Navidad: ¿cómo evitar una pelea con la familia durante la cena?
Que la noche de paz sea un realidad y no solo un villancico. Revisa algunas sugerencias para que las luces del árbol brillen más que las discusiones.
La unión familiar, una locución popular en los saludos de mensajería instantánea, puede marchitarse durante uno de los puntos cumbre de la Navidad: la cena. Entre pavo, panetón y varios bostezos, la posibilidad de que los comentarios inoportunos afecten más que el champagne late al ritmo de las luces decorativas. Evitar las peleas es, así, uno de los mejores regalos. Sin embargo, este ambiente de paz se cocina a fuego lento. ¿Cómo? A continuación, los detalles.
¿Cómo esquivar las discusiones en Navidad?
La República sostuvo una conversación con Gloria Huarcaya, máster en Matrimonio y Familia, y recogió cuatro aspectos que, de cuidarse previos a la cena navideña, conducirán a un brindis pacífico. ¿Discusiones? No, no habrá espacio para ellas: los pactos se configuran como un salvavidas.
- Economía familiar
“Es importante ser realistas con el presupuesto familiar y fijar un máximo de lo que se podría gastar. Esto incluye los preparativo de la cena, los regalos y también alguna compra extra. Los padres o la pareja tienen que ser muy responsables en la cifra, sobre todo si eso va a conllevar a un endeudamiento”, explica la especialista. De esta manera, la billetera no será un tema áspero sobre la mesa.
“No se puede comprometer el presupuesto familiar en cuestiones que son superfluas, siempre hay que cubrir primero las necesidades más básicas”, remarca.
El presupuesto para la cena navideña debería ser parte de la planificación. Foto: Pexels
- Realidad antes que ficción
El contenido mediático pinta a esta fecha como iluminada y pomposa, pero esa concepción colectiva podría ser perjudicial: “La Navidad tiene que fluir con naturalidad. No pretendamos que sea una situación angelical como los clichés que hemos visto en las películas. Las tradiciones navideñas hay que ponerlas en práctica en la medida de nuestras posibilidades”, asegura Huarcaya. “Hay símbolos que no todas las familias deban acatar”, continúa.
- Regalos vs. dinero
Los obsequios también son protagonistas en la época más comercial del año. Sin embargo, “no hay que sentirnos obligados a regalar a nadie, estamos en una cultura demasiado consumista que prácticamente nos presiona a comprar cada vez más, pero hay tantas maneras de expresar gratitud... No existe una obligación moral para llevar un regalo”, aterriza la también docente investigadora de la Universidad de Piura.
Entregar un regalo es un gesto libre de obligaciones. Foto: Pexels
- ¿Quehaceres? ¡Manos a la obra!
Detrás de la mesa ordenada e instagrameable, hay una persona que pasó el 24 de diciembre en la cocina. “Los preparativos son una carga significativa de trabajo doméstico. En ese caso, organizarse y simplificar. Es importante hacer las compras con anticipación para no sufrir el estrés de las colas. (...) En las familias grandes se debe repartir el gasto y la carga de trabajo”, concluye la experta.
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Dispuestos estos puntos, la carga de tensión en la cena será muy ligera y la furia no tendrá de dónde sujetarse. Cabe recordar que la política, la religión y los planes de vida merecen un contexto alejado de un círculo que ya está marcado en el calendario. Esto quiere decir que hay 364 días para discutirlos: el 25 de diciembre no.