¿Por qué me aburro de escuchar mi canción favorita varias veces, según especialista?
De acuerdo con una musicóloga, existe una dinámica en el cerebro que justifica el hartazgo frente a una melodía. Conoce todos los detalles AQUÍ.
De la lista de favoritas a la lista de las olvidadas. Así de rápido puede cambiar de lugar una canción que amaste en un primer momento y que, de pronto, no quieres oír más. El medio digital estadounidense Business Insider le consultó a Elizabeth Hellmuth Margulis, autora de “On repeat: how music plays the mind” (“En repetición: cómo la música juega con la mente”), sobre este cambio en las preferencias.
La también directora del Music Cognition Lab de la Universidad de Arkansas explicó, desde su perspectiva de investigadora, cuál es la respuesta del cerebro en este proceso de sonidos. ¿Recuerdas algún estribillo que haya sufrido los estragos de la reiteración?
La respuesta del cerebro frente a la música
La ciencia ha demostrado, a través de escáneres cerebrales fMRI, que al escuchar música se ilumina la corteza auditiva y también otras partes del cerebro involucradas en el movimiento, la planificación, la atención y la memoria.
“Tenemos muchas medidas que demuestran que las personas experimentan este sentido participativo cuando escuchan música”, sostuvo Margulis ante Business Insider. Entonces, la participación de las partes motoras del cerebro también es la razón por la que surge el movimiento de los pies al ritmo de la melodía.
¿Qué sucede cuando una canción se convierte en favorita?
Cuando una canción se convierte en favorita, volverla a escuchar es la opción elegida. Incluso, en la segunda vez de reproducción, al cerebro también le resulta más fácil procesarla. En otras palabras, dijo Margulis, “tu cerebro puede manejar la canción mejor porque sabe qué predecir sobre ella. Tu cerebro la entiende”. Cada play adicional solo amplifica este efecto.
Una y otra vez…
Margulis explicó que esta repetición activa una fuerza contraria capaz de empujar al escucha a buscar algo nuevo para explorar y aprender. “Si seguimos visitando el mismo lugar una y otra vez, nunca aprenderemos”, indicó, y agregó lo siguiente: “Así que hay un impulso competitivo para explorar y encontrar cosas nuevas”.
Es decir, el cerebro ya no se sorprende con lo que escucha y, por tanto, decide alejarse de lo reiterativo para encontrar una canción nueva. Y así todo comienza de nuevo: descubrir, amar y olvidar.