Jamás votaría por Enrique Cornejo Ramírez para alcalde de Lima. La verdad es que no votaría por él ni como administrador de mi edificio.,Jamás votaría por Enrique Cornejo Ramírez para alcalde de Lima. La verdad es que no votaría por él ni como administrador de mi edificio. Es cierto que es un gran chamullador. De aquellos politiqueros que ha desarrollado una retórica tecnócrata tan grande como el océano pero tan profunda como pileta municipal. Tiene una respuesta para todo pero resulta patético cómo cambia de tema –o se queda mudo- cada vez que le preguntan por esa maquinaria mafiosa que organizó la Odebrecht durante su gestión como ministro de Transportes y Comunicaciones en el Gobierno de Alan García Pérez. Sus propios colaboradores decían -medio en serio, medio en broma- que la Odebrecht tenía un despacho vecino al de Cornejo en el MTC: “si quieres hablar con los brasileños tienes que pedir cita a Cornejo”, aseguraban no sin chacota. Por eso me pareció oportuno su nombramiento -a dedo, obviamente- como rector de la Universidad Simón Bolívar (no es broma, existe esa “universidad”). Es el cargo que Cornejo se merece. Y debo reconocer que ECR puede reivindicarse y pasar a la historia como el funcionario público que hizo realidad ese anhelo nacional de ver entre rejas a AG. Lo imagino como un colaborador eficaz. Cornejo es el funcionario público de mayor rango que sabe de las granjerías de AG. Sabe de la millonaria repartija del caso de las empresas supervisoras de comercio exterior y del tráfico del dólar MUC durante el primer Gobierno. Sé que estos delitos ya prescribieron, pero Cornejo puede darnos luces de cómo funcionó esta mafia. Y lo mejor es que podría revelar el destino de las propinas que repartió Odebrecht durante el Gobierno de AG. Tendrá un lugar en la historia nacional de la infamia pero millones de peruanos se lo agradeceríamos. Cornejo sabe demasiado. De mi parte, prometo llevarle libros a la cárcel si tiene el valor de hacerlo público.