Estados Unidos fortalece su presencia militar en Arabia Saudita ante el incremento de amenazas por parte del régimen iraní
El gobierno de Estados Unidos transformó L.S.A. Jenkins en un centro logístico vital, capaz de resistir ataques iraníes desde Yemen o el Golfo.
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El gobierno de Donald Trump ha reforzado su presencia militar en Arabia Saudita mediante la modernización de la base L.S.A. Jenkins, ubicada a unos 4 kilómetros de la costa del mar Rojo. En respuesta al aumento de las tensiones con Irán y sus aliados en la región, Washington ha puesto en marcha mejoras para expandir y reforzar su centro militar.
The New York Times reveló imágenes satelitales, junto con documentos oficiales, que evidencian que esta base, anteriormente de uso limitado, se ha convertido en un centro logístico estratégico. La expansión forma parte de una política militar de Estados Unidos orientada a establecer rutas de suministro más seguras y menos vulnerables ante posibles ataques durante un conflicto prolongado con Irán.
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¿Qué mejoras realizó Estados Unidos en la base L.S.A. Jenkins ante posibles ataques de Irán?
La base ha experimentado una transformación relevante, desde 2022. De ser un conjunto básico de búnkeres, pasó a convertirse en un centro militar avanzado. Entre las mejoras recientes destacan carreteras pavimentadas, zonas para almacenar misiles, estructuras de mando y áreas diseñadas para la permanencia prolongada de las tropas militares.
Al mismo tiempo, el Departamento de Defensa designó más de US$3.000.000 desde inicios de 2024 a la compra de vehículos, contenedores logísticos y carpas militares. Además, ha asignado personal especializado en logística, como el 364th Expeditionary Sustainment Command, cuya tarea es garantizar la operatividad continua de la base.
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¿Por qué la base L.S.A. Jenkins resulta estratégica frente a posibles ataques iraníes?
Su ubicación en el oeste saudí representa una ventaja geográfica clave; al localizarse fuera del alcance de los misiles iraníes de corto alcance, obliga a Teherán a recurrir a misiles balísticos de medio alcance, menos precisos y con mayor tiempo de vuelo, lo que facilita su intercepción por parte de los sistemas defensivos de Estados Unidos.
Asimismo, Jenkins está lejos de los puntos de tensión directos en el golfo Pérsico. Otras bases de Estados Unidos en esa zona han sufrido ataques. Sin embargo, su cercanía a Yemen la convierte en un objetivo vulnerable para los hutíes, aliados de Irán, quienes ya han lanzado misiles y drones contra blancos ubicados en el mar Rojo.
