Viaje al pasado con los guerreros Sechín
Imágenes procesadas con alta tecnología se muestran en los ambientes del Ministerio de Cultura. Fuero tomadas de noche y dan nuevas luces sobre esta enigmática civilización que prosperó en el norte peruano.
Hace cuatro mil años no existía el cristianismo ni el islamismo, pero en los actuales territorios de Irán, Iraq y Medio Oriente ya se desarrollaban las primeras religiones monoteístas. Mesopotamia soportaba una sequía que duró casi tres siglos, mientras que en otras cunas de civilizaciones, como México y Egipto, se organizaban las primeras urbes.
En ese tiempo, en la costa norte del actual territorio peruano, en el prodigioso valle de Casma (Áncash), una élite de anónimos gue-
rreros era inmortalizada en piedra. Algunos muestran trofeos y otros finos penachos y ador- nos de plumas sobre sus taparrabos. Casi todos portan una porra con simbología que se repite en sus cascos cónicos. Ninguna imagen es igual a otra y están acompañadas por siniestros grabados de personajes decapitados y descuartizados. Toda esta decoración lítica decora el perímetro de un templo o palacio cuadrangular, como si se tratara de una procesión eterna. Ahora se sabe que es la primera construcción lítica decorativa de América, pero se ignora por qué todo ese conjunto monumental fue enterrado con minucioso cuidado.
Cuatro milenos después, en 1937, el doctor Julio C. Tello los mostró al mundo. A esos guerreros líticos los hemos fotografiado decenas de veces, a toda hora del día, pero Jorge Sánchez Choclote tuvo la brillante idea de hacerlo de noche, para perpetuar con más certeza los detalles de esa antiquísima industria lítica. “La colección fotográfica Sechín: Guerreros de Piedra (SGP) presenta, por primera vez al público, las imágenes obtenidas el año 2019 en una sesión de registro nocturno con cámaras digitales, con aplicaciones de luz artificial de alto contraste en los veinte guerreros”, explica Sánchez, miembro del Fondo Editorial para la Promoción de la Ciencia, la Cultura y la Educación.
Pero no lo hicieron solos. “El registro contó con la asesoría científica de dos autoridades en Sechín: el doctor Peter R. Fuchs y Jesús Briceño Rosario, arqueólogos de la Universidad Libre de Berlín”, revela, por su parte, Eloy Ramírez Subieta, editor del citado Fondo Editorial.
Exposición del bicentenario
Las tomas nocturnas y la impecable impresión han sido muy bien distribuidas en un salón del Ministerio de Cultura. Todas las imágenes están acompañadas por textos escritos por trece de los mejores especialistas en arqueología andina.
“Las fotografías fueron avaladas debido a su calidad por el Museo Tumbas Reales de Sipán. La exposición busca presentar una pieza monumental lítica de carácter plástico única en su género. Exhibir, a través de la tecnología de imagen del siglo XXI, un tipo de tecnología desarrollada hace 40 siglos. Complementar la información visual con un guion museográfico integrado con textos de soporte académico de trece de los mejores especialistas en arqueología andina del mundo y el despliegue escenográfico de una sala que le permita al público recorrer esta exhibición de una manera absolutamente cómoda”, nos dice Sánchez al resaltar el apoyo del Proyecto Especial Bicentenario por la Independencia del Perú y de la Dirección General de Museos del Ministerio de Cultura.
La meta, ahora, es grabar un documental que sería financiado con estas imágenes. “El archivo fotográfico fue grabado en su totalidad
a catorce colores, en sustratos cien por ciento algodón, con tintas libres de ácido y protegidas para su conservación con accesorios de archivo que le permiten una longevidad de siglos, presentada, numerada y certificada para una edición de solo 500 ejemplares”, añade Sánchez. Pero lo mejor es visitar la muestra que estará disponible hasta la primera semana de mayo en los ambientes del Ministerio de Cultura.