Reporteras en guerra
La narradora Christiane Félip Vidal ha escrito Mujeres en conflictos, un texto que recuerda la cobertura de una decena de escenarios bélicos por seis periodistas peruanas. En esta nota reflexiona sobre la forma en la que construyó su libro.
Escribe: Christiane Félip Vidal
En tanto que novelistas escribimos ficciones a partir de nuestras obsesiones, a veces inconscientes. A raíz de mi última novela, Los espejos opacos, me hicieron notar que, en todas mis ficciones, estaba el tema de la guerra, un tema recurrente en mi historia familiar. Nos contaban para que supiéramos y, así, mantener vivo el pasado. Y nos enseñaban fotos para corroborar los hechos.
Patricia Castro Obando con los talibanes en Afganistán
Palabra e imagen, la dupla perfecta para darle su sello de autenticidad a la historia y pasar de la ficción a la realidad.
Bastó con la curiosidad que despertó en mí una joven periodista de la guerra civil española, compañera del asesino de Trotski, Ramón Mercader, para que una primera investigación pusiera en evidencia una larga lista de mujeres reporteras de guerra. Curiosamente, entre ellas, no figuraba ninguna latinoamericana.
Las tenía que haber. Era cuestión de buscarlas, en especial en el Perú.
Así nació Mujeres en conflicto: un libro de crónicas en el que seis mujeres -cuatro reporteras y dos fotorreporteras- cuentan sus coberturas bélicas en un trabajo de memoria tanto personal, como colectiva, para dejar huella de conflictos no tan lejanos a nivel histórico, pero que se consideran solucionados por el simple hecho de haber terminado.
Sus recuerdos son 30 años de conflictos por diferentes escenarios nacionales e internacionales. Pero por más que hablen de Kosovo, Afganistán, Irak, Haití, México, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Perú, las cuatro reporteras -Patricia Castro Obando, María Luisa Martínez, Mariana Sánchez Aizcorbe y Mónica Seoane-, y las dos fotorreporteras –Vera Lentz y Morgana Vargas Llosa- cuentan la misma historia de violencia y destrucción.
Mariana Sánchez Aizcorbe reportera de guerra en varios países
Hay en ellas una insistencia en hacer de sus reportajes una reflexión sobre la pérdida, la humillación, el dolor, los intentos por destruir la dignidad y lo difícil que es encontrar justicia.
Me complace que las fotos seleccionadas por sus autoras sean crudas, brutales, porque en esa crudeza está la realidad de los hechos. Una foto puede cambiar la perspectiva que la gente tiene de los acontecimientos. Las fotos son la copia conforme de la realidad, de una matanza, de la destrucción, de los abusos contra poblaciones inocentes.
De la misma manera me complace la sobriedad verbal de las reporteras, la multiplicidad de sus reportajes cuyos temas, por más variados que fuesen, contaban siempre historias de violencia, de dominación y de muerte.
Todas pagaron caro, tanto a nivel físico como emocional, su pasión periodística y su deseo de retratar y contar la guerra. Pero lo asumieron como un deber profesional, con un solo credo: ir por la noticia, solo la noticia.
Christiane Félip Vidal y el libro que recoge historias sobre la guerra que no deben ser olvidadas.
Cada una a su manera, con la palabra o la imagen, enfocó los conflictos dándoles rostro y voz a las víctimas, tragándose sus propios miedos, sus propias fatigas y emociones, porque quien reporta sobre un conflicto tiene que borrarse.
Sin embargo, en una época tan dada al protagonismo mediático, a la imagen de sí dominando la imagen del otro, la ética con la que reportaron les pasó factura y terminaron borradas del mapa periodístico, al igual que se borró el recuerdo de sus artículos, reportajes y fotos de hace 20 o 30 años en las cadenas televisivas o las revistas que los archivaron.
Hay que leer Mujeres en conflictos como un libro contra la invisibilidad y, a la vez, como un homenaje a estas seis periodistas que arriesgaron sus vidas para denunciar los horrores de las guerras y para mantener intacta la memoria de los conflictos que cubrieron, así como la de sus colegas caíd@s en misión.