Parece que el Presidente nos está diciendo que el nuevo ministro seguirá ese camino. No sabemos aún quién será el designado.,Antier el Presidente Vizcarra anunció la renuncia del Ministro de Economía, David Tuesta. También dijo que se formaría una Comisión del MEF y la SUNAT para que las grandes empresas paguen sus deudas de más de 1% del PBI- y, también, para mejorar la fiscalización y la administración tributaria. Parece que el Presidente nos está diciendo que el nuevo ministro seguirá ese camino. No sabemos aún quién será el designado. Pero sí podemos decir que -con toda la importancia que las personas tienen para el buen desempeño en los cargos que ocupan- la clave es la orientación y el rumbo de sus políticas. Por eso, lo primero que el nuevo ministro tendría que reconocer es que la crisis fiscal actual es, de un lado, producto del impacto económico de un shock externo –caída de los precios de los minerales- debido a la excesiva dependencia en éstos y, de otro, a los errores cometidos por sus predecesores. Y no debería cometer el error de Tuesta: “recaudo primero para reducir el déficit fiscal y después invierto”. Lo que tendría que decir es que va a hacer las dos cosas a la vez. Recaudar más no quiere decir echarle todo el peso a los impuestos indirectos que paga la población (sobre todo los sectores C, D y E) todos los días, como lo ha sido el aumento del Impuesto Selectivo a los Combustibles (aplaudido en reciente editorial de “El Comercio”) que, además tiene un efecto inflacionario y recesivo, disfrazándolo de “ambientalista” y pro-salud. No solo eso. Ha sido el gatillo de protestas sociales que no se veían hace muchos años. Tampoco quiere decir que paguen impuesto a la renta quienes ganan menos de 2,000 soles mensuales, con el argumento que “se amplía la base tributaria en más de 500,000 personas”. Tuesta no entendió que esas personas son vulnerables –están cerca de la línea de pobreza- y pueden volver a recaer en ella. Digámoslo mejor. Tuesta sí sabía lo que hacía: cobrar más a los que menos tienen, disfrazando sus paquetazos de color verde-salud. Pero, en el fondo, estaba haciendo política, pues cumplía con sus objetivos fiscales, importándole poco lo que pensaran el Presidente y el Premier que lo habían puesto en el cargo. Y cuando hablamos de “hacer política” está también prórroga hasta los 42 años del Régimen Especial Agrario (Ley 27360), que permite pagar solo 15% de impuesto a la renta y tiene un régimen laboral de excepción. Está “haciendo política” porque ese es el régimen que desea buena parte del sector empresarial, como lo dijo el sector textil. Por tanto, si lo que se está buscando es otra orientación, entonces, para comenzar, hay que enfocar la política a dos sectores. Uno, las devoluciones del IGV a los sectores exportadores, donde el propio BCR nos dice fueron el 2.5% del PBI en el 2016 y en el 2017 (Reporte de Inflación, marzo 2018, p. 61), es decir, 16,000 millones de soles, de los cuales 6,000 son devoluciones al sector minero. No solo eso. En el 2015, el aporte tributario neto del sector minero fue negativo, debido a las devoluciones. ¿Puede eso suceder en un país que depende –en exceso- de los ingresos fiscales de las actividades extractivas? Pues no debiera. ¿Por qué no plantear que todas las devoluciones se espacien temporalmente? Allí se podrían recaudar S/. 5,000 a 6,000 millones anuales. Tuesta jamás lo mencionó. Luego viene la reducción de las exoneraciones (que, además, amplían la base tributaria). ¿Por qué no pagan IGV quienes van a jugar a los casinos, bingos y carreras de caballos? ¿Hay una fiscalización del lavado de activos allí? ¿Por qué no pagan impuesto a la renta muchas universidades particulares? ¿Por qué los alumnos de altos ingresos que van a esas universidades no pagan IGV? ¿Por qué no pagan IGV a los seguros de vida las personas de altos ingresos? Acá no nos referimos a los seguros de vida de los jubilados de las AFP. ¿Por qué en el Perú el impuesto al patrimonio es de los más bajos de América Latina, en realidad casi inexistente, según recientes informes de la OCDE, el BID y la CEPAL? Y así podríamos seguir. Por tanto, si el nuevo ministro viene con un cambio de enfoque, entonces podrá recaudar más y, a la vez, dinamizar la inversión pública y la reconstrucción para reactivar la economía y los empleos. Esto, a su vez, dinamizará la inversión privada e impactará en el crecimiento del PBI. Volviendo al principio, el golpe de timón que insinúa el Presidente va en la buena dirección. Pero su solo planteamiento le va a significar un enfrentamiento con sus opositores, tanto en el Congreso como con los afectados. Y no vemos en el gobierno la fuerza política para caminar decididamente en esa dirección, más allá de quien sea el nuevo ministro. ¿Estamos equivocados? Pronto lo sabremos.y