Economía

Pobreza extrema: La necesidad de crear un bono contra el hambre en Latinoamérica

Con la tentativa caída del 5,3% del PBI de la región y de 83,4 millones de personas a la pobreza extrema por el coronavirus, Cepal y FAO piden a los países emprender medidas para paliar la hambruna.

Hilda Guevara, dirigente vecinal prepara alimentos en su casa que ella misma sirve para sus vecinos. (Foto: Antonio Meglarejo)
Hilda Guevara, dirigente vecinal prepara alimentos en su casa que ella misma sirve para sus vecinos. (Foto: Antonio Meglarejo)

Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que Latinoamérica está en riesgo de contar con un gran porcentaje de su población a la merced del hambre.

Tras siete años de un crecimiento paulatino, el PBI de la región caería un 5,3% - recoge el estudio – la cifra más alarmante en un siglo. Además, cerca de 16 millones de personas caerían en la pobreza extrema, llegando a un total de 83,4 millones.

Latinoamérica y el Caribe tienen en el hambre a su mayor desafío, por lo que el estudio ‘‘Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria'‘, puntualizan sobre los efectos que se generarían en un espacio geográfico en donde 53,7 millones de personas ya sobreviven a esta condición.

De los 83,4 millones de latinos que quedarán en la pobreza tras la pandemia, más de 34 millones son menores de 15 años, y 30 millones viven en áreas rurales.

Bono contra el hambre

Este bono para combatir el hambre propuesto por los organismos internacionales, ‘‘podría materializarse en la forma de transferencias monetarias, canastas o cupones de alimentos'' por hasta seis meses.

Además, estiman que se pueden destinar 47 dólares por persona, equivalentes al 0% de la canasta básica con cálculos de 2010, por lo que la ayuda sería similar al 0.45% del PBI de la región si se llegara a toda la población vulnerable.

El costo total estimado es de 23.500 millones de dólares, y el bono formaría parte de una serie de medidas para que los hogares posean de manera asegurada una alimentación suficiente.

Para los productores empresariales, se propone una subida de al menos un 20% del promedio de los créditos expedidos en los últimos tres años, lo que sumaría un total de 5.500 millones de dólares que podrían ser financiados por “una línea especial de la banca multilateral y de las bancas de desarrollo”, acotan.

En cuanto a los pequeños productores, proponen un “kit básico de inversión” de 250 dólares que tendría un costo total de 1.700 millones de dólares en toda la región.

“La gran tarea que tenemos por delante es impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.

¿Qué factores incrementan el riesgo?

Según el informe de Cepal y FAO, la crisis sanitaria de la COVID-19 limitaron el acceso a alimentos frescos y disparado los precios de mercados internos.

A la par, el desempleo aumenta y la caída en los ingresos llevaron a millones de latinoamericanos a optar por alimentos más baratos y de poca calidad nutricional.

“La pandemia ha puesto de manifiesto que solo el Estado tiene la capacidad para facilitar, coordinar e intervenir para asegurar la disponibilidad de alimentos”, precisan.

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