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Daniel Salaverry: “Deben fijarse precios en momentos de emergencia, para que las empresas no abusen”

Entrevista al candidato presidencial de Somos Perú, quien sostiene que se requiere una nueva Constitución y asegura no sentirse opacado por el expresidente Martín Vizcarra.

Cambios. Salaverry dice que en una nueva Constitución se debe ajustar el capítulo económico. Foto: John Reyes / La República
Cambios. Salaverry dice que en una nueva Constitución se debe ajustar el capítulo económico. Foto: John Reyes / La República

El candidato presidencial de Somos Perú, Daniel Salaverry, presenta algunas de sus principales propuestas en materias como salud y educación. También desarrolla por qué, a su criterio, se necesita una nueva Constitución. Niega, además, sentirse opacado por Martín Vizcarra. “Somos un equipo de trabajo”, señala.

¿Por qué se considera usted mejor opción que todos los demás candidatos presidenciales?

Porque tenemos un gran plan de gobierno, con propuestas muy concretas en salud, educación, reactivación económica pero, sobre todo, experiencia de gobierno y gestión, junto a Martín Vizcarra.

Luego voy a lo de Vizcarra. Primero veamos algunas propuestas. Hablemos de salud. ¿Qué propone?

En salud el presupuesto es de unos 20 mil millones de soles al año. Los peruanos invertimos -adicionalmente- 6 mil millones en clínicas, pero aún así el sistema está colapsado. Mientras se construyen los nuevos hospitales regionales hay que invertir en el sistema de atención primario. Vamos a invertir 5 mil millones para infraestructura, equipamiento y personal en postas y centros de salud, el primer muro de contención. ¿Qué pasa ahora? Las comunidades alejadas, en la selva, por ejemplo, llegan a un centro de salud y no encuentran absolutamente nada y tienen que ir a los hospitales.

¿Es posible unificar el sistema de salud?

Es una propuesta que estamos evaluando. Entiendo que haya gente que diga que hay que juntar todo, aunque son instituciones distintas. El ente rector de la política pública debe ser el Minsa, pero EsSalud le pertenece a los trabajadores, no al Estado. Unificarlos va a ser muy complicado. Lo que sí se puede hacer es que si los hospitales del Minsa ya no tienen capacidad y sí la tiene EsSalud, hay que permitir que esas prestaciones se den, independientemente de si uno es asegurado o no.

¿Y en educación?

Es importante cerrar la brecha de infraestructura, pagarle más a los maestros y, también, preocuparse del estudiante. Este no va a rendir si no se alimenta bien, si vive con padres que lo obligan a trabajar, que lo maltratan. Hay que intervenir de manera integral y por eso proponemos un programa nacional de bienestar del estudiante, integrado por profesionales de diversas áreas. No se trata solo de más cemento y de más fierro.

Vayamos al tema pensionario. ¿Plantea alguna reforma de fondo?

Eso es parte de la propuesta del cambio de la Constitución. Hemos dicho que el capítulo económico no lo vamos a revertir, sí le vamos a hacer algunos ajustes. No puede ser posible que en momentos de calamidad algunas empresas privadas abusen de los ciudadanos elevando los precios, no solo de las medicinas si no de otros servicios, como colegios, o universidades. Ahí proponemos que el Estado pueda intervenir y fijar y regular precios. No se puede abusar de la población en momentos de crisis.

Ustedes se han sumado a las otras voces que proponen una nueva Constitución…

No nos hemos sumado. Es una propuesta que compartimos muchos. Sería muy arrogante de mi parte decir que otros se han sumado a mí. Es una tendencia en la región la necesidad de hacer reformas en la Constitución, como esta que en su momento priorizó el crecimiento económico y que, luego de 30 años, no se ha convertido en desarrollo humano.

¿Se necesita una nueva Constitución? ¿Por qué no modificar la que ya hay?

No creo en los parches. Si vamos a reformar a fondo el sistema laboral, político económico, de salud, tenemos que entrar a una nueva Constitución. Habrá capítulos que se respeten con pequeños ajustes, por ejemplo en el tema económico, para eliminar los contratos ley. No puede ser posible que vengan transnacionales y que hagan acuerdos lesivos a los intereses del país, como en el caso del gas de Camisea. Lo mismo ocurre en otras áreas. Y, repito, deben fijarse precios en momentos de emergencia, para que las empresas no abusen, como lo que ocurrió con las clínicas. No se hizo nada, porque decían “no podemos por la Constitución”.

¿Qué más debería incluir esa nueva Constitución?

El derecho a la unión civil para parejas del mismo sexo. Y en lo político, se debe tener reglas de juego claras y dejar, bien clarito, qué significa incapacidad moral. Si a un presidente se le encuentra recibiendo una coima sí debería ser motivo de vacancia, por ejemplo.

Un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos de diciembre preguntó qué temas se deberían incorporar en una nueva Constitución o cambiar en la vigente. El 74% pedía penas mayores para delincuentes y corruptos; el 25% fortalecer los valores familiares tradicionales y la tradición católica. ¿Le parece que esos son aspectos que deberían incluirse?

Sí, bueno, mire, yo soy un poco escéptico respecto a las encuestas y ese tipo de estudios. Sí creo que el país necesita avanzar hacia un futuro distinto, con una Constitución que una a los peruanos, los integre, los incluya, que les dé libertades para que cada uno decida si procesa una fe o no. En salud, por ejemplo, si bien la actual Constitución garantiza el acceso, nosotros vamos más allá: decimos que el Estado debe proveer un seguro a cada ciudadano y ciudadana financiado por el sector público.

Mi punto es que usted no es quien va a hacer esa nueva Constitución. Sería la tarea de una Asamblea Constituyente. ¿Y qué ocurre si lo que sale de ahí no va de la mano con lo que usted se imagina?

Entiendo la frustración de la gente al ver que los crímenes quedan impunes, o cuando ven que a los delincuentes que arrebatan un celular o roban un par de zapatillas no les pasa nada porque el hurto es un delito menor. Eso genera percepción de impunidad y, obviamente, la respuesta inmediata es pedir sanciones más graves, pena de muerte, sin embargo la experiencia mundial ha demostrado que eso no es una solución. Una medida efectiva para evitar que haya gente robando en la calle es generar empleo. Mire, en el tema penitenciario tenemos una posición muy clara. Las cárceles se han convertido en universidades del delito, entonces concesionémoslas. Hablo de empresas que vengan a construir un complejo de 40 penales para que vahan ahí todos los delincuentes, hasta aquellos quienes cometan hurto. Se acabó eso de “delito menor”. No puede ser posible que los carteristas que todos los días roban no vayan presos. Tienen que ir a cárcel efectiva.

¿Suscribe la política de mano dura?

Eso no es mano dura. Eso es trabajar en favor de la seguridad ciudadana. A aquellas personas que a pesar de que se les da la opción de trabajar prefieren estar en la calle delinquiendo, se les aplicará la pena en una cárcel que los resocialice, no en una donde entran como carteristas y salen como sicarios.

¿Encarcelar a un ladrón de celulares no califica como mano dura?

No, porque ese ladrón es el que genera esta sensación de inseguridad. Y no es que roben una sola vez, roban 20 veces al día. Acá no hay delincuente chiquito ni grande.

¿El candidato al Congreso, Martín Vizcarra, no se está devorando al candidato presidencial, Daniel Salaverry? ¿No le resta visibilidad?

Noooo, somos un equipo de trabajo. Lo que pasa es que en estas campañas en el Perú, que son muy personalistas y de caudillos, a la gente le sorprende cuando ven a dos personas trabajando en equipo, que se complementan. Martín Vizcarra es un expresidente que además ha tenido una alta aprobación y, obviamente, va a generar una reacción positiva, empatía con la gente, pero eso no significa que uno opaque al otro. Nada que ver con eso. Acá no hay egos colosales, ni complejos de inferioridad como para uno se crea menos o más.

¿Usted no va un poco a la zaga de Vizcarra? Le pongo dos ejemplos. Uno: el expresidente propuso postergar las elecciones a través de una transmisión en Facebook. Después, usted apoyó la idea. Dos: entrevisté a Vizcarra a finales de diciembre y propuso en ese momento una nueva Constitución. Días después, usted se sumó a la iniciativa. ¿Qué piensa de lo que le he dicho?

Aclaro el tema. No es que yo me sume a la iniciativa de Vizcarra, porque no es la iniciativa de Vizcarra. Es un acuerdo de Somos Perú como partido, como comando de campaña y equipo. Esto se conversa, se debate y se toma una decisión. El hecho de que lo anuncie él o yo es irrelevante. No es que uno se sume al otro.

Son anuncios fuertes. Al menos podrían ver si salen los dos al mismo tiempo.

Bueno, los temas de estrategia y marketing para ver quién lanza el mensaje son cosa de los asesores y especialistas. Obviamente, si él tiene más de un millón de seguidores en Twitter y yo algo de cien mil, es mucho mejor que él lance el tuit.

Los medios se han encargado de resaltar las veces que usted -por decirlo de alguna manera- le saltó al cuello a Vizcarra. Sobre esto, tengo una pregunta. Usted le exigió su renuncia a la vicepresidencia por el caso Chinchero. Cuando le consultaron por esto, respondió que actuaba en nombre del que era su partido por entonces, Fuera Popular, y que no necesariamente estaba de acuerdo con esa posición. ¿Esto no lo deja a usted como alguien que no es capaz de asumir posiciones propias si no, más bien, que acepta imposiciones?

No, porque eso… a ver, lo que pasa es que hay que tener en claro cuál es el rol de un vocero. Un vocero no puede pararse en una conferencia de prensa y dar su posición personal. Eso lo puede hacer un presidente del Congreso. Sin embargo, tengo que decir que el tiempo en el que estuve al frente del Parlamento me permitió conocer en el trabajo al entonces presidente Vizcarra, coordinar temas importantes y darme cuenta de que sus intenciones con el país eran las mejores. Por eso formamos un solo equipo y propuesta. El que me diga que nunca ha cambiado la opinión que tenía de alguien después de conocerlo, bueno, que levante la mano.

De ser electo, ¿incluiría a Vizcarra en un gabinete?

Él va a tener mucho trabajo siendo presidente del Congreso. No tengo duda.

Las últimas elecciones en el Perú han marcado un enfrentamiento entre fujimoristas y anti-fujimoristas. Los primeros no lo quieren mucho, por obvias razones. Pero intuyo que los segundos tampoco, ¿cierto? No está muy claro qué va a ocurrir ahora. En todo caso, ¿cómo se ubicaría usted en un escenario así, si es que se repitiera este patrón?

No creo que el país se divida entre fujimoristas y anti-fujimoristas. No creo en esa dualidad. Lo que sí creo es que los peruanos y las peruanas no quieren regresar a la vieja forma de hacer política en el Perú, donde se copan las instituciones y los poderes del Estado y se cometen atropellos y abusos. Y al no querer eso van a voltear a ver quiénes tuvimos la oportunidad de ocupar un cargo importante y demostramos estar a la altura de las circunstancias y quiénes nunca en su vida han trabajado ni generado empleo. Esa es la gran diferencia.

Usted habla de Vizcarra como una garantía de buena gestión. Le recuerdo que su papel por la demora de la adquisición de las vacunas ha sido muy cuestionado.

Los laboratorios han dicho que si el presidente Sagasti pudo firmar en diciembre el contrato para la compra es porque desde abril se iniciaron las conversaciones y, claro, es todo un proceso que toma meses. En noviembre cuando otros países alrededor nuestro estaban firmando sus contratos, en el Perú no sabíamos cuál era el gobierno. Vacaron a Vizcarra inconstitucionalmente, asumió Merino, tumbaron a Merino y bien tumbado por golpista, asumió Sagasti… ¿usted cree que una empresa privada va a firmar un contrato con un país que no sabe cuáles son sus autoridades? Imposible.

Usted ha estado en el APRA, luego en Fuerza Popular y tuvo acercamientos con Restauración Nacional. Ahora postula por Somos Perú. ¿A qué se debe? ¿Cómo explica estos tránsitos?

Yo creo en los partidos políticos, yo creo en la institucionalidad. El problema no son los partidos, son las cúpulas enquistadas en ellos, que solamente los utilizan para que les devuelvan el favor con alguna licitación, con alguna obra, con algún cargo público, cúpulas que no permiten que los partidos se renueven, se oxigenen, que no le dan oportunidad a los jóvenes para que se creen nuevos liderazgos. Ese ha sido el problema en el APRA, mire cómo ha terminado el partido de Haya de la Torre. Y ese es el problema en Fuerza Popular, y en Alianza Para el Progreso, etcétera, etcétera. Si queremos partidos sólidos necesitamos generar una verdadera democracia interna, sin dinastías ni herederos.

A propósito, escuché a dirigentes de Somos Perú cuestionando su presencia en el partido.

Hablemos con nombre propio. El señor (Juan Carlos) Zurek hace año y medio, dos años, no pisa el partido, según me han comentado otros dirigentes. A partir de su fracaso en las elecciones de 2018 simple y llanamente se fue a esconder debajo de una piedra y, tengo entendido, apoya a otro candidato. ¿Dirigente de qué? En el papel nomás.

Somos Perú es su cuarta experiencia partidaria…

Es la tercera…

De acuerdo, ¿se quedará definitivamente ahí?

Es lo que anhelo. Finalmente, le pongo un ejemplo: es como cuando uno se casa. Uno quiere que sea para toda la vida, pero si la pareja te maltrata, te golpea, te es infiel, y uno da un paso al costado, ¿el problema es de uno o de la persona que generó estos temas?

Ha dicho que la unión civil debería estar incluida en una nueva Constitución. ¿Y el matrimonio homosexual no sería una propuesta más acorde con lo que se ve en otras democracias?

Lo que pasa es que a esta Constitución la vamos a llevar a un referéndum y debe ser aprobada por más del 70% de los peruanos. La intención es que exista un consenso. Y donde creo que hay un consenso importante -en instituciones políticas, civiles e incluso en algunas iglesias que podría decirse que son extremistas o radicales- es en lo referente a la unión civil patrimonial. Por tanto creo que es un paso importante para que estos grupos minoritarios que durante años exigen que se reconozcan sus derechos avancen en ese camino. Y mientras, se puede seguir el debate del matrimonio igualitario para que cuando haya consenso, por qué no, se ponga también a discusión.

¿Pero cuál es su opinión sobre el tema?

Mi opinión es esa, que debe avanzarse en lo que ya hay un consenso, que es la unión civil.

Eso desde el punto de vista de una estrategia para una eventual discusión constitucional. Le pregunto qué piensa usted del matrimonio igualitario.

Por eso. Yo he conversado con Carlos Bruce, Alberto De Belaunde y otros representantes de la comunidad LGTBI, y les he dicho que su problema es que siempre buscan el todo y por conseguir el todo se quedan sin nada, en lugar de ir ganando batalla por batalla. Esta sería una buena batalla ganada por la comunidad LGTBI.

Yo le he pedido su opinión sobre el matrimonio igualitario.

Yo estoy a favor de la unión civil.

¿Está a favor del aborto libre?

Una mujer que ha sido violada debe tener derecho a tomar la decisión de si quiere o no tener a ese hijo en su vientre. O por temas terapéuticos, de enfermedad, que pongan en peligro la vida de la madre.

El aborto terapéutico es legal.

Yo le digo en qué estoy a favor.

¿Y por qué no el aborto libre?

A ver. Que una persona quede embarazada y pueda abortar libremente, yo creo que no. No. ¿Por qué? Creo que si una persona adulta tuvo la decisión de tener relaciones sexuales con su pareja y por un tema de descuido o irresponsabilidad simple y llanamente quedó embarazada… yo sí soy una persona que cree en la vida, en los derechos del niño, siempre y cuando esto no ponga en riesgo ni la salud mental ni física de la madre.

¿Se considera un candidato provida?

No creo en las etiquetas. Tengo ideas muy marcadas y definidas en diversos temas.

¿Y qué piensa de la eutanasia?

Yo, por un tema de fe, estoy en contra. Sin embargo, considero que mi fe no puede estar por encima de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de elegir libremente ese tipo de cosas, porque no están poniendo en riesgo la vida de otras personas, como en el caso, por ejemplo, del aborto. Acá no, es su vida y ellos tienen derecho a decidir.

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Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).