El ritmo al que avanzamos podrá ser lento, pero es el apoyo de quienes nos rodean lo que nos brinda cierta seguridad.,Me resulta sorprendente cuánto puede crecer una persona. No solo en cuestión de su estatura, el cambio de su voz u otros rasgos físicos, sino a un nivel un poco más íntimo. Por supuesto, este crecimiento varía en cada uno de nosotros y eso se debe a las circunstancias y a las diferentes habilidades comunicativas que desarrollamos. Es decir, mientras unos son extrovertidos y sociables, otros se resguardan en una especie de escudo A. T. cual EVA, evitando así cualquier acercamiento. Eso no significa que este segundo grupo —y me incluyo— sea reacio a las interacciones o a integrarse a la sociedad, es solo que manejan un diferente ritmo de adaptación dado que no están —estamos— acostumbrados a ello. Por ejemplo, Sawako Kuronuma (Kimi ni todoke) es una tímida e insegura chica que desea resolver los malentendidos y rumores en torno a ella a la vez que recibe la atención y ayuda del chico popular de la clase. En una diferente situación se encuentra Hikaru Tsutsui (3D Kanojo), quien decide mantenerse al margen tras ser rechazado por sus compañeros por ser otaku. Sin embargo, su relación con Iroha hará que salga de su caparazón, expandiendo así su mundo. Por otro lado, el caso de Shouko Komi (Komi-san wa komyushou desu) es de admirar. Ella es una estudiante ejemplar que sufre de trastorno de comunicación social, lo que le dificulta sostener conversaciones. Aun así, poco a poco conseguirá sobrellevarlo con ayuda de su compañero Tadano y una libreta. En resumen, el ritmo al que avanzamos podrá ser lento, pero es el apoyo de quienes nos rodean lo que nos brinda cierta seguridad.