Estados Unidos: Fed se encamina a bajar tasas cuando el optimismo está en crisis
Los aranceles más elevados y la incertidumbre son un riesgo y ya están dañando a la economía estadounidense.
Enfrentada a un horizonte oscurecido por incertidumbres, y bajo insultos y reclamos del presidente Donald Trump, la Reserva Federal (Fed) se encamina hacia un nueva rebaja de las tasas de interés esta semana.
Aunque el presidente de la Fed, Jerome Powell, tuvo a veces dificultades para enviar mensajes claros desde que anunció en julio el primer recorte de tasas en más de una década, ahora dio señales de que se avecina otra rebaja de los intereses.
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En discursos y apariciones públicas, Powell prometió que la Fed “actuará apropiadamente” para preservar el crecimiento económico de Estados Unidos. Aunque la primera potencia mundial está en “buen lugar”, igualmente Powell advirtió sobre “significativos riesgos”, entre ellos una inflación obstinadamente baja y una guerra comercial cuyo fin no se avizora.
En resumen, la Fed rebajará las tasas y así lo cree la abrumadora mayoría del mercado que da como un hecho el anuncio de esa decisión el miércoles. Y además, el mercado considera probable al menos otro recorte antes de fin de año.
Kathy Bostjancic, analista de Oxford Economics, explicó que esa consultora espera tres rebajas más este año, lo que en los hechos significa una en cada una de las reuniones de la Fed que quedan en 2019.
“Es bueno que la economía no esté cayendo ahora”, dijo, “y por eso es un buen momento para dar algunos estímulos”. ¿Por qué cortar ahora las tasas si el empleo está en auge, el gasto de los consumidores es resistente, la inflación es baja, los salarios suben, el crecimiento del PIB parece mantenerse y la confianza de empresas y personas se ha suavizado pero sigue siendo alta?
Para empezar, lo único que sostiene hoy a la economía estadounidense es el gasto de los consumidores, el cual responde por dos tercios del PBI. Pero cuando se debilite, la recesión podría haber comenzado.
La contratación de empleados sigue siendo sólida pero crece menos. Las inversiones de las empresas están moribundas. Las exportaciones se debilitan. Y el sector manufacturero está en recesión. Y entretanto, el crecimiento mundial se está debilitando.
Para colmo, Trump podría no saber cómo terminar su guerra comercial con China, la segunda economía del planeta, que lleva 18 meses. Los aranceles más elevados y la incertidumbre son un riesgo y ya están dañando a la economía estadounidense. En agosto se perdieron unos 11.000 empleos por el pleito con China, según un estudio.
Pekín y Washington han amainado sus enfrentamientos y se encaminan a volver a dialogar en la capital estadounidense el mes que viene. Pero ese apaciguamiento debe ser tomado con cautela. Las treguas pactadas en diciembre y julio no duraron mucho.
A los problemas netamente económicos, se añade la agresiva retórica de Trump contra la Fed y contra Powell para que se reduzcan drásticamente las tasas de interés; algo sin precedentes en Estados Unidos donde por tradición el gobierno respeta la independencia del banco central, dijo Bostjancic.
FUENTE: Agencias