Fuerza Popular empieza a hablar de adelanto electoral.,El ruido del huayco que viene todos lo conocen porque no es la primera vez que ocurre, como la bulla que va haciendo FP cuando prepara un ataque para lograr sus objetivos políticos particulares o, como ahora, por simple instinto de supervivencia. Esta semana han empezado a sonar unos ruidos que se parecen a los que antecedieron al cargamontón que lanzó FP y que, finalmente, se trajo abajo la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski, con la colaboración valiosa, sin duda, de él mismo. La vocera de FP, Úrsula Letona, ha señalado, sobre la aprobación de la opinión pública a Vizcarra, que “lo mismo le pasó al señor PPK”, pero los comentaristas cercanos al fujimorismo ya plantean con más claridad la ruta que puede seguir su presidencia si persiste en lo que llaman ataques presidenciales a las instituciones y al partido de Keiko Fujimori, un eufemismo para lo que en realidad es lucha anticorrupción. Dicha ruta la perfilan como la posibilidad de un fracaso democrático, aunque antes de eso anuncian una revancha contra el presidente Vizcarra en el ámbito judicial, algo que ya está apareciendo en algunos medios alrededor de su gestión como gobernador de Moquegua y otros ataques sobre supuesta corrupción en su trayectoria que son lanzados desde unos basureros y redes naranjas. ¿Hasta dónde prevé empujar FP? ¿Es solo amenaza o están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias? Son opciones no excluyentes. FP sufrió un desgaste fuerte tras los dos intentos de vacancia, pero después empezó a aplicar una estrategia de reencauche que estaba funcionando y que incluía el hat trick de Keiko Fujimori al eliminar a PPK, Kenji Fujimori y su padre; la recuperación de la mayoría parlamentaria que estaba en camino gracias a topos a los que algo les deben tener como Jorge Castro; y el control en entidades claves para sus planes como el CNM a la ONPE. Pero la aparición de los audios significó un descalabro en FP: la opinión pública lo vincula con la corrupción o la intención de proteger a corruptos. Por ello, la aprobación ciudadana a Keiko Fujimori ha colapsado mientras su partido sufre un resquebrajamiento interno cada vez más obvio. Esto produce una mella obvia en la perspectiva electoral de Keiko Fujimori para no hablar de consecuencias hasta judiciales. Por ello, no se sorprenda si, conformen avancen los hechos, el fujimorismo y sus colaboradores empiezan a hablar cada vez con más frecuencia y entusiasmo de un adelanto electoral en vez del referéndum.