Sobre el fiscal supremo Víctor Raúl Rodríguez Monteza.,Releer un libro en un contexto distinto al de la primera vez suele ser una experiencia interesante pues permite redescubrir aspectos que en la lectura inicial pasaron desapercibidos y que cobran otra relevancia en la segunda oportunidad. Es lo que me ha pasado en estos días al releer el libro testimonial de José Ugaz ‘Caiga quien caiga, una historia íntima de cómo se desmontó la mafia fujimontesinista’ a propósito del estreno de la película con el mismo título, y que promete ser un éxito de taquilla tanto por la calidad de la misma de la que han hablado los que ya la han visto; por la oportunidad en que se lanza –en medio de los destapes de corrupción por los audios–; así como por la invitación ‘en negativo’, al estilo Melcochita, que han hecho Vladimiro Montesinos y Laura Bozzo. La relectura de este estupendo libro publicado hace cuatro años permite constatar no solo como se repite la corrupción expresada en los vladivideos ahora con audios entre jueces, fiscales y políticos, sino que algunos nombres de antaño reaparecen casi dos décadas después. En este sentido, una autoridad del sistema judicial comprometida en los audios recientes es el fiscal supremo Víctor Raúl Rodríguez Monteza, a quien se ha escuchado en un audio hablando con el empresario vinculado al Apra Mario Mendoza, así como con el ya encarcelado Walter Ríos. Víctor Raúl Rodríguez Monteza debió renunciar a la fiscalía suprema de control interno luego de la difusión de su audio, y es uno de los fiscales que ha respaldado la permanencia de Pedro Chávarry al frente del Ministerio Público. Hace poco, Chávarry decidió rotar de puestos a Rodríguez Monteza con otro fiscal supremo, Tomás Gálvez, ocupando su puesto en la fiscalía suprema transitoria en lo contencioso administrativo. Rodríguez Monteza también se hizo tristemente conocido cuando, apenas se destaparon los primeros audios, envió una carta amenazante al IDL para exigir que se le entregara todo el material y se revele el nombre de las fuentes de la investigación. Pero este fiscal supremo no es nuevo en estas andanzas. En ‘Caiga quien caiga’ –páginas 76 a 80– se da cuenta de cómo un fiscal supremo colaboró con el intento de complicarle la vida a Ugaz en su paso como procurador del caso Montesinos con el fin de comprenderlo en algún proceso penal que le impidiera cumplir su misión. Seguramente usted no se sorprenderá si se entera que ese fiscal mencionado por Ugaz en su libro es, en efecto, el fiscal supremo Víctor Raúl Rodríguez Monteza.