Cultural

Chela de Ferrari: "El teatro es un espejo realmente"

Anuncia reposición de Hamlet, versión recontra libre. Actores con síndrome de Down conectarán las historias de sus vidas con los textos de Shakespeare.

Juan Cruz. Joven actor en su rol como Hamlet. Foto: difusión
Juan Cruz. Joven actor en su rol como Hamlet. Foto: difusión

“¿Ser o no ser?” es la pregunta que se hacen los siete actores con síndrome de Down y una actriz con discapacidad cognitiva que conforman el elenco de Hamlet, versión recontra libre (hasta el 2 de mayo en el teatro La Plaza en Larcomar). Escrita y dirigida por Chela De Ferrari, está inspirada en el clásico de William Shakespeare.

“Siento mucha emoción con esta reposición. Después de estar dando vueltas por varias ciudades, volver a casa siempre es algo emocionante y realmente esperamos que el público reciba la obra con interés porque es un proyecto muy ambicioso en muchos sentidos. Volvemos a La Plaza con el mismo elenco y se mantiene la propuesta inicial”, dice De Ferrari.

— Si bien la propuesta es la misma, esta reposición pospandemia; tras casi tres años donde hemos sufrido pérdidas y el tema de la salud mental se desbordó, ¿con qué ojos debemos mirar esta puesta?

Estamos hablando de un grupo de personas que ya antes de la pandemia vivían una incomprensión, se sentían marginados, marginadas; entonces, digamos que la pandemia ha hecho lo suyo, pero es una obra que tiene una relevancia enorme antes y después de la pandemia. Estoy pensando de qué manera la pandemia ha tocado la obra y a los actores. Todo este tiempo de pandemia mantuvimos un contacto permanente, nos comunicamos vía Zoom o por WhatsApp, hasta hoy.

 La obra escrita y dirigida por Chela De Ferrari, e interpretada por actores con síndrome de Down, estará desde el 6 de abril al 2 de mayo en el teatro La Plaza en Larcomar. Foto: difusión

La obra escrita y dirigida por Chela De Ferrari, e interpretada por actores con síndrome de Down, estará desde el 6 de abril al 2 de mayo en el teatro La Plaza en Larcomar. Foto: difusión

Creo que la pandemia, en muchos sentidos, también nos ha permitido madurar y valorar la vida y también los vínculos de una manera muy profunda. No es una obra que hable de la pandemia, pero es inevitable que haya traspasado a cada uno de lo que están en la obra. Entonces, voy a ver la obra con esos ojos y pensar qué elementos hay de lo vivido, ya en la obra más allá de los vínculos.

En el 2019, cuando la estrenaste, dijiste que lo que viven las personas que asisten a verla es un espejo que desnuda su ignorancia y despierta su deseo de intercambio. ¿Qué tan vigente sigue siendo ese concepto?

Absolutamente vigente. Siento que efectivamente ese primer contacto que tuve con Jaime (Cruz, el protagonista), donde se me prendió la posibilidad de que sea Hamlet, me enfrenté a mi profunda ignorancia con respecto a su condición, su realidad. También a mis prejuicios, pero con la misma intensidad sentí ese deseo de saber más, de tener con él un intercambio más profundo, de conocerlo y eso es lo que pasa en la obra. Que el espectador llega en un estado y se va en otro. Es un espejo realmente. Llega el público, algunos con más expectativas, otros, con menos. Algunos cargados de prejuicios, pero se van en otro estado.

Debería ser esa la ruta, ¿llegar en un estado y salir con otro?

Te contaré una anécdota que viví en La Cautiva. Terminó la función y vi dos mujeres abrazadas, con ojos rojos y conmovidas. Me reconocieron y descubrí que ellas recién se habían conocido. Lo que quiero decir es que hay un tejido que se va armando en el silencio de una sala a oscuras, que nos compromete socialmente. Es muy interesante lo que pasa en un teatro. Ahí hay un compromiso muy importante y yo creo mucho en eso. Hablamos mucho de la relación público y escenario, pero también es interesante la relación público y público.