Visiones. El escritor ha publicado La sinfonía de la destrucción, una novela en la que personajes y lenguaje se van trenzando para exponer, no sin lirismo, el rostro de una ciudad -sociedad- violenta.,Por Evelyn García En La sinfonía de la destrucción (Planeta, 2017), Pedro Félix Novoa nos habla de la situación del escritor innato, que busca redimirse a través de la sangre que pueda dejar en el teclado, nos habla del creador que deja de lado su vida “real” para sumergirse en el torbellino de letras con las que hace tangible todo lo que bulle en su memoria y en su imaginación. Al fin y al cabo, la vida real para un escritor no es la que soporta día a día, sino la que crea a través de un constante desgaste y de una inquebrantable pugna con el lenguaje, al cual busca amoldar para que tome la forma de las sombras que luchan por salir de su mente. Aquí Pedro Félix Novoa habla de parir, pero ¿parir qué? En verdad cuando un escritor se enfrenta con la página en blanco lo que hace es pujar, sudar y gritar, hasta que lo que no es más que un sueño o una pesadilla evanescente que solo él conoce cobre vida. El autor le da parte de su vida a un hijo literario, para que este al fin salga a la luz y nos deslumbre. PUEDES VER Haruki Murakami se lanza como locutor de radio El crítico francés Roland Forgues ha escrito al respecto: “La utopía se va armando a través de un manejo sofisticado de la técnica narrativa y del arte de contar que involucran en el relato al narrador y sus personajes reales y ficticios a la vez, al lado del propio personaje-autor, alter ego del escritor real, quien está cumpliendo una triple función: la de autor de la novela, la de actor protagonista, y la de narrador testigo a la vez que intérprete de los hechos relatados”. Mientras que el escritor español Juan Bonilla ha dicho que La sinfonía de la destrucción aborda el tema tan sensible por lo actual en el Perú que es el cáncer de la corrupción: “Ese canibalismo de la corrupción que devora todo lo que está a su alcance, y cómo esos jóvenes que buscan una prosperidad que se hará humo, es una de las claves de la novela de Novoa. Pero ante un escenario brutal, no es menos importante la capacidad de Novoa para conferirles vida a sus personajes, ponerlos ante nosotros, hacer que los sintamos auténticos, no fabulaciones de un narrador sino necesidades de una narración. No será fácil que el lector olvide al personaje protagonista de esta novela y que en sus avatares vea algo más que una ficción: un retrato de cuerpo entero de un extraño héroe, con todas sus miserias y toda su ansiedad de supervivencia”. Por otro lado, en este libro también se habla de esa madre de todos llamada Lima. ¿O deberíamos decir madrastra? Esa madre antaño llena de jardines y palacios y hoy cubierta de orines, suciedad, grafitis y de esa costra que lo empareja todo llamada pobreza. Lima es el lugar donde gran parte de los peruanos ve la luz y crece, es el lugar donde hemos vivido nuestros mejores años y tenemos nuestros mejores recuerdos, es el sitio que nos trae a la memoria tantos seres queridos que ya no están, pero también es la jungla donde reina el caos y la informalidad, la bajeza y donde muchos se pierden en sus callejones sin salida cubiertos de podredumbre. Eso y más es Lima, por eso sentimos hacia ella una mezcla de amor y repugnancia, por eso ella nos obliga a mirarla y a reparar en su perdida belleza, es un lugar que, aunque deforme ya por el paso de los años y por los estragos que sus habitantes han dejado a su paso, nunca nos deja indiferentes, pues es el reino de la anarquía, donde todo puede ocurrir.