pero ahora es distinto. El inciso 2 del artículo 139 de la Constitución Política dice claramente: “[…] ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones”. Es decir, los congresistas miembros del chat Botica, cuando buscan “chancar”, “joderlo”, “desprestigiarlo” y “matar” al fiscal que sigue las investigaciones a su partido y a su lideresa, están buscando obstruir su función y cometiendo una infracción constitucional. ¿También un delito? Podemos asumir que, siendo congresistas de la República, la Sra. Letona y la Sra. Chihuán –por ejemplo– saben que interferir en una investigación fiscal es ilegal. Porque ¿a qué otra cosa podrían haber estado refiriéndose cuando escribían “chancar”, “joderlo” y “matar” y “desprestigiar” al fiscal que los investiga? Y, ¿podemos asumir que su lideresa, Keiko Fujimori, lo sabía porque, además de ser la investigada también fue congresista? Eso es grave. Y no habrá reelección. Ni más inmunidad. Lo que hemos visto en las últimas semanas es solo una estrategia para revertir o demorar lo que ya parece inevitable: el colapso de Fuerza Popular. La salida del congresista Francesco Petrozzi y sus “revelaciones” sobre lo que pasa dentro del partido coinciden con lo descrito por el colaborador eficaz de la fiscalía; y con los testimonios de varios otros ex congresistas de esa agrupación incluyendo a Paloma Noceda y al mismo hermano de la lideresa. “Nadie eligió a Vizcarra”, dicen algunos. ¿Pero sí eligieron a Beteta y a Chihuán para que hagan con su cargo lo que ordene Pier Figari? Esto –y más– confirma la debilidad estructural de una organización política erigida sobre la suma de sombríos intereses individuales para llegar al Congreso y acumular poder ya no sabemos con qué fin. ¿Será posible que FP exista hoy solo para evitar que sus líderes vayan presos? Los pleitos intestinos que la cúpula de Fuerza Popular es incapaz de atender disolverán la poca sustancia que queda. El que hayan abandonado a su suerte a sus colaboradores detenidos ha encendido las alertas varios de los 45 congresistas a los que no invitaron a unirse a la exclusiva y excluyente chat Botica. Con la caída aparecerá otro Fujimori porque –ahora es más claro que nunca– FP no es el fujimorismo; ese está calladito, vivito y coleando. PD: Congresistas Tubino y Miyashiro: ¿dónde está el honor en compartir sala con un sujeto que le robó a su propia arma?