¿Sabías que un día como hoy, hace 71 años, fallece quien sería el último sobreviviente del Huáscar? ¿Y que al momento de enrolarse con tan solo quince años, dejaba en tierra a una desconsolada familia que hacía menos de veinticinco era libre de la esclavitud? ,Esta es la historia del grumete Alberto Medina Cecilia, quien con la increíblemente corta edad de quince años se enroló para luchar junto al Almirante Miguel Grau en sus heroicas correrías por el Pacífico. ¿Y nosotros, qué hacíamos a esa edad? En la víspera del zarpe, su propia abuela había concertado un encuentro con el Caballero de los Mares para rogarle que no se llevara a su retoño a la guerra con Chile. Sin embargo, el valiente grumete se plantó entre lágrimas y le dijo: “No se preocupe, mi negra, que con el Comandante Grau estamos seguros; lo seguiríamos hasta el fin del mundo”. Y dirigiéndose al héroe, concedió “Donde usted vaya comandante, allí iré yo”. PUEDES VER Detienen a chileno que mató a boliviano en discusión por la Guerra del Pacífico Y así lo hizo cuando se unió al batallón Constitución, conformado casi en su totalidad por marinos de origen afroperuano conocidos como “negros, chivillos o buitres” para los usos de la época. Su familia recién había sido libertada de la esclavitud el 3 de diciembre de 1854, y el combate de Angamos, el 8 de octubre de 1879. Durante los seis meses de la feroz campaña a bordo del Huáscar, aquel adolescente luchó derrochando entusiasmo y valor en su calidad de ‘pasacartuchos’ y otras misiones a bordo. De esta forma, el joven acompañó a Grau en sus gloriosas jornadas marítimas contra la escuadra chilena, hasta que la mañana del 8 de octubre de 1879 el navío Huáscar, otrora hogar para los sueños del joven marino, fuera interceptado, bombardeado y secuestrado hasta el día de hoy. Medina estuvo entre los valientes tripulantes que antes de permitir el rapto chileno prefirieron abrir las escotillas para hundir al coloso. PUEDES VER China donará lanchas de interdicción a la Marina de Guerra del Perú Fue tomado prisionero y conducido a Valparaíso y Santiago. Posteriormente, fue canjeado (probablemente por su edad) y tomó el camino de regreso a la patria. Medina falleció el 10 de abril de 1948, a los 86 años, siendo el último de su generación. Poco antes de partir fue reconocido como Caballero de la Orden de Ayacucho, y se dice que en general recibió un buen trato en vida por parte de la Marina. Más allá de la urbanización y el colegio que hoy llevan su nombre, el verdadero homenaje para este y todos los tripulantes del olvidado comando Constitución está en el recuerdo que a partir de esta lectura debe quedar por siempre sellado en nuestra memoria, al únisono del ¡Vivan por siempre, los héroes del Huáscar!