Estados Unidos

El legado de Katherine Johnson, la 'calculadora humana' que fue clave para la llegada del hombre a la Luna

La científica, quien se desempeñaba como una excelente matemática en la NASA, calculó los primeros vuelos espaciales de Estados Unidos. Esta es su historia.

Katherine Johnson fue una de las primeras personas en la NASA en calcular manualmente la trayectoria de los vuelos espaciales para Estados Unidos. Foto: composición LR/NASA/ChatGPT
Katherine Johnson fue una de las primeras personas en la NASA en calcular manualmente la trayectoria de los vuelos espaciales para Estados Unidos. Foto: composición LR/NASA/ChatGPT

La matemática estadounidense Katherine Johnson es reconocida en el mundo de la aeronáutica por ser una de las primeras científicas en realizar los cálculos para los primeros vuelos espaciales a la Luna; mucho antes de la aparición de la tecnología.

Johnson creció en una época en la que la segregación racial era una realidad; sin embargo, eso no la detuvo hasta convertirse en una excelente matemática: una auténtica calculadora humana. Esta es su historia.

La historia de Katherine Johnson, la mujer clave para la llegada del hombre a la Luna

Katherine Johnson nació el 26 de agosto de 1918 en White Sulphur Springs, Virginia Occidental. Desde pequeña mostraba una gran habilidad para las matemáticas, puesto que le permitió adelantar cursos en la escuela: un hecho insólito para la comunidad afroamericana, dado que normalmente estudiaban hasta el octavo grado.

A los 18 años, Katherine Johnson se matriculó en la universidad, donde avanzó rápidamente en el plan de estudios de matemáticas. Se graduó con los más altos honores en 1937 y comenzó a trabajar como profesora en una escuela pública afroamericana en Virginia.

En 1953, Katherine Johnson comenzó a trabajar en el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA, por sus siglas en inglés), la agencia predecesora de la NASA. En 1935, el NACA tomó la inusual decisión de contratar mujeres para el trabajo tedioso y preciso de medir y calcular los resultados de las pruebas del túnel de viento.

Katherine Johnson recibe el premio a la Igualdad de Oportunidades en 1985. Foto: NASA

Katherine Johnson recibe el premio a la Igualdad de Oportunidades en 1985. Foto: NASA

Una época anterior a las computadoras electrónicas, estas mujeres eran conocidas como 'computadoras'. Durante la Segunda Guerra Mundial, el NACA decidió incluir a mujeres afroamericanas en estas funciones. El éxito de su trabajo llevó al NACA a mantener sus puestos tras la guerra.

"Escribimos nuestro propio libro de texto porque no había textos sobre el espacio. Iniciamos a partir de lo que sabíamos. Tuvimos que volver a la geometría y resolver todos los aspectos nuevos. Considerando que estuve desde el principio, fui una de esas personas afortunadas", explicó Johnson en una entrevista de la NASA.

Los cálculos esenciales para el primer viaje del hombre a la Luna

Luego de que NACA se convirtiera en la actual NASA, Johnson fue enviada a un nuevo programa de la entidad aeroespacial estadounidense. Allí se le encomendó realizar la trayectoria de la misión Libertad 7 del astronauta Alan Shepard, el primer vuelo tripulado de los Estados Unidos.

Gracias a la brillantez de su mente, John Glenn pudo convertirse en un pionero de las misiones espaciales, y Neil Armstrong logró ser el primer humano en pisar la superficie lunar.

Sus cálculos precisos fueron fundamentales para garantizar que los astronautas viajaran al espacio y regresaran a la Tierra de manera segura.

Su aporte al viaje espacial tuvo un reconocimiento por parte de la NASA en 2020. Foto: NASA

Su aporte al viaje espacial tuvo un reconocimiento por parte de la NASA en 2020. Foto: NASA

Por sus contribuciones a la exploración espacial, Katherine Johnson, quien falleció en febrero de 2020 a los 101 años, recibió la Medalla Hubbard de la National Geographic Society en 2020.

Este reconocimiento se otorgó en honor a sus logros en la investigación, el descubrimiento y la exploración. Aunque no exploró el espacio físicamente, su trabajo fue fundamental para que la exploración espacial fuera posible.