Científico explica qué sucedería si un agujero negro ingresa al sistema solar: habría uno después de Plutón
En el corazón de la Vía Láctea, late el agujero negro supermasivo Sagitario A*, lejos de la Tierra. Sin embargo, ¿has imaginado qué ocurriría si finalmente descubrimos uno dentro del sistema solar?
Al centro de la Vía Láctea, habita el agujero negro supermasivo Sagitario A*, que devora estrellas cercanas y contribuye al equilibrio del vecindario cósmico. Sin embargo, ¿alguna vez imaginaste qué ocurriría si uno de estos monstruos del espacio se acercase al sistema solar?
Algunos astrónomos han postulado que en realidad el hipotético Planeta Nueve puede ser un agujero negro, por lo que esta suposición cobra mayor valor. ¿En verdad estas regiones, de donde ni siquiera la luz escapa, son aspiradoras brutales?
¿Qué pasaría si un agujero negro ingresa a nuestro sistema solar?
La atracción gravitatoria de los agujeros negros es tan poderosa que ni siquiera la luz puede escapar de ellos. Estos monstruos cósmicos demuestran su poder inimaginable cuando su actividad se manifiesta a través de brillos intensos desde el centro de su galaxia, como sucedió en la constelación de Virgo, a 300 millones de años luz de la Tierra. Hasta hoy, al estudiarlos siempre los hemos vigilado de lejos, pero ¿qué sucedería si uno ingresara en nuestro sistema solar?
Las consecuencias de este evento dependen de varios factores, como el tamaño y la distancia del agujero negro, según indicó un grupo de expertos a Live Science. Karina Voggel, investigadora postdoctoral en el Centro de Datos Astronómicos de Estrasburgo, Francia, empezó explicando que las deformidades del espacio-tiempo son masas comprimidas, pero no unas "aspiradoras".
Ahora, hagamos el ejercicio de pensar que un agujero negro entró a los dominios del sistema solar. De acuerdo a Robert McNees, profesor asociado de física en la Universidad Loyola de Chicago, como la gravedad del Sol rige los cuerpos en el sistema solar a grandes distancias —a unas cuantas unidades astronómicas (UA) más allá de la nube de Oort—, cualquier objeto más masivo que el astro rey que se acerque a nuestro vecindario tendría efectos nada despreciables.
Existen dos tipos de agujeros negros conocidos:
- Agujeros negros de masa estelar, con 100 veces la masa del Sol.
- Agujeros negros supermasivos al centro de las galaxias, con entre 100.000 y miles de millones de veces la masa solar.
Se cree que TON 618, con 66.000 millones de masas solares, es el agujero negro más colosal del universo. Foto: Science Photo Library
También existen otras posibilidades, pero caen en el terreno de lo exótico, como los pequeños agujeros negros que podrían crearse en un acelerador de partículas. Estos tendrían una masa entre un gramo y la de un ser humano, un tamaño microscópico y se evaporarían rápidamente. No olvidemos a los agujeros negros primordiales, aquellos que se formaron en la juventud del universo.
Es posible que estos últimos existan con masas comparables a la de la Tierra o un poco más. McNees precisó que algo de esa envergadura no tendría los efectos de un agujero negro clásico.
El hipotético Planeta Nueve en realidad sería un agujero negro pequeño
Algunos astrónomos incluso han considerado que el hipotético Planeta Nueve es un agujero negro primordial, ubicado después de la órbita de Plutón, planetoide en donde se cree que hay un océano en su interior. No obstante, si este objeto existe, solo causaría pequeñas irregularidades en los planetas del sistema solar, lo que indica que un agujero negro primordial no tendría efectos catastróficos.
Si el Planeta Nueve realmente existe, podría encontrarse en una parte de su órbita tan alejada del Sol que nuestras tecnologías actuales no lo pueden detectar. A raíz de esto nació la idea de que el supuesto cuerpo celeste más allá de Plutón alguna vez fue una estrella, según Paul Sutter, profesor de investigación en Astrofísica en la Universidad SUNY Stony Brook y en el Instituto Flatiron de Nueva York.
El hipotético Planeta Nueve sigue siendo un misterio. Foto: difusión
Los agujeros negros pequeños, en este contexto comparables en tamaño a un planeta, resultan de gran interés para los astrónomos. Todos los agujeros negros conocidos en el universo se originan a partir de la muerte de estrellas masivas. Dado que solo las estrellas más grandes, con un mínimo de unas 10 masas solares, pueden formar un agujero negro, estos solo sumarían una masa mínima de aproximadamente cinco veces la del Sol.
El peligro de que un agujero negro de masa estelar se acerque demasiado al Sol
Sin embargo, un agujero negro de masa estelar o mayor podría ser desastroso si pasara cerca de nuestro sistema solar. Si atravesara la nube de Oort, podría perturbar la trayectoria cometas y asteroides. Si se acercara a unas 100 unidades astronómicas, podría alterar las órbitas de Urano, Neptuno y Plutón, aunque la Tierra no se vería muy afectada inicialmente. Solo cuando el agujero negro pasara entre las órbitas de Urano y Plutón, la Tierra empezaría a sentir sus efectos: cambiaría potencialmente nuestras estaciones y afectaría la habitabilidad del planeta.
Finalmente, si el agujero negro se acercara a la órbita de Saturno o más, la Tierra sería expulsada de la zona habitable, o 'ricitos de oro', y la vida se volvería una utopía.