Domingo

Piura: Miedo a un colapso inminente

Es la tercera región con más casos de Covid-19 y, al mismo tiempo, de las que menos acata el aislamiento social. El Gobierno evalúa ampliar allí el toque de queda en un esfuerzo por lograr que la gente se quede en casa. ¿Qué ocurrirá si los casos siguen aumentando? ¿Está Piura preparada para lo que se avecina?

“Hay que alejarnos hoy para mañana estar juntos”, se oye por estos días en radios, televisión y en las calles. Es el mensaje ante la rápida propagación del Covid-19. Lamentablemente, eso no lo sabía el adulto mayor de 84 años que falleció la semana pasada a causa del virus que ha paralizado a todo el mundo.

El hombre, natural de Sullana, recibió la visita de dos nietos que vivían en España. El día que llegaron se abrazaron, conversaron y pasaron largo rato juntos. Pero, a veces, el amor también es dolor y muerte.

Es sábado en el Hospital Regional del Cayetano Heredia de Castilla, han pasado las primeras horas de la mañana y por sus pasillos empieza a correr el rumor de la muerte de un paciente que estaba internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a causa del coronavirus. En algunas horas más el presidente de la República, Martín Vizcarra, lo confirmará en televisión nacional: será la víctima mortal número 5 de este mal.

Sus familiares no pudieron despedirse del cuerpo inerte ante el riesgo de correr el mismo destino. Tuvieron que conformarse con la entrega de sus cenizas, luego de que fuera cremado, tal y como exige el protocolo de prevención frente a la pandemia.

REGIÓN EN DESACATO

Hasta el cierre de esta edición, Piura era una de las cuatro regiones del país que contaba con víctimas mortales en sus estadísticas sobre el coronavirus. Las otras tres eran Cusco, Lima y La Libertad. Piura, además, con 20 casos confirmados hasta el jueves, era la segunda región con más ciudadanos infectados, después de Lima.

A pesar de estas cifras, es una de zonas del país que más dolores de cabeza le produce al Gobierno debido a que sus ciudadanos se resisten a acatar la orden de aislamiento social. El presidente se ha referido a Piura en tres de las presentaciones que ha hecho ante la prensa en la última semana. La mencionó en su conferencia del domingo 22, en la que dio el martes 24 y en su pronunciamiento del jueves 26.

En uno de sus últimos mensajes al país, Martín Vizcarra dijo que Piura, junto con La Libertad y otras regiones del norte, era de las que menos cumplía la orden de aislamiento social dispuesta para prevenir que se siga propagando el contagio. Por esta razón, se estaban evaluando medidas específicas para estas jurisdicciones.

Uno de los sectores que menos acata la orden de no salir de casa es el del comercio informal. Para los trabajadores que viven de la venta diaria de productos, quedarse en casa es un lujo que no se pueden dar. Eso es lo que sucede con Mariana Saucedo Correa, una comerciante informal que vende verduras en el Complejo de Mercados.

“Tenemos que trabajar para tener algo en el bolsillo. Ninguno de mi familia ha sido beneficiario del bono del Estado. Eso nos obliga salir a la calle”, reclama, mientras arregla su carretilla llena de verduras.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el alcalde de Piura, Juan José Díaz Dios, anunció operativos para erradicar el comercio ambulatorio debido a que podrían provocar el contagio de más personas. Sin embargo, los comerciantes informales, como Mariana, se las han ingeniado para llegar antes que los inspectores y esconderse hasta que se vayan.

“Estamos en una emergencia, y lo que queremos es impedir aglomeraciones. Solo se está permitiendo el comercio de las personas que tienen sus puestos formalizados”, ha remarcado Díaz Dios.

Como medida adicional, el alcalde ordenó que solo se ingrese al mercado de Piura con mascarillas y guantes quirúrgicos.

Más de 2 mil detenidos

La tarea de mantener la orden de aislamiento tampoco ha sido fácil para la Policía y las Fuerzas Armadas, que tuvieron que frenar un motín en el Penal de la ciudad, realizar cientos de arrestos a diario y, por si eso no fuera suficiente, sufrir violentos ataques de malos ciudadanos.

Le ocurrió el jueves al mediodía a un oficial de la FAP, que fue embestido por el conductor de un mototaxi que se resistió a ser intervenido en Talara. Y le sucedió, ese mismo día, a un alférez de la Policía, al que una turba que bebía licor en la calle –en la que había un soldado en actividad– atacó a palazos, en la capital regional. El suboficial publicó en redes sociales un video que mostraba las huellas del ataque.

Según informó el jefe de la Región Policial de Piura, coronel PNP Edward Espinoza López, desde el inicio del toque de queda hasta el jueves 26 se habían producido más de 2,319 detenciones en toda la región.

“Piura es una de las regiones con más detenciones de personas que transitan durante el toque de queda y que infringen las medidas de aislamiento, realizando actividades no permitidas, como beber licor en espacios públicos o jugar fútbol en la calle como si estuvieran de vacaciones. Todas estas detenciones van ser procesadas cuando acabe la emergencia”, puntualizó.

El comandante general de la Primera División del Ejército, general Walter Córdova Alemán, señaló, por su parte, que 7 mil efectivos, entre militares y policías, se están haciendo cargo del orden de la ciudad. Esta cantidad no sería suficiente para una población de 1 millón 856 mil habitantes.

Los alcaldes distritales de las zonas más alejadas, como Las Lomas o el balneario de Colán, en Paita, han solicitado mayor presencia policial, para hacer prevalecer las medidas restrictivas impuestas por el presidente de la República.

Mientras que, en los distritos de la sierra piurana, como Huancabamba y Ayabaca, las rondas campesinas se están haciendo cargo de hacer cumplir el aislamiento de los ciudadanos y de restringir el paso de vehículos a las ciudades.

Riesgo de muerte

La preocupación de las autoridades locales ante la propagación descontrolada del Covid-19 es bastante lógica. Anteriores emergencias, como las vividas con el dengue, pusieron en evidencia el calamitoso estado del sistema de salud de la región, el cual sucumbiría rápidamente ante una desproporción de casos graves por coronavirus, según advierte el presidente de la Federación Médica de Piura, Arnaldo Vite Quiroga.

“Piura no está preparada para resistir esta pandemia, ni cualquier otra. Desde hace años estamos denunciando la falta de equipos, de indumentaria, de estructura y hasta de agua de la que carecen algunos establecimientos de salud”, aseveró.

En los hospitales de la región solo hay cinco ventiladores mecánicos para las unidades de cuidados intensivos, según ha informado el gobernador regional, Servando García. La autoridad ha anunciado que tratarán de comprar 12 más; sin embargo, su traslado al país podría demorar entre 30 y 40 días.

"Sabemos que el coronavirus afecta directamente a los pulmones. Qué va a pasar cuando llegue un sexto paciente, ¿vamos a tener que desconectar al que tiene menos posibilidades de vida? Eso realmente es dramático'', dijo el alcalde Díaz Dios hace unos días, recordando lo que está ocurriendo en otras partes del mundo en las que la propagación de la enfermedad ha colapsado los servicios sanitarios.

Los últimos reportes del Ministerio de Salud señalan que en Piura se han detectado 20 casos de coronavirus. La suma casi no se ha movido en los últimos días y eso, que parece una buena noticia, solo se explica porque en la región se han acabado los reactivos para seguir haciendo las pruebas. Es muy probable que, ante la displicencia de muchos piuranos hacia la orden de permanecer en casa, el número real de infectados continúe aumentando. Hoy, Piura parece un paciente ciego al borde del colapso.