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La moda vuelve a la pasarela parisina en medio de un vals de nombramientos

El lunes inicia la Semana de la Moda femeninda, en París.

La República
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La Semana de la Moda femenina se abre el lunes en París en medio de cierta efervescencia en el sector del lujo, con cambios de nombres en marcas clave y cierta bajada en las ventas.

Chanel, que desfilará el último día de la Semana (1 de octubre) aún no tiene director artístico tras la abrupta salida de Virginie Viard en mayo.

La marca italiana Valentino estrena colección bajo la nueva dirección de Alessandro Michele (proveniente de Gucci) mientras que Givenchy, que acaba de nombrar a la británica Sarah Burton (que trabajó con Alexander McQueen), estará ausente.

Uno de los históricos de la moda neerlandesa, Dries Van Noten, se retiró en junio y aún se desconoce quién lo reemplazará. La marca desfilará el miércoles.

El sector del lujo ha notado cierta desaceleración este año, aunque el impacto es desigual, con marcas que siguen registrando buenos volúmenes de negocios (Hermès, Loewe) y otras que se debaten ante la actitud expectante del mercado.

La solución pasa, según los observadores, por buscar alianzas con marcas de gran tirada, una colaboración que funciona en ambos sentidos.

Así, la marca española Desigual, conocida por sus atrevidos coloreados, presenta el jueves 26 una colaboración con el diseñador francés Alphonse Maîtrepierre, que desfilará a su vez el día 24.

Colaborar y diversificar

La moda francesa supo sacar partido al máximo de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de París.

El grupo dominante del sector LVMH, casa matriz de Dior, Chanel, Hermès o Loewe, fue el gran ganador, desde el vestido de Céline Dion hasta el diseño de las medallas olímpicas.

Pero el ambiente es de morosidad en el sector. LVMH registró una caída del 1% de su volumen de negocios semestral, su rival Kering (Gucci, Bottega Veneta) un 11%.

Marcas históricas como la británica Burberry afrontan dificultades financieras, mientras que los independientes sobreviven haciendo prueba de inventividad al máximo.

La marca The Row (que desfilará el día 25), lanzada en 2016 por las hermanas estadounidenses Ashley Olsen y Mary-Kate Olsen, aceptó la entrada de capital de dos conocidos nombres del sector francés, los hermanos Wertheimer y la familia Bettencourt.

Algunas marcas optan por no asistir a todas las Fashion Week (cuatro al año, sin incluir los dos desfiles anuales de la alta costura), o por presentar sus colecciones en eventos paralelos.

A pesar de todo, París es el gran escaparate mundial y los diseñadores vuelven regularmente, como el japonés Kei Ninomiha, que creó su propia marca Noir Kei Ninomiya, al amparo de Comme des Garçons.

La uruguaya Gabriela Hearst, que dejó Chloé el año pasado tras tres años, llega con su propia marca. Es una defensora de una moda respetuosa con el medio ambiente, como la británica Stella McCartney, que vuelve también a París con un lema desafiante: "It's about fucking time".

Las pequeñas marcas españolas también están presentes, como Paloma Wool, Paula Cánovas del Vas y Luis de Javier, con sede en Londres, un defensor de la "streetwear", que unió sus fuerzas junto a Riccardo Tisci para desfilar el martes 24.