Jugar Half-Life con amigos era, prácticamente, un deber al sentarse frente a una de las tantas computadoras que estaban disponibles dentro de una cabina de internet. Aunque el videojuego no tenía reglas escritas como tal, los mismos jugadores estipulaban las suyas mientras se organizaban para crear una partida, y una de ellas, posiblemente la más importante, era la de no activar la bomba en el mítico mapa de Crossfire.
Puedo decir que Crossfire es el mapa insignia dentro de Half-Life, al menos para la comunidad peruana que disfrutaba de este legendario shooter de Valve, ya que la acción estaba asegurada en cada uno de los rincones de este escenario.
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Con armas de todo tipo regadas en los suelos, máquinas que nos permitían regenerar la salud, un escudo y hasta un objeto que nos brindaba la ‘habilidad’ de dar saltos largos eran más que suficientes para tener gratos momentos con nuestros camaradas.
Sin embargo, como lo mencioné al inicio de esta nota, la única regla dentro de Crossfire era la de no activar la bomba, la cual empezaba su cuenta regresiva tras presionar un irresistible botón rojo que se encontraba en la sala principal del búnker, que era resguardado por dos inmensos cañones ubicados en las torres de este lugar.
¿Cómo nos enterábamos de que alguien había activado la bomba? Fácil. Que las sirenas empezaran a resonar por todo el mapa significaba solo una cosa: alguien había presionado el botón rojo. Este era un momento de mucha adrenalina, ya que todos se dirigían al búnker para eliminar al jugador que lo había hecho, pero también para salvar su vida, pues al cerrarse todas las compuertas no recibías ningún tipo de daño por la explosión si estabas adentro del recinto.
Eso, obviamente, era lo que hacían los principiantes, quienes buscaban asegurarse ingresando por la parte frontal o subiendo las escaleras hasta llegar al cañón y descender al primer piso por una especie de ducto.
Sin embargo, aquellos jugadores de Half-Life que ya estaban familiarizados con esta mecánica se lo tomaban con bastante calma y hasta aprovechaban el pánico para obtener más eliminaciones y así asegurarse los primeros lugares de la tabla.
Eso sí, había que abastecerse de todo tipo de armas para lograrlo, pero, principalmente, de una en especial: el Cañón Tau. Esta arma futurista, también conocida como XVL1456, es un arma de energía experimental de un aterrador poder cuando se carga, pues puede desintegrar a nuestro enemigo en un instante.
El Cañón Tau es una de las armas más populares de Half-Life. Foto: Half-Life
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Es tanta la importancia de esta arma que no solo servía para destruir a nuestros contrincantes, sino que también era útil para salvar nuestra vida en momentos muy complicados, como la bomba de Crossfire.
Muchos no lo saben, pero si cargábamos el arma con el clic derecho mientras apuntábamos hacia el suelo y lo soltábamos después de unos segundos salíamos despedidos hacia los aires debido a su gran fuerza.
Precisamente esto hacía que nos salváramos de la explosión de la bomba sin tener que estar dentro del búnker. Eso sí, era importante tener una gran precisión y usarla en el momento exacto antes de la explosión. Además, cuando descendíamos debíamos cargar de nuevo el arma apuntando hacia abajo para amortiguar el impacto y seguir con vida.