Deportes

Isaac Paliza, de jugar con carritos de barro a convertirse en una leyenda del rally Caminos del Inca

Su Ford Escort de 1969 es su compañero de aventuras y con este recorre las agrestes rutas de los Caminos del Inca. Ha perdido la cuenta del número de rallys en los que ha participado, pero lo que sí tiene claro es el cariño del pueblo que lo llama 'el maestro Paliza'.

Isaac Paliza se animó a confesar que participará del CID 2024. Foto: composición LR/Gerson Cardoso/Luis Álvarez/PeruRally.com
Isaac Paliza se animó a confesar que participará del CID 2024. Foto: composición LR/Gerson Cardoso/Luis Álvarez/PeruRally.com

Isaac Paliza es el piloto más veterano del rally Caminos del Inca. Tiene 73 años de edad y todas las ganas de continuar participando en esta dura competencia. Quizás no imagina el alcance de su imagen frente a las nuevas generaciones, pero en las redes sociales y el TikTok lo llaman cariñosamente 'el maestro Paliza'. Lo consideran una leyenda, un hombre genuino que no se rinde y que respeta al contrincante.

Este veterano corredor del automovilismo peruano cuenta que su pasión por los 'fierros' inició mucho tiempo atrás, en su infancia, mientras hacía carritos de barro para jugar con sus hermanos en su natal Cajamarquilla, de Cerro de Pasco. Hurga en sus recuerdos y explica que posteriormente llegó a Lima para estudiar y luego comenzó a trabajar en la Ford. Fue así que formó parte del equipo mecánico del corredor británico Tony Fall, el primer extranjero en ganar Caminos del Inca, en 1969. Aquella vez, Fall alcanzó la gloria precisamente a bordo de un Ford Escort.

Paliza llegó este 2023 a la versión número 51 de los Caminos del Inca como la primera vez: con toda las ganas. A estas alturas no tiene claro en cuántas competencias del rally ha participado: estima que en siete u ocho. "Tendría que revisar mis archivos", dice esbozando una ligera sonrisa mientras lo rodean varias personas en el parque cerrado donde todos los pilotos de la competencia afinan motores para reiniciar la carrera y partir de Cusco rumbo a Puno.

Apenas unas horas antes, Paliza era recibido en la Ciudad Imperial en medio de vítores y aplausos en la plaza Mayor de Cusco. Las personas pugnaban por tomarse una foto con él y otro grupo de sus simpatizantes tenían como propósito hacerle llegar una colecta que servirá para que siga en carrera.

Isaac Paliza anuncia que participará en Caminos del Inca 2024

El Ford Escort del año 69 que Paliza pilota es su compañero de aventuras y con este recorre las agrestes rutas de los Caminos del Inca. A diferencia de sus contrincantes, el auto del legendario corredor no lleva como auspiciadores los nombres de grandes y famosas compañías. En su lugar, figuran los stickers y logos de pequeñas empresas que confían en sus cualidades para la competencia, además del nombre de su taller mecánico y un número de Yape (994 774795), al que sus fanáticos y simpatizantes le hacen llegar su apoyo, lo que a fin de cuentas significa que el pueblo lo auspicia y ese respaldo no solo es un aliento económico, sino anímico. "Muy emocionado con la muestra de apoyo de la gente que siempre me reconoce y están pendientes de mí. Al llegar a Arequipa ese triunfo se los dedicaré", dice emocionado.

En entrevista para La República, el maestro Paliza cuenta que tiene planeado participar en el rally Caminos del Inca 2024. Ha cuadrado muy bien sus cuentas y dice que lo tiene todo y lo más importante, su auto, pero aún le falta ahorrar para asegurar su inscripción.

Isaac Paliza ha demostrado ser un caballero fuera y dentro de las pistas. Días atrás, su team ayudó a un contrincante en apuros. Ian Sierlecki se quedó sin gasolina en Pataccocha, en Ayacucho, y el más sencillo de los equipos lo auxilió con cinco litros de combustible. "Gracias a Paliza, realmente el equipo de Castro Yangali un ejemplo a no seguir. Increíble que no prestaron gasolina y eso que hemos estado en muchas carreras juntos", mencionaba Sierlecki.

Como dice Luis Álvarez, periodista de diario La República que cubre Caminos del Inca en Cusco, Isaac Paliza es un competidor que une generaciones de pilotos, mecánico de barrio que se codea con los más pintados del automovilismo nacional. Un ejemplo de prestancia y humildad.