Domingo

Los niños del cambio climático

Hay dos millones de niños y niñas expuestos a inundaciones en Perú. Los expertos indican que ellos serán los más afectados a medida que eventos climáticos como los de las últimas semanas se hagan más frecuentes y extremos. Y que se necesitan políticas claras y mayor financiamiento para proteger su futuro.

Las sequías afectarán la disponibilidad de alimentos y  los más perjudicados serán los  más pequeños. Foto: La República
Las sequías afectarán la disponibilidad de alimentos y los más perjudicados serán los más pequeños. Foto: La República

José Antonio (8) siente miedo por las madrugadas.

El ruido de los camiones que suben a la quebrada Río Seco, en en busca de materiales de construcción, lo aterra.

–Mami, el huaico –dice.
–No, hijito –lo tranquiliza su madre–, ya no va a venir el huaico.

José Antonio y su hermano Bastian (8) abrazan a sus gatitos, Gokú y Vegueta, y tratan de seguir durmiendo.

Todavía están frescos en su memoria los instantes de pánico que vivieron la tarde del martes 14 de marzo, cuando un río de lodo y piedras inundó la segunda etapa del asentamiento humano Los Huertos de Río Seco, en Carabayllo, donde ellos vivían.

Acababan de almorzar, los niños estaban viendo tele, cuando la tierra comenzó a temblar. Su madre salió a ver qué ocurría y al rato volvió a los gritos: había que salir corriendo.

Los pequeños todavía recuerdan que tropezaron en la huida, que en el camino le pidieron a su mamá que volviera por sus animalitos, que no pudieron sacar ni su ropa ni sus juguetes ni nada. También recuerdan a su madre llorando mientras veía cómo las aguas se llevaban su pequeña casa prefabricada, su cocina, su lavadora, las pequeñas cosas que había comprado con el esfuerzo de toda su vida.

Y después de esa experiencia tienen una certeza: no quieren vivir allí nunca más.

Su madre les ha dicho que no se preocupen, que el huaico no va a regresar, pero ellos no le creen, sobre todo José Antonio.

–El huaico nos va a tapar –le dice el pequeño sobre sus miedos–. Se va a llevar todo de nuevo.

Yanick (6) tiene los mismos temores.

Él duerme con sus padres y su abuela en una de las carpas que las autoridades han instalado en el colegio San Antonio, junto a la avenida Túpac Amaru, a unos kilómetros de Río Seco.

A él también le asustan los camiones, los que pasan muy temprano por la avenida. Se despierta y mira a su madre. Ella lo abraza y le
dice que no es el huaico. Yanick tampoco quiere volver adonde vivía antes. Su madre le ha dicho que van a construir un muro, pero él no quiere.

–Se va a romper otra vez la casa –dice.

Yanick, José Antonio, Bastian y los otros niños que vivían en Río Seco han perdido varios días de clase. Se han enfermado del estómago, de la garganta. Apenas tienen ropa y pasan las noches con miedo. Las autoridades les han dicho a sus padres que pronto tendrán que desocupar las carpas donde los han albergado. Sus familias no tienen adónde ir.

A tan poca edad, las lluvias extremas les han cambiado la vida por completo.

Una generación golpeada

Los eventos climáticos de las últimas semanas han golpeado la vida de miles de personas en el Perú. Según el COEN, en lo que va del 2023 las lluvias e inundaciones han dejado casi 13.000 damnificados. Muchos de ellos son niños, niñas y adolescentes, quienes en su corta vida jamás imaginaron vivir experiencias tan traumáticas.

Según los expertos, lo vivido en estos días es una muestra de lo que podría ocurrir en los próximos años, a medida que eventos climáticos como El Niño y La Niña se hagan más frecuentes y extremos debido al cambio climático.

–Aunque El Niño y La Niña no son causados por el cambio climático, este sí hará que las condiciones que generan sean más profundas
y extensas –dice el meteorólogo Alexis Ibáñez–. Antes uno podía esperar un evento extremo cada diez o veinte años, ahora se están haciendo cada vez más recurrentes.

Los más afectados serán los más pequeños.

De acuerdo con el informe Entrando en el ojo de la tormenta: cómo la crisis climática está impulsando la migración y el desplazamiento de la niñez, presentado hace unos días por Save the Children, hay unos dos millones de niños y niñas en el Perú expuestos a inundaciones, sobre todo en el norte del país.

Además, se calcula que unas 72.000 personas se verán obligadas a dejar de sus lugares de origen cada año a causa de los eventos climáticos, de las cuales 20.000 serán menores de edad.

–Los niños y niñas van a sufrir a lo largo de su vida muchos más situaciones de crisis climática, muchas más desastres [que las generaciones anteriores] –dice Verónica Valdivieso, directora país de Save the Children–. Las nuevas generaciones van a sufrir un impacto muy serio que va a cambiar cómo llevarán sus vidas.

Según el informe, las temperaturas y precipitaciones extremas, las inundaciones, las sequías, el derretimiento de los glaciares y los aluviones ya están agravando la escasez de agua y alimentos, la pérdida y daños en las infraestructuras y los riesgos para la salud, como problemas gastrointestinales y respiratorios.

Los autores del reporte entrevistaron a medio centenar de niños, niñas y adolescentes de diversas partes del país para conocer cómo les estaban afectando estos eventos climáticos. Ellos contaron que, por ejemplo, las heladas y las lluvias excesivas hacen que se pierdan animales y cosechas y que los bebés se mueren de frío, y que sus hermanos mayores tienen que migrar a las ciudades para trabajar en lo que sea porque en sus pueblos hay “hambre y miseria”.

Por supuesto, el impacto de la crisis climática no solo se sentirá en el Perú, sino en muchos otros países del mundo.

Pero, como se afirma en otro informe de Save the Children, Nacido en la crisis climática. Por qué debemos actuar ahora para ase-
gurar los derechos de los niños, “son los niños de los países de bajos y medianos ingresos los que soportan la mayor parte de las pérdidas y daños en la salud y el capital humano, la tierra, el patrimonio cultural, los conocimientos indígenas y locales y la biodiversidad como resultado del cambio climático”.

El Perú está avanzando, a pasos desiguales, en enfrentar el riesgo que se viene con la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático. Sin embargo, los expertos indican que se debería invertir más en campañas de adaptación y concientización en las comunidades y destinar mayores recursos a los municipios para mejorar sus proyectos relacionados con el clima.