El caballero del mar
Ídolo. El 2019 fue el año de ‘Piccolo’ Clemente, pero él no se detiene. Con 37 años, sueña con volver a ser campeón mundial y estar presente en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El domingo 4 de agosto bien podría denominarse como el día del surf peruano y se tendría que celebrar anualmente por generaciones. Lo que se vivió en Punta Rocas aquella tarde, con las seis medallas obtenidas en nuestros primeros Panamericanos como anfitriones, fue un abrir de ojos a una realidad que era de por sí conocida pero no lo suficientemente interiorizada: el surf es un deporte bandera y somos potencia mundial.
Pero llegar a ese momento no fue fácil, el surf nacional crece a medida que lo hace el deporte en el mundo y, para ir a la vanguardia de esa evolución, nuestro país hace uso de sus referentes. Uno de los más reconocidos es Benoit ‘Piccolo’ Clemente. El tres veces campeón del mundo y medallista panamericano no solo nos enorgullece con sus títulos, sino también es uno de los que lideran este movimiento.
Conversar con ‘Piccolo’ no es difícil, el surfista es como el mar peruano, la pasión e intensidad que les impregna a sus palabras al hablar del deporte que ama se combina con el sosiego con el que suele manejarse, ese mismo que te dan años de disfrutar atardeceres en todo el litoral tras duras jornadas combatiendo las olas.
“Perú tiene una costa bastante amplia y hay olas increíbles por todos lados. Hay de todo tipo para poder adaptarse a los lugares donde se van a hacer los campeonatos. Ya somos potencia hace mucho tiempo, pero es importante que la empresa privada se siga sumando al apoyo”, afirma destacando el nivel de nuestros exponentes, pero además reconociendo que aún falta camino por recorrer.
Y es que ser uno de los motores del crecimiento del surf en el Perú es una responsabilidad que llega con los triunfos y los años de experiencia. Muchas nuevas figuras lo consideran un mentor y él asume ese sitial con orgullo. “Para mí es increíble poder ser tomado como referente, trato siempre de poder demostrar eso y cada vez que puedo darles tips a los chicos que compiten a mi lado”, indica.
El mejor ‘Piccolo’
El 2019 fue su año. En aguas francesas, ‘Piccolo’ se movió como pez en el agua, como si sus raíces de ese país le dieran una ventaja familiar, y terminó ganando el Mundial ISA de Longboard por tercera vez (ya lo había conseguido en el 2013 y 2015). Por si fuera poco, se coronó monarca absoluto en Lima 2019, registró marcas imposibles de alcanzar por sus rivales y se anunció una tercera distinción de laureles deportivos para él.
“En lo personal ha sido uno de mis mejores años, para el surf peruano también. Ahora pienso en este 2020, se vienen cuatro fechas del tour mundial, el primero en Australia en febrero y el último de ellos en Taiwán. Trataré de conseguir un nuevo título mundial, mi octavo título nacional y el título latinoamericano”, expresa.
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‘Piccolo’ tiene la mirada muy fija en el futuro. Con 37 años, el oriundo de Cajabamba ve aún muy lejos el retiro. Lamentablemente la inclusión del surf en los Juegos Olímpicos no incluye a su modalidad (longboard) para la edición de Tokio 2020, pero no pierde la esperanza de estar presente en el 2024.
“Espero que para los próximos Juegos se incluya y estaré con todas las ganas. Es un sueño para todos ganar una medalla olímpica y para mí también lo es. ¿En el futuro? Puedo ser entrenador o ver algo de gestión deportiva, lo seguro es que me mantendré ligado a este deporte”, sostiene.
Surf, familia, cultura
En las redes sociales de ‘Piccolo’ llama la atención una fotografía que podría fácilmente englobar los tres pilares con los que se rige su vida. Se le ve corriendo una ola junto a su esposa en una misma tabla mientras agitan los pañuelos tradicionales de la marinera norteña. “Lo más importante es mi familia, el apoyo de mi esposa ha sido increíble todos estos años. El Perú es mi país, lo quiero mucho y me permitió practicar este lindo deporte. Mi hijo ya corre tabla, aún está pequeño, pero hará el deporte que él quiera”, asegura.
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El destino quiso que un campeón mundial nazca frente a nuestro mar. Su padre francés y su madre alemana escogieron Huanchaco para asentarse y poner un restaurante cuyo nombre luego se convertiría en sinónimo de excelencia. Mientras otros se dejan llevar por la corriente, ‘Piccolo’ se sigue abriendo paso entre las olas para marcar el camino del surf peruano hacia la gloria.
