La columna transmite la señal de que Trump tiene un problema crónico de lealtad personal en su entorno.,Una columna editorial anónima de quien se declara un alto funcionario del gobierno de los EEUU ha desatado las iras del presidente Donald Trump. En esencia, el texto aparecido el pasado miércoles 5 en The New York Times habla de funcionarios de primer nivel activamente dedicados a descarrilar los peores planes de Trump. El texto y el anonimato hablan de una desesperación, y de una resistencia. Es público y notorio que Trump viene despidiendo a altos funcionarios de su gobierno a un ritmo creciente. Lo cual ha convertido a su presidencia en un foco de impredictibilidad en los más diversos sectores de su administración, algunos muy sensibles. Se afirma, además, que parte del entorno de Trump vive dedicado a “tratar de hacer lo correcto, incluso cuando Trump no hace lo correcto”. Así, una de las explicaciones de los frecuentes despidos sería que circulan por la Casa Blanca instrucciones presidenciales que simplemente no pueden ser acatadas por los responsables de ejecutarlas. El tono de la columna es fuerte, al grado de referirse a que la plana mayor del gobierno discute la posibilidad de “invocar la vigesimoquinta enmienda de la Constitución de los EEUU” si las cosas no cambian. La medida de emergencia permite que el vicepresidente tome el control para salvaguardar la buena marcha del gobierno. En el texto transpira, además, la indignación del Partido Republicano, el principal punto de apoyo potencial de Trump en una crisis seria, pero al que este ha privado de buena parte de sus posibilidades electorales. Además de la previsible reacción de Trump, el texto ha desatado un debate sobre la decisión misma del NYT de dar tribuna, en primera plana, a ataques anónimos contra una persona. Algunos de los argumentos del diario son la importancia del contenido, el momento de la publicación, y la fuerte probabilidad de que la identidad del autor salga a la luz. La columna transmite la señal de que Trump tiene un problema crónico de lealtad personal en su entorno. Pues se entiende que los altos funcionarios desafectos, a los que el anónimo representa, fue gente afín a Trump, hoy disgustada con ese peligroso estilo de conducta personal. Evoca el drama del romano Julio César en el 44 a. C.