Treinta años de una obra maestra: "Pulp Fiction"
¿Aún recuerdas la primera vez que viste Pulp Fiction? Esta película de Quentin Tarantino se estrenó un 14 de octubre de 1994. Sigue vigente y lozana.
A estas alturas podría resultar redundante pensar o, en todo caso, preguntarnos, sobre la vigencia de Pulp Fiction, la segunda película del director norteamericano Quentin Tarantino, que este 2024 cumple nada más que 30 años. Muchas lecturas se han forjado de este trabajo desde entonces y, del mismo modo, no pocos artistas (no necesariamente ligados al mundo del cine) han encontrado en él una fuente de inspiración.
Es una película que marcó un antes y un después para lo que llamamos narración. Su estructura es compleja, su temática, como la del crimen organizado, actual, y lo que justifica a toda narrativa: la configuración moral de sus personajes.
Cuando escribió el guion de la película, entre 1992 y 1993, basado en las historias que le contaba Roger Avary, director de cine canadiense, Tarantino no creyó, ni imagino, el impacto que su trabajo tendría en la dinámica cultural del siglo XX.
Tarantino, entienden los conocedores, no inventó nada, pero lo que sí hizo Pulp Fiction fue regresarnos una tradición cinematográfica que estaba oculta, la cual puso a disposición de millones de espectadores. En esta obra maestra, hay mucho de Hitchcock, de Godard (la productora de Tarantino se llamaba A Band Apart, título de la celebrada película, de 1964, maravilla que este año apaga sesenta velitas, del cineasta francés Jean-Luc Godard), de la alta cultura y de la cultura popular. Quizá uno de los motivos que justifican su actualidad obedezca a que todas estas referencias, por abiertas o crípticas que sean, fluyen sin que debamos separar sus registros para apreciarla y entenderla. Hay una evidente naturalidad discursiva que no debemos dejar de destacar.
Sobre Tarantino existe una bibliografía que debemos atender. Al momento de esta nota, contamos cerca de treinta libros que abordan su cine y su vida, de los cuales sugerimos el siguiente: Quentin Tarantino: Shooting From the Hip, de 1995, del escritor de no ficción y guionista Wensley Clarkson. Se publicó un año después del estreno de Pulp Fiction y su edición en castellano, de 1997, tuvo el título de Quentin Tarantino. A bocajarro.
Clarkson no es ajeno a la tradición que pertenece, la británica, tan rica en acuciosas y polémicas biografías. Este trabajo lo escribió bajo los ecos (admiración rendida) de la celebrada película y lo hizo mientras ella forjaba su prestigio. Los biógrafos ingleses buscan el detalle oculto, el factor distinto a la opinión general, una mirada lateral desde la que se realiza el discurso. En este orden de cosas, este Tarantino es mostrado tal cual: voraz consumidor de películas de serie B, egoísta la mayoría de las veces y dueño de sueños que parecían imposibles de concretar y dispuesto a todo por concretarlos. El trazo sobre su personalidad es señal suficiente de la distancia de Clarkson con Tarantino. Se colige que Tarantino no es celebrado, sino más bien criticado, la única manera en que se puede ofrecer al lector o hincha del director un acercamiento real y no plástico de su persona.
Luego de Pulp Fiction, Tarantino hizo otras películas, varias celebradas como Kill Bill y Once Upon a Time in Hollywood, y en las ediciones posteriores a esta publicación, Clarkson optó por no actualizarla. ¿Para qué si ya todo estaba dicho hasta Pulp Fiction? Capo.