La alegría de ser campeón

Apenas cuatro meses después de empezar a practicar el taekwondo, Angélica Espinoza ganó su primera medalla de oro en esa disciplina, en Costa Rica, el 2017. “Lo mejor fue poder subir al podio, a lo más alto y poder cantar el himno. Es lo más emocionante que puede haber”, ha contado sobre ese primer triunfo. Y no se detuvo. Ganaría después la medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, y la de oro en los Juegos Paralímpicos Tokyo 2020 celebrados este año. Tiene 23 años, 46 kilos y es una máquina de ganar.

Angélica es tímida pero habla sobre el tatami. Llegó al taekwondo de manera casual: practicaba natación y decidió practicar este arte marcial para fortalecer brazos y piernas. Le gustó tanto que se fue quedando y los resultados los hemos visto todos: logró una medalla de oro paralímpica después de 21 años de que el Perú consiguiera la última. Llegó a Tokyo como líder del ranking mundial y confirmó que actualmente es la número uno.

Su triunfo ha sido uno de los grandes momentos deportivos que nos deja el 2021, un año difícil por la pandemia del Covid-19 y por la inestabilidad política que vivimos. Pero ello no ha sido obstáculo para que nuestros deportistas compitieran por todo el mundo y nos regalaran la alegría de un triunfo, una medalla, un campeonato, a veces contra todo pronóstico. Muchos de ellos no llegan a los 20 años y son la esperanza de nuevas medallas.

Es el caso de Sofía Mamani, 19 años, nacida en Puno, hija de atletas y fondista. El 30 de noviembre pasado corrió los 10 mil metros en los Juegos Panamericanos Junior de Cali-Valle (Colombia) y llegó a la meta en primer lugar, cincuenta metros por delante de su rival más cercana. Cuando cruzó la línea de llegada se emocionó tanto que casi rompe en llanto, pero se serenó. Luego alguien le acercó una bandera peruana y entonces, por fin, sonrió.

“Gracias a mis padres”, dijo Sofía en sus primeras declaraciones. Ellos le inculcaron el amor por el deporte. Su triunfo la ha clasificado para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Y espera lograr la clasificación para los Juegos Olímpicos París 2024. “Es el sueño de cualquier deportista”, dice.

Otro deportista con gran proyección es el tenista trujillano Gonzalo Bueno, 17 años, ganador de dos medallas de oro (en dobles e individual) en los Panamericanos Junior. Algunos cronistas deportivos ya lo ven destacar como la ‘joya’ de la nueva camada del tenis nacional. Su esfuerzo fue reconocido: fue el abanderado peruano, junto a Sofía Mamani, en la clausura de los Panamericanos. Él tiene planes: el 2022 se convertirá en tenista profesional.

Una grata aparición de este año, también en los Panamericanos Junior, fue el puneño Julio Palomino, 20 años, ganador de los tres mil metros con obstáculos, un triunfo que logró épicamente a unos metros de la meta. Y si nos vamos más atrás, a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, una figura que atrajo la atención fue Ángelo Caro, 22 años, skater al que se le escapó una medalla olímpica por muy poco. Su aparición ha impulsado y le ha dado respeto a una disciplina que muchos no consideraban un deporte.

Ha habido otros deportistas que han cosechado éxitos en distintas disciplinas. (El Perú cosechó 35 medallas en los Panamericanos Junior). Este es apenas un apretado resumen deportivo. Y además cerramos el año con buen ánimo en el deporte que más nos apasiona: el fútbol. Estamos quintos en las clasificatorias al mundial de Qatar 2022, en zona de repechaje, y dependemos de nosotros mismos. El espíritu deportivo indica que nunca hay que dejar de creer.