Estrella distante, la novela perfecta de Roberto Bolaño
Alberto Ruiz-Tagle es la maldad absoluta: su metamorfosis lo convertirá en Carlos Wieder, el infame poeta y aviador asesino, síntoma y efecto de la perversión del arte en los regímenes totalitarios. Esta es la primera obra maestra de Roberto Bolaño, el detective salvaje.

Estaba parado junto a la ventana. Alto, guapo y con la mirada fría, sin pasión. A su alrededor, una habitación llena de fotos de todas sus víctimas, todas mujeres agonizantes, trozos de cuerpos, imágenes que se desvanecen, el desorden del horror: ese era Alberto Ruiz-Tagle, el infame aviador-poeta pinochetista que escribía versos en el cielo (“La muerte es mi corazón. Toma mi corazón”) y que encarna en Estrella distante la maldad absoluta.
Roberto Bolaño (1953 - 2003) concibió en Estrella distante la perversión del arte, el testimonio de un país perdido y el exilio interior y exterior de quien vio caer a su país y amigos. Publicada en 1996, la novela nace a partir del capítulo final de otra novela, La literatura nazi en América, y se nutre, como casi toda su obra, de fragmentos de la biografía personal de este legendario escritor.
Estrella distante narra el ascenso —o descenso, como quiera verse— de Alberto Ruiz-Tagle por los senderos del poder y del odio. Todo comienza en 1973, previo al golpe de Estado de Augusto Pinochet. Un grupo de jóvenes poetas se reúnen en el taller literario de Juan Stein, en la ciudad de Concepción, Chile. Entre ellos aparece Ruiz-Tagle: elegante, silencioso, autodidacta y, aparentemente, burgués. A diferencia de los demás, quienes militaban en la izquierda, soñaban con la revolución y vivían en la precariedad, Alberto parecía vivir en la comodidad de quien no espera nada.

Estrella distante es la primera obra maestra de Roberto Bolaño, el último detective salvaje. Foto: AFP
Su poesía es frívola y distante, como si la “hubiera escrito Jorge Teillier después de sufrir una conmoción cerebral”, pero parece esconder algo que fascina. Pronto se gana la amistad de las hermanas Verónica y Angélica Garmendia, las poetas más brillantes (y bellas) del taller. Nadie sabe muy bien de dónde viene. Nadie sospecha que bajo la apariencia pulcra de Ruiz-Tagle se oculta la más refinada crueldad.
Entonces llega el golpe militar de Pinochet y lo cambia todo. Los talleres se disuelven. Muchos jóvenes desaparecen. Las Garmendia se refugian en su casa familiar, en un pueblo del sur de Chile. Es ahí donde Ruiz-Tagle reaparece, pero ahora ya no es el mismo: ha adoptado una nueva identidad —la metamorfosis ha concluido— y ahora será conocido con el infame nombre de Carlos Wieder. Aquel día, asesina a Angélica y desaparece a Verónica.
Pero que no se malentienda, Wieder no es un asesino cualquiera. Es poeta y piloto de la Fuerza Aérea de Chile, y mezcla sus dos ocupaciones: con su avión escribe sobre el cielo versículos bíblicos en latín —un guiño a Raúl Zurita— sobre ciudades chilenas. Wieder no mata por odio ni por pasión: mata como parte de un proyecto estético que se plasma en una repulsiva performance: un cuarto lleno con fotos de todas sus víctimas.

Roberto Bolano ganó el Rómulo Gallegos, el premio literario más importante de América Latina, valorado en 60.000 dólares, el 2 de agosto de 1999. Foto: AFP
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Wieder entonces se cubre de fama. Los diarios hablan de un aviador capaz de las mayores proezas y de un poeta revolucionario. Carlos recibe el espaldarazo de críticos y del gobierno pinochetista, que lo resalta como una insignia, un ejemplo de este nuevo Chile que nace en el horror.
Arturo B. —el alter ego de Bolaño que transita el universo de su obra— reconstruye la historia a partir de recuerdos, testimonios, rumores y una creciente obsesión. Bibiano O’Ryan, otro sobreviviente y amigo, aparece en la búsqueda y junto a Abel Romero, un detective que nadie sabe quién contrató, intentan encontrar a Wieder.
A lo largo de la novela, la figura de Wieder se expande como una sombra. Viaja a Europa, participa en revistas de extrema derecha, se rodea de artistas decadentes. Se convierte en un fantasma que parece esconderse a plena luz del día. Mientras tanto, Arturo B. y Abel Romero lo siguen a distancia, atrapados en una mezcla de miedo y locura: hasta que finalmente lo encuentran.