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Cultural

Dos muestras reabren el museo Qorikancha

En el Cusco. La muestra de los fotógrafos Dánica Álvarez y Marco Guzmán reaniman la vida cultural cusqueña tras dos años de pandemia.

Onírico. Una de las imágenes conceptuales de Dánica Álvarez que se exhibe en la exposición. Foto: difusión
Onírico. Una de las imágenes conceptuales de Dánica Álvarez que se exhibe en la exposición. Foto: difusión

La ciudad del Cusco, además de andina, es también cosmopolita. Hasta allí arriban personas de todos los confines del mundo. Dos fotógrafos, que han nacido en su seno, intentan revelarla a través de sus respectivas imágenes que exhiben en la galería del Museo Convento de Santo Domingo-Qorikancha, que ha reabierto sus puertas después de estos dos años de pandemia.

Se trata de Dánica Álvarez (1993) y Marco Guzmán (1984), quienes, cámara en ristre, han hecho registros de esta ciudad, si se quiere, en dos dimensiones. Una, desde una opción conceptual, ha dirigido su lente a zonas más bien de entrañas y ensoñaciones; y el otro, hacia los altorrelieves de la realidad cotidiana.

La muestra de Dánica Álvarez, que estudió Medicina en la Universidad San Antonio Abad Cusco, se titula “Los fantasmas que nos transitan”. A través de siete imágenes, la fotógrafa se acerca a una realidad íntima, subjetiva, de la experiencia y reflexión humana.

Sus personajes, acaso es la metáfora del tiempo de devastación que ahora vivimos por causa del coronavirus. El degradé gris, que se extiende como una niebla en algunas de sus imágenes, sugiere dolor, duelo, pero sobre todo fragilidad.

Pero no todos sus personajes son así. Otros, capturados a colores y en actitud surrealista, son más inmersivos, oníricos.

En el caso de Marco Guzmán, que estudió Ciencias de la Comunicación en la universidad nacional cusqueña, la muestra titula “Estado de tiempo”.

Cotidiano. Un cusqueño de a pie, registro de Marco Guzmán. Foto: difusión

Cotidiano. Un cusqueño de a pie, registro de Marco Guzmán. Foto: difusión

Las imágenes de Marco Guzmán intentan recorrer la realidad cotidiana de a pie. Su visión, sus fotografías, sin dejar de lado la carga emocional que significa palpar la realidad callejera, son realistas.

La lente de Guzmán nos devuelve el Cusco con su paisaje humano. Algunos de sus personajes están instalados en las calles y callejuelas, a la luz del día, reencontrándose consigo mismos. Pero otros, los capturados en blanco y negro, fluyen en la noche. Marco Guzmán les echa una luz.

Ambas exposiciones estarán abiertas hasta el próximo 2 de febrero.