La reacción distinta de Keiko Fujimori y Martín Vizcarra.,La convocatoria del presidente Martín Vizcarra al Congreso para remover a todos los miembros del CNM ante la evidencia de la corrupción profunda en la que ha devenido esta entidad constituye un paso importante para encarar este grave problema y ayuda a perfilar y entender mejor el perfil de su presidencia. La pronta salida de los consejeros del CNM significa una primera respuesta a un hecho que ha conmocionado al país por la repugnancia que produce la comprobación de que las personas que designan, ratifican y destituyen a los jueces, fiscales y jefes de la ONPE y el Reniec son unos miserables que, sin embargo, se resisten a dejar sus cargos acaso por creer que serán respaldados por algunos congresistas que serían sus cómplices. A pesar de que algunos abogados saltaron inmediatamente a cuestionar la decisión presidencial –incluyendo uno que cuando salió el primer audio se adelantó a decir que era chuponeo ilegal–, hay consenso en que está bien fundamentada y en que, además, responde al profundo malestar ciudadano por una corrupción que negocia hasta sentencias por violación de niñas y que seguramente se sentirá en la marcha convocada para el jueves. Ese malestar ciudadano será el telón de fondo de las reacciones de cada sector político. En el caso de FP, es evidente su intención de escabullir la decisión de la remoción de los integrantes del CNM acaso por temor a que estos revelen sus pactos bajo la mesa con algunos miembros de esta bancada como Héctor Becerril. A diferencia, el presidente Vizcarra ha reaccionado en esta crisis con iniciativa y liderazgo, con una respuesta muy positiva desde su discurso inicial condenando a esta corrupción en el CNM y el PJ; respaldando a los fiscales, jueces y policías que condujeron la investigación; defendiendo al periodismo por hacer la denuncia mientras desde el Congreso y el Ministerio Público lo atacaban; conformando la comisión Wagner; y, ayer, convocando y emplazando al Congreso para destituir a los integrantes de la mafia del CNM. Su manera de encarar esta grave crisis de corrupción, junto con su respaldo a la SBS en la supervisión de cooperativas, o el planteamiento de una acción de constitucionalidad a la ley mordaza, van perfilando un estilo presidencial de Vizcarra que, sin buscar la confrontación innecesaria con un Congreso belicoso, toma decisiones cruciales con firmeza y que contradice lo que muchos pensaban –incluida esta columna–, que ‘el señor V’ tenía un pacto de sumisión con ‘la señora K’ y la ‘fuerza Nº 1’.