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La LGTBIfobia de Putin: invisibiliza la niñez trans y anula derechos de la comunidad

Vladimir Putin volvió a emitir un discurso de odio hacia la comunidad LGBTIQ+. El mandatario dijo es “monstruoso” que a los niños occidentales se les enseñe que pueden cambiar de género.

En Rusia, la homosexualidad fue despenalizada en 1917, pero en 1933 se convirtió de nuevo en delito. Foto: AFP
En Rusia, la homosexualidad fue despenalizada en 1917, pero en 1933 se convirtió de nuevo en delito. Foto: AFP

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha emitido un nuevo discurso de odio hacia la comunidad LGBTI en el que invisibiliza la transexualidad infantil y anula los derechos de las personas cuya identidad de género y/o expresión de género no coincide con las expectativas convencionales relativas.

En su intervención durante una sesión plenaria del Club de Debate Internacional Valdai en Sochi, el mandatario ruso afirmó que es “monstruoso” que a los niños occidentales se les enseñe que pueden cambiar de género, un derecho que, en cambio, Putin asemejó a “un crimen contra la humanidad”, según un informe del Washington Post publicado el domingo 24 de octubre.

“Es un momento simplemente monstruoso en el que los niños son empujados a creer desde el principio que pueden convertirse fácilmente en una niña y viceversa (…) es una decisión que puede arruinar su vida (…) bajo la bandera del progreso”, siguió.

Putin agregó que Rusia está adherida a sus propios “valores espirituales y tradiciones históricas”, mientras se mantiene alejada de las “perturbaciones socioculturales” en Occidente. “Es su derecho, pero les pedimos que se mantengan alejados de nuestra casa. Tenemos un punto de vista diferente”, zanjó.

Un niño o niña transgénero es aquél o aquella cuya identidad de género difiere de la que tendría según su sexo de nacimiento. A nivel global, a la infancia trans aún se le sigue negando su autonomía. Los adultos consideran que no tienen conciencia ni capacidad para tomar esta decisión. Quien también decide por ellas y ellos son los estados, con vacíos legales que reconozcan sus derechos.

Este es el discurso más feroz de Putin en lo que va del año y un guiño más de un Gobierno cargado de LGTBIfobia y opuesto a los derechos de la comunidad LGBTI.

En Rusia, la homosexualidad fue despenalizada en 1917, pero en 1933 se convirtió de nuevo en delito. A partir de entonces, las leyes volvieron a ser modificadas para legalizar la homosexualidad. Sin embargo, en 2013, Vladimir Putin auspició una serie de leyes contra la “promoción” de la misma.

En junio de aquel año, por ejemplo, fue adoptada en Rusia una ley contra la propaganda LGBTIQ+, que condena la difusión de cualquier tipo de promoción de la homosexualidad dirigida a menores de edad con multas y penas de cárcel.

Putin y antecedentes de LGTBIfobia

Putin había hecho notar su rechazo por el matrimonio igualitario en febrero pasado, cuando aseguró que mientras sea presidente nunca se legalizaría, tal como recoge este informe de La República.

“Mientras yo sea presidente, no habrá progenitor uno y progenitor dos, habrá mamá y papá”, señaló entonces durante una reunión con el grupo de expertos encargados de redactar las enmiendas constitucionales.

De acuerdo a la encuestadora independiente del Centro Levada, casi la mitad de los rusos defienden que los homosexuales tengan los mismos derechos, lo que representa el nivel más alto de apoyo en 14 años.

“La situación de los derechos LGBTI en Rusia sigue siendo difícil, e incluso el hecho de que las autoridades sigan negando su existencia es una señal muy grave”, dijo a RFI Svetlana Zajarova, de la red rusa LGTB.

Putin se burla de la bandera arcoíris

En julio del año pasado, Putin se burló de la embajada de Estados Unidos en Moscú, que había colgado a finales de junio una bandera arcoíris, símbolo de la lucha homosexual, en su fachada.

Durante una videoconferencia, respondiendo a una diputada que le señaló que la embajada había colgado la bandera para el Mes del Orgullo, Vladimir Putin preguntó con una sonrisa: “¿Quién trabaja en este edificio? Dejémoslos celebrar. Esto dice algo sobre la gente que trabaja allí”.

La bandera LGBTI se convirtió en un símbolo de apoyo a los derechos de las minorías sexuales, ya que muchos moscovitas han tomado selfies con la insignia al fondo.

Con información de EFE y AFP.