Grupo Néctar de Bolivia: ¿en qué circunstancias puede presentarse con Deyvis Orosco en el Perú?

Martín Hinostroza y Deyvis Orosco tuvieron una serie de diferencias tras la tragedia del Grupo Néctar. El fallecimiento de sus integrantes trajo consigo diversas dificultades para los familiares, pero tuvo un desenlace aceptable. La República conversó con el popular 'Papita Jr.', quien no dudó en hablar sobre el 'Bomboncito de la cumbia' y su actitud frente a la marca Néctar. Además, recordó algunas burlas del pasado.

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—Cuando fallecieron los integrantes del Grupo Néctar, ¿tú buscaste a Deyvis para unirse y firmar la marca Néctar?

—No solamente de mi parte, todos lo buscaron a Deyvis, los hijos de los músicos también, porque era una agrupación que estaba vigente. En ese momento del accidente, nadie comprendía lo que había pasado, nos enteramos por los medios de comunicación. Yo me enteré por medio de una amistad y empecé a buscar información. Deyvis decidió viajar a Argentina y los demás nos quedamos en Perú para ver cómo se iban a solucionar los trámites legales.

No tuvimos muchas noticias hasta como en tres semanas, creo, que llegó de Argentina y nos entregaron unas ayudas que vinieron del extranjero, de Estados Unidos, porque justamente Néctar tenía que tocar en Estados Unidos después de ir a Argentina y, dos semanas después, ir a Europa. El hijo de Johnny casi no se dejaba ver, solo tuvimos una reunión, no se tocó el tema y ya directamente nos volvimos a ver cuando se repatriaron los cuerpos, cuando se hicieron los actos fúnebres.

Pienso que a los familiares nos discriminaron. Todo esto fue movido por una entidad de compositores que no quiero mencionar, pero fue a favor del hijo de Johnny. Pidieron que los familiares colaboren, que traten de promocionar y no nos regalaron a ninguno una entrada. Los familiares que estuvieron en el evento del Estadio Nacional tuvieron que comprar su propia entrada para poder asistir.

—¿Sabe si a Deyvis le regalaron la entrada o la compró también?

—No, él era la estrella supuestamente. Lo promocionaron como el retorno del Grupo Néctar y fue el que cerró la noche. Fue muy ridículo para mí porque no habían pasado ni 23 días que habíamos enterrado a nuestros padres y él se presentó vestido de blanco, como si fuera una quinceañera. Me pareció un insulto. Cantó un par de temas y luego dio una vuelta por el estadio como si hubiera ganado en el Mundial, no sé.

—¿No se denunció ante los medios que tuvieron que comprar entradas para ver a sus familiares?

—Nosotros no teníamos acceso a los medios. ¿Quién era el conocido en ese tiempo? No era yo. Cuando la entidad de compositores, que no mencionaré quiénes eran, nos reunieron, dijeron: "Nosotros vamos a tratar de gestionar los permisos, vamos a estar detrás de la embajada, pero vamos a pedir un gran favor a todos. No queremos que nadie interfiera en esto, no queremos que ninguno de ustedes entorpezca las negociaciones o las cosas que estamos haciendo para poder traer a los cuerpos para repatriarlos". Nos dijeron que si nosotros queríamos ir personalmente a hacer nuestros trámites, o algo por cada uno de los familiares que había fallecido, entonces ellos iban a alzar las manos.

Nos condicionaron que si nosotros íbamos allá, mejor dicho cada quien saca su muerto y la mayoría de familiares eran personas de bajos recursos. ¿Para qué cree usted que dijeron eso? Para engrandecer la figura del hijo de Johnny, para que él venga como el salvador, que él los trajo. Nadie más fue y eran familiares de ocho músicos.

—¿Cómo te sentías en ese momento, con tantas irregularidades?

—Era difícil para nosotros. Cuando nosotros declarábamos, a veces no aguantábamos porque fue terrible lo que pasó y los medios nos pedían declarar. Yo lloraba, tenía 22 años, creo, y en otra reunión nos decían: "Por favor, tienen que mantener su cordura. No tienen que llorar en los medios. Aparentan que son débiles". Algo así. No sé en qué cabeza puede calzar si ni siquiera lo habíamos enterrado. Seguían en Argentina. Para mí fue algo traumático porque eran días que no se podían dormir.

Si fallece un familiar muy cercano, te choca, te duele, te deja destruido. Lamentablemente, te tienes que parar y llevarlo a hacer los actos fúnebres y recibir a la gente que lo ha conocido y luego enterrarlo. Nosotros no podíamos porque teníamos que esperar. Cada semana nos decían que ya va a venir. Así nos tuvieron casi dos meses.

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—¿En algún momento conversaste con Deyvis para conciliar y lanzar la agrupación juntos?

—No. Fue de frente a una demanda. Cuando yo salgo a reclamar y decir que mi papá fue fundador del Grupo Néctar, él directamente fue y me puso las demandas. ¿En qué momento vamos a conversar?

—¿No te molesta haber surgido en Bolivia y que tu país no te reconozca tanto como mereces?

—Nosotros recorrimos todo el Perú. No me siento fracasado, con Los reyes de la cumbia tocamos en todo el Perú, de Tumbes hasta Puno, teníamos shows cada fin de semana. No me siento mal. Lo que sí es muy difícil trabajar en el Perú, sobre todo cuando te haces de enemistades.

En el 2008 vine por primera vez a Bolivia, como grupo, y nos fue muy bien. Lamentablemente, tenía managers que no se portaban muy bien y era difícil porque todos éramos extranjeros. Estuvimos remando como dos años y de ahí tuve que hacer una pausa. Luego retomamos el proyecto. Nos costó mucho porque aquí ya se habían olvidado de la música del Grupo Néctar. Fue difícil, pero gracias a Dios, ahora nos va muy bien. Tenemos conciertos de 5.000 a 10.000 personas.

—¿Le tienes rencor a Deyvis Orosco por los problemas del pasado?

—Lo que no te suma, no significa nada en mi vida. No es nadie. No me interesa su vida, no sé ni lo que hace, no estoy pendiente de sus presentaciones. Es tan insignificante porque no es como trata de mostrarse. Trata de mostrarse como una gran persona, como un artista grande, un gran cantante. Le puedes preguntar a todos los cantantes del Perú y te van a decir que ese muchacho no canta nada. Le ha costado entender eso porque los primeros años él trabaja de hacer su show. Ha puesto cuatro coristas para que le hagan todo el show y ni los pedacitos del tema él lo canta.

—¿Aceptarías cantar con él en algún momento?

—Claro, por supuesto. Yo he tocado en muchos escenarios. Hemos tocado en Ecuador, con 40.000 personas al aire libre y, gracias a Dios, la gente nos coreaba. Hemos parado y querían que sigamos en plena lluvia. Estoy seguro de mi trabajo. Sé cómo es mi show y lo profesionales que son mis músicos. No tengo ningún drama, ni miedo, ni nada.

Lamentablemente, sí, por medio de la otra parte, decirle que cambie un poco a sus seguidores que me escriben y nos amenazan. Yo no tengo miedo porque no hemos hecho nada malo, hacemos música y no tengo miedo de subirme a un escenario. Yo sé que nosotros, musicalmente, la rompemos. Podemos ir como Los reyes de la cumbia.

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