Miguel Gutiérrez sigue vigente e interpelando a los escritores peruanos
El último número de la revista Círculo de Lectores, el 16, está dedicado a Miguel Gutiérrez. Los responsables de esta edición son Gabriel Rimachi (director de CdL) y el escritor Alexis Iparraguirre.

Este año 2025 está siendo muy especial para la difusión de la obra del escritor Miguel Gutiérrez. Este es un hecho que me alegra, porque este entusiasmo por su obra, que se puede ver en reediciones de sus libros y en jóvenes lectores que empiezan a preguntar por él, no lo veía en años anteriores.
El último número de la revista Círculo de Lectores, el 16, está dedicado a su obra y figura. Los responsables de esta edición son Gabriel Rimachi (director de CdL) y el escritor Alexis Iparraguirre, quienes han armado un cuerpo textual que gusta por el entusiasmo de sus colaboradores y a la vez por el espíritu crítico que lo recorre. Tenemos a Ricardo González Vigil con “Bajo el magisterio de Cervantes”, a Alfredo Villar con “Las voces de la calle y de la vida. Sobre El viejo saurio se retira”, a José García Cosavalente con “La gran tentación de la novela universal”, a Agustín Prado sobre Babel, el paraíso; también a César Augusto López con “Gutiérrez, lector de Borges”, a Tadeo Palacios sobre El mundo sin Xóchitl, a Christian Briceño con “Gutiérrez ante Vallejo” y a A. Iparraguirre con “El intelectual emocionado”. A estos textos, se añaden fragmentos de Peter Elmore y Carmen Ollé sobre Miguel Gutiérrez.
A Miguel Gutiérrez le encantaba la crítica literaria y ejerciéndola entregó títulos importantes para nuestra ensayística, como Celebración de la novela y La generación del 50: un mundo dividido. No le gustaba la crítica en clave académica, tampoco usarla para agendas propias. La consideraba aburrida y solo útil para un puñado de especialistas. A Miguel Gutiérrez le gustaba polemizar con inventiva y respeto, y en esas coordenadas hizo libros muy incómodos, como el que mencionamos líneas arriba: La generación del 50.

Círculo de lectores 16. Foto: Difusión.
Cuando Miguel Gutiérrez usó la crítica, no la convirtió en una máquina de sentimientos menores. Gutiérrez sabía destacar lo bueno y lo malo de un autor, un libro o un artículo de opinión. Buscaba la luz en medio de la tensión y sabía callarse ante las canalladas. Hay que decirlo porque hubo un tiempo en que a Miguel Gutiérrez lo quisieron desaparecer no por su ficción, sino precisamente por su ensayística a razón de las ideas políticas que la alimentaban.
En el año 2006, se presentó la segunda edición de La generación del 50. Ese libro era un cuco para algunos debido a las referencias sobre Abimael Guzmán. Esa segunda edición tenía un prólogo en donde Miguel Gutiérrez criticaba lo que dijo en la primera edición sobre Guzmán y que mantenía la referencia como testimonio de época. Ese nuevo prólogo era la cereza de esa reedición, nuevo prólogo que no fue leído por un comentarista (con formación) que buscó destruirlo ideológicamente sin tener en cuenta precisamente ese nuevo texto de Gutiérrez.
Para Miguel Gutiérrez, la crítica no era formación. La formación académica no es garantía de ética. Para él, la crítica debía partir de una honestidad con el tema a abordar. El tiempo ha puesto las cosas en su lugar. Celebremos a Miguel Gutiérrez.
Los que quieran descargar esta edición, y las anteriores, de Círculo de lectores, aquí.


















