Unas 9 de cada 10 trabajadoras del hogar son informales, pese a ley
Letra muerta. Hasta el 98% no está asegurada por su empleador ni está afiliada a un sistema previsional. Dejadez del Gobierno y el miedo a perder una fuente de ingreso ante la desinformación explican que no se respete la Ley 31047.
En setiembre del 2020, el Congreso aprobó por amplia mayoría la creación de una ley para las trabajadoras del hogar, la cual fue promulgada por el entonces presidente Martín Vizcarra.
No hay un cálculo oficial del universo de empleadas. Se estima que entre 360.000 y poco más de 400.000 personas realizan labores domiciliarias remuneradas, según la ENAHO.
Con el nacimiento de la ley n° 31047, se marcó un precedente porque prosperó “una lucha de varios años” —en palabras de Vizcarra— ya que se les garantizaba mejores condiciones laborales; pero hasta hoy no logra ningún cambio sustancial: 9 de cada 10 no tiene un contrato, revelaron desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el marco del Día Internacional de la Trabajadora del Hogar, que se conmemora todos los 30 de marzo.
¿Qué busca la ley? En corto, homologa, prácticamente, el trabajo del hogar con los derechos que perciben los trabajadores del régimen privado: percibir un sueldo no menor a la RMV (S/1.025) y contar con dos gratificaciones anuales, abono de CTS y en caso de servicios de residencia —coloquialmente llamado cama adentro— sus empleadores deberán darles tiempo para descansar, caso contrario, se contarán como horas de trabajo y a costear la alimentación y uniformes.
Abandono político: ni muchachas ni sirvientas
Leddy Mozombite, secretaria general de la Federación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar (Fenttrahop), lamenta que en sus primeros años, la ley n° 31047 no haya tenido el impacto deseado. A su juicio, el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Daniel Maurate —como sus predecesores—, no han traído nada nuevo, salvo palabras al aire como “haremos que la ley se cumpla porque hay mucho por hacer”.
“El Convenio 189 ratificado por el Perú ante la OIT nos reconoce como trabajadores y no ayudantes, y a trabajar sin discriminaciones, pero no hay nada. No somos sirvientas ni somos sus muchachas. Poco más del 97% está en la informalidad porque no ha firmado un contrato. No hay una campaña agresiva del MTPE para que se exija a los empleadores que cumplan con la ley”, comentó la dirigente sindical a La República.
Vale añadir que el 96% es mujer: es una labor feminizada —reflexiona Mozombite—. La edad promedio es 42 años y apenas el 39% tiene acceso al sistema financiero.
Por su parte, Ángeles Ochoa, secretaria general de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar Remuneradas del Perú (Fentrahogarp), sostiene que lo más justo es formalizarlas ya que la labor que realizan es extenuante: atienden incondicionalmente a niños y adultos mayores, así como a los enfermos, pero no se las valora.
Ochoa exhortó a Sunafil a intensificar su rol fiscalizador para que los empleadores y las agencias de empleo cumplan con la ley. En el caso de las agencias, advierte que “les quitan parte de sus sueldos a las compañeras o les retienen su DNI y las obligan a trabajar sin derechos”, denunció.
Ana: toda una vida informal
Desde hace 20 años, Ana se dedica a trabajar en diversos hogares y, pese a la celebrada Ley 31047, no hay ningún papel contractual con sus empleadores. Cada cierto tiempo muda de vivienda a fin de mantener a sus hijos.
A fin de concientizar a sus colegas y los interesados en el servicio, ha formado un sindicato en Iquitos, donde asegura que el Estado no llega.
A marzo del corriente, la OIT aclara que solo se han contabilizado 14.176 contratos en el Sistema de Registro del Trabajo del Hogar —de un total de 400.000 de empleadas del hogar—. De ese puñado, el 78,45% se desempeña en Lima metropolitana. La selva abarca apenas el 9% (Ipsos).
“Acá nos discriminan. Nadie sabe nada de la ley y el Ministerio de Trabajo no hace nada. Yo gano S/800 al mes. No tengo seguro y ando a la deriva”, comenta la madre de familia que, por cautela, mantiene en resguardo su identidad.
Actualmente, 9 de cada 10 trabajadoras del hogar no tienen Essalud pagado por sus empleadores y 8 de cada 10 no está afiliada al Sistema de Pensiones, lo cual “afecta su vida al jubilarse”, complementan desde Crónicas Perú.
Deneci: mi caso no puede ser siempre un ejemplo
Deneci Ramírez es una de las pocas trabajadoras del hogar que tiene un contrato. Es consciente de que esta condición no puede tomarse como un “privilegio”, pues debería “abarcar y servirle para todas”.
“Mi empleador respeta la ley y me da facilidades. Yo estoy sindicalizada y, como base fundamental de los hogares, lucharemos hasta que se respete y todos tengan un contrato escrito. Va a ser difícil, pero poco a poco lo vamos a lograr”, comentó Ramírez a este diario, aprovechando justamente su descanso por el feriado largo, ya que acordó con su empleador no laborar.
Deneci —quien integra la Fenttrahop— coincide con Leddy Mozombite sobre la falta de difusión por parte del Gobierno sobre la importancia de la ley y su inacción para ayudar a las miles de féminas que son traídas de provincia y son desechadas fácilmente por sus empleadores cuando se niegan a pagarles como la normativa manda o gozar de sus derechos.
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“Yo conozco por la misma rutina laboral a trabajadoras que tienen miedo y temor, o hasta ignoran, como sus empleados, de que hay una ley que las protege. Haremos un plantón (por ayer) con la CGTP para que tomen consciencia todos de su importancia”, añadió.
Deneci es una trabajadora formal. A través de la lucha sindical, busca que todas lo sean. Foto: Fenttrahop
¿Me deben pagar más si hago horas extras?
Sunafil informó que las trabajadoras del hogar, en caso se les extienda la jornada más allá de 8 horas diarias o 48 semanales, tienen que percibir un pago adicional. “No se trata de un favor, sino que deben pagar esas horas de servicio adicional”, reza un comunicado emitido por el fiscalizador laboral y el Ministerio de Trabajo.
Pero ¿cuánto le correspondería por las horas adicionales? En el caso de una empleada que perciba S/1.025 (el sueldo mínimo), por día gana S/34,16, y dividida entre 8 horas diarias, el ingreso es de S/4,27 cada 60 minutos. Así, en caso se quede una hora en sobretiempo le correspondería S/5,3 por cada una de las dos primeras horas y S/5,7 por cada una de las horas restantes.
También recordaron que la trabajadora deberá evaluar y dar su consentimiento para los pagos por transferencias bancarias; y la periodicidad de la remuneración podrá ser semanal, quincenal o mensual. Por último, si una trabajadora acordó trabajar durante esta Semana Santa, se deberá efectuar un triple pago por cada feriado laborado.
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¿Trabajadoras del hogar son solo las que se dedican a cuidar niños? No. Sunafil puntualizó que también están las que velan por los adultos mayores, personas enfermas, personas con discapacidad, mascotas domésticas y del hogar, como los jardineros.