Ingresos tributarios 2024: entre subir impuestos o endeudar al país
Erosión. Luego de que la recaudación colapsó -12,3% en 2023, el panorama para este año se agrieta si el precio del cobre no levanta, pues dependerá de reactivar los motores de la economía, algo aún incierto. Presión tributaria bajó a 15,1%, la mitad que países OCDE, lo que nos aleja de ingresar a ese bloque.
El carácter intrínsecamente extractivo de la economía peruana le pasó factura en 2023, con una recaudación que se desplomó al ritmo de los menores precios del cobre y un escenario de recesión que, a discreción de distintos especialistas, no podrá revertirse en este año.
En 2023, los ingresos del país retrocedieron 12,3% luego de pasar de S/157.776 millones en 2022 a S/147.246 millones, en gran medida por una caída de las captaciones por Impuesto a la renta (-15,8%) e IGV (-11,1%), según una evaluación reciente del grupo CooperAcción, que delata una caída cercana de dos puntos porcentuales hasta 15,2% en la presión tributaria.
Se debe considerar que, en 2023, la minería dejó de ser el sector que más ingresos generó para el país (S/12.650 millones frente a S/19.766 millones de un año atrás) debido a devoluciones, falta de nuevos grandes proyectos y el repliegue global de los precios de metales. En el caso del cobre, Cochilco ya adelantó un débil repunte hacia US$3,85 la libra este nuevo año.
Pero una recuperación de la economía al 3%, como anunció el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y una mejora de la demanda china del cobre no necesariamente llevarán a la recaudación a niveles de hace un lustro. Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, explica que aún existen cartas sobre la mesa, como el incremento del ISC (cuyo cronograma no ha sido confirmado) y la regularización del IR, que se postergará hasta mediados de año.
“La declaración suele tener un efecto de devolución también; entonces, la devolución del IR de las personas que han pagado anticipadamente por encima de lo que deberían haber pagado jugará a favor del saldo neto que tengas a fin de año, básicamente porque la regularización se dará dos meses después de lo usual”, destacó.
Para una mejora sostenida también incidirá el efecto del tipo de cambio, que se ubica por encima de los niveles del año pasado, algo que, en términos de precios, mueve la aguja de las arcas fiscales. Cuando sube el dólar, mejora la recaudación, porque se recauda en soles.
“Supongamos que un producto importado cuesta US$100 con aranceles fijos. En un año el tipo es S/3,50 y, en otro, S/3,80; entonces, la recaudación será mayor solo por efecto del dólar, aun siendo la misma cantidad tranzada”, aclara Odar.
No quedan opciones
En 2021, se registró un récord de recaudación (S/139.952 millones, la presión tributaria se elevó más de 3 p.p. hasta 16%) debido, en buena parte, a que compañías como Cerro Verde y Buenaventura pagaron deudas conjuntas al Estado por más de S/3.164 millones en calidad de protesto.
Sin embargo, a principios del año pasado, la administración (Sunat) y los peruanos perdieron su batalla contra el Tribunal Constitucional, que condonó millonarios intereses generados por empresas que mantienen sus deudas en juicio durante años.
A todo ello deben agregarse otros factores, como la farra fiscal promovida desde el Congreso (algo que, en su momento, advirtió el Consejo Fiscal) mediante leyes con el propósito teórico de beneficiar a los más vulnerables, y las exenciones para sectores, como la reducción de IGV a 8% para hasta el 31 de diciembre del 2024, que dejó el exministro Contreras.
Carlos Oliva, también extitular de la cartera, destaca en esta línea la posición del nuevo ministro Arista, de acabar con estos recortes tributarios. También se cuenta la Ley 31903, que permite la libre disposición de fondos de las cuentas de detracciones de las micro y pequeñas empresas (mype).
“Hay temas estructurales donde entran otro tipo de medidas que involucran mejoras en la labor de Sunat y formalización de la economía. Pero todo ese paquete de reformas, por lo general, no te da efectos en el corto plazo, sino en tres o cuatro años. Si quieres en el corto plazo tienes que salir de la recesión”, retrata Oliva.
No obstante, con un déficit fiscal de 2,8% en 2023 (por encima de la meta de 2,4% del PBI) Oliva advierte que, si no se sale de la recesión y el cobre no levanta, solo quedará endeudar al país o incrementar aún mas los impuestos sobre una base tributaria ya bastante magra.
Con todo, la baja recaudación también supone un reto para los objetivos que dejó el anterior MEF, de llegar en 2026 a OCDE, grupo en que la presión fiscal supera el 33%. Ni siquiera estamos al nivel promedio de otros países de la región, una realidad que no cambiará un mejor precio del cobre.
CooperAcción explica que el Perú sigue estando rezagado en materia de recaudación tributaria en América Latina: es uno de los pocos países que en los últimos años no implementó ni una sola reforma tributaria de carácter estructural.
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“Según el informe OCDE de septiembre 2023, Perú necesita implementar una reforma tributaria integral, que permita aumentar los ingresos públicos de manera progresiva para mejorar los servicios públicos, eliminar disparidades regionales y brindar mejores oportunidades a los peruanos”, señala.
Reacciones
Carlos Oliva, exministro de Economía
“Hay riesgo este año respecto al inacabable populismo del Congreso y rescato que se va a tratar de reducir las exoneraciones. Por eso, es importante que el ministro Arista tenga al gabinete y presidenta de su lado”.
Juan Carlos Odar, director Phase Consultores
“El MEF había prometido su informe de actualización de proyecciones macro en marzo, aun cuando normalmente sale en abril-mayo. Eso también puede influir en sincerar la perspectiva fiscal, incluyendo la recaudación”.