¿Cuál fue el pueblo de Estados Unidos que pidió ayuda a la Unión Soviética en plena Guerra Fría?
Las autoridades estadounidenses protagonizaron un papelón internacional en 1977, cuando la propia Unión Soviética tuvo que ayudar a un pequeño pueblo de su territorio a conseguir ayuda de sus gobernantes.
Los Estados Unidos de América fueron protagonistas de algunos de los conflictos y crisis diplomáticas más preocupantes de los últimos tiempos. Durante la Guerra Fría, el país del norte se disputaba el dominio ideológico mundial con la otra superpotencia, la Unión Soviética. Pero, en todo este entramado de influencias, ¿sabías que hubo una vez en la que la URSS casi ayuda a un pueblito yanqui a construir un puente?
Así de sorprendente como suena. El hecho ocurrió a fines de los años 70, en un pueblito algo aislado por sus alrededores. Se trataba de Vulcan, West Virginia, y fue protagonista de uno de los episodios más insólitos en la Guerra Fría
Foto: History Collection
Vulcan, West Virginia, el pueblito que pidió ayuda a la Unión Soviética
A inicios del siglo XX, la localidad de Vulcan se fundó como una comunidad para que vivieran los mineros que querían aprovechar las largas minas de carbón que habían encontrado ahí.
El lugar no es de fácil acceso. Está ubicado justo al lado del Río Tug Fork, que es un afluente del río Big Sandy, el cual se origina en Kentucky. Desde inicios del siglo pasado hasta ahora, la única entrada para el pueblo es un pequeño puente ubicado al sur.
Desde su fundación, y seguramente por su remota posición, Vulcan se ha mantenido como una comunidad no incorporada. Esto quiere decir que no está gobernada por ninguna autoridad ni corporación municipal, ni tampoco un estado. Por supuesto, esto no es algo común en el mundo, pero sí recurrente en Estados Unidos y Canadá.
El decadente puente de Vulcan
Aunque el pueblito fue nombrado a partir del dios del fuego en la mitología romana, a Vulcan no le sonrió demasiado el devenir político de su país.
Para fines de los años 60, la mina de carbón se quedó casi sin materia prima para su extracción y muchos de sus cohabitantes comenzaron la migración. Había, por supuesto, personajes que se negaban a abandonar su lugar de toda la vida, a pesar de las adversidades que el mismo implicaba.
Todo llegó a un punto álgido en 1977, cuando el puente que mencionamos líneas arriba comenzó a colapsar por falta de mantenimiento. El mismo estaba hecho de madera, y esta se había podrido por el poco interés de las autoridades.
Foto: History Collection
Vale indicar que dicho puente, el cual era la única vía de salida del pueblo, se dirigía hacia el estado de Kentucky, exactamente hacia la ruta 194 de ese estado. No había ninguna otra salida directa que dirigiera a sus habitantes hacia otro lugar de West Virginia, el estado donde está ubicada la localidad. Quizá por ello, ninguna autoridad se interesó en la comuna.
Foto: Amusing Planet
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La llamada a la Unión Soviética
Como nadie reparaba el puente y el estado de West Virginia ignoraba todo pedido, un personaje llamado John Robinette, oriundo del lugar, se autoproclamó alcalde e intentó hacer lobbies tanto al estado como al gobierno federal para que reemplazaran el puente.
Sus intentos fracasaron, y ya cansado de insistir por algo mínimo y justo, a Robinette no le quedó otra salida que solicitar la ayuda de dos países europeos y comunistas. Uno era la República Democrática de Alemania, y la otra, nada menos que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
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Para sorpresa de muchos, los rusos se interesaron automáticamente en el tema. La periodista soviética Iona Andronov viajó personalmente a Vulcan el 17 de diciembre de 1977, en medio del interés internacional.
Allí comprobó las denuncias de Robinette y el pobre estado de la única vía de salida de Vulcan. Reportes aseguran que el gobierno de Brezhnev había aceptado la petición para reemplazar el puente, apenas una hora desde la visita de la reportera.
Tras el escandaloso y lo aparatoso del hecho, las autoridades estadounidenses por fin escucharon a los habitantes de Vulcan y no pasó mucho hasta que el estado de West Virginia se pronunció para anunciar que ellos construirían el puente.
El mismo se completó en 1980, con un financiamiento de 1,3 millones de dólares. Este puente se mantiene hasta hoy en día. Está hecho de hormigón y cuenta con un solo carril. Sin dudas, una demostración magistral de cómo ejercer presión internacional para un cometido local.
Foto: L.P Crown Medium